Día Mundial de la
Alimentación
ALIMENTACION Y OBESIDAD: EL
GRAN RETO DE MEXICO
México
enfrenta una crisis alimentaria silenciosa pero profunda. Tres de cada cuatro
adultos viven con sobrepeso u obesidad, y casi cuatro de cada diez niños y
adolescentes también. Esta tendencia forma parte de una crisis global: este
año, UNICEF informó que, por primera vez en la historia, el índice mundial de
obesidad supera al de bajo peso entre niños y adolescentes, lo que confirma que
el exceso de peso se ha convertido en el principal desafío nutricional del
siglo XXI.
De
acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, la prevalencia de exceso
de peso en el país se mantiene en niveles críticos y continúa en aumento. Más
allá de los efectos en la salud, la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE) estima que la obesidad en México representa un
costo económico de alrededor de 5.3% del PIB cada año, resultado de los gastos
médicos, el ausentismo laboral y la pérdida de productividad asociados a esta
condición.
En
el marco del Día Mundial de la
Alimentación, que se conmemora este 16 de octubre, el Dr. Luis Dorado,
especialista en nutrición clínica y obesidad, advierte que el desafío no radica
únicamente en cuánto comemos, sino en qué comemos y cómo elegimos hacerlo.
“El
Día Mundial de la Alimentación es una
oportunidad para recordar que la salud empieza con decisiones informadas. No se
trata sólo de comer menos, sino de comer mejor. Hoy tenemos más herramientas
que nunca, como los etiquetados frontales, pero su impacto depende de que la
población sepa interpretarlos y aplicarlos correctamente en su vida diaria”,
explica el Dr. Dorado.
Desde
su implementación en 2020, los etiquetados frontales de advertencia han
representado un paso importante hacia la transparencia alimentaria. Según datos
de la Secretaría de Salud, el 64% de la población utiliza el etiquetado frontal
como guía de consumo. Sin embargo, el impacto real aún es limitado, pues las
tasas de obesidad no se han reducido significativamente6 y la información por
sí sola no ha logrado modificar los hábitos alimentarios de la población.
“Los
etiquetados son una herramienta útil para generar conciencia, pero la obesidad
es una condición multifactorial que requiere mucho más que información. Su
tratamiento necesita un enfoque multidisciplinario que combine nutrición,
medicina, psicología y actividad física. Sólo así podemos abordar sus causas de
fondo y ofrecer soluciones sostenibles”, afirma el Dr. Dorado.
El
especialista destaca que, aunque el etiquetado es un avance clave, aún falta
transformar los entornos alimentarios y la educación nutricional para lograr un
cambio duradero. Esto evidencia la necesidad de acciones estructurales que
combinen información, educación y políticas públicas que prioricen la salud.
Claves
que propone el Dr. Dorado para enfrentar el reto alimentario:
Usar el etiquetado como guía, comprendiendo
qué implican los sellos en la salud diaria y utilizarlos para tomar decisiones
más informadas.
Reducir el consumo de ultraprocesados.
Priorizar alimentos naturales o mínimamente procesados.
Fomentar educación nutricional desde la
infancia. Enseñar a leer etiquetas y reconocer la calidad de los alimentos.
Impulsar entornos saludables. Desde escuelas
hasta centros de trabajo, para que la opción saludable sea también la más
fácil.
“El
Día Mundial de la Alimentación debe
ser un llamado a la acción. La obesidad no es un fallo individual, sino un
problema sistémico que involucra a la economía, la educación y las políticas
públicas. Transformar el entorno alimentario es la única forma real de cambiar
las estadísticas”, concluye el Dr. Dorado.

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