Mes de Sensibilización del Cáncer de Mama
NUEVA ESTRATEGIA TERAPEUTICA
CONTRA EL CANCER
DE MAMA METAPLASICO, UNO DE
LOS MAS
AGRESIVOS Y DIFICILES DE
TRATAR
Un
equipo de científicos del Hospital Houston Methodist ha dado un paso importante
en la búsqueda de tratamientos eficaces para el cáncer de mama metaplásico
(MpBC, por sus siglas en inglés), un tipo raro y altamente agresivo de cáncer
de mama que representa menos del 5% de los casos, pero con el peor pronóstico
entre todos los subtipos conocidos.
En
un estudio publicado en Nature Communications, los investigadores demostraron
que bloquear la enzima óxido nítrico sintasa (NOS) puede hacer que este cáncer,
normalmente resistente a los tratamientos, sea más sensible a la quimioterapia
con taxanos y a inhibidores dirigidos a la vía PI3K. Este enfoque combinatorio
no sólo modifica la composición celular del tumor, sino que también mejora la
supervivencia en modelos preclínicos.
“Nuestro
trabajo ayuda a entender mejor por qué el cáncer de mama metaplásico responde
tan mal a los tratamientos convencionales. Es un tumor muy heterogéneo, con
células que pueden cambiar de un estado mesenquimal, más móvil y resistente, a
un estado epitelial, más sensible a la terapia. Identificamos una manera de
aprovechar ese cambio en nuestro favor”, explica la Dra. Tejaswini Reddy, quien
fue becaria de investigación en Houston Methodist y coautora principal del
estudio.
Un
cáncer con características únicas y pocas opciones: El MpBC se incluye
dentro de los cánceres de mama triple negativos, lo que significa que no
expresa receptores hormonales ni HER2, lo que limita enormemente las opciones
terapéuticas. Además, su biología es particularmente agresiva: muchas de sus
células tumorales están poco diferenciadas, lo que complica la respuesta a los
tratamientos estándar.
“Esta
es una forma de cáncer que necesita urgentemente nuevas estrategias”, afirma el
Dr. Akshjot Puri, oncólogo especializado en cáncer de mama en Houston Methodist
y también coautor principal. “Nos propusimos encontrar un punto débil en su
biología que pudiéramos atacar de forma específica”.
Ambos
investigadores trabajaron bajo la dirección de la Dra. Jenny Chang, directora
del Centro Oncológico Neal, y diseñaron un estudio integral que incluyó desde
experimentos en células y animales hasta datos obtenidos de pacientes.
Un
enfoque multidimensional para un reto complejo: La investigación destacó
por su amplitud y profundidad metodológica. Participaron más de 25 científicos
de distintas instituciones, 14 de ellos en Houston Methodist. Se utilizaron
modelos preclínicos avanzados como los xenoinjertos derivados de pacientes
(PDX), técnicas multi-ómicas para analizar diferentes niveles de expresión
genética y proteica, y modelos celulares que representan la diversidad de
subtipos de cáncer de mama.
En
estos análisis, encontraron que dos vías celulares —la de NOS y la de PI3K—
están activadas simultáneamente en el MpBC, algo que no ocurre en otros tipos
de cáncer de mama. Esto sugiere que estas vías podrían estar trabajando juntas
para favorecer la resistencia del tumor.
La
inhibición de NOS con un compuesto llamado L-NMMA mostró resultados
prometedores: las células cancerosas comenzaron a revertir su proceso de
transición epitelio-mesenquimal (EMT), un cambio asociado con mayor agresividad
e invasividad. Este fenómeno, combinado con inhibidores de PI3K como alpelisib
y quimioterapia con taxanos, potenció la respuesta al tratamiento de forma
significativa.
Una
estrategia basada en evidencia clínica previa: Este enfoque terapéutico se
basa en investigaciones anteriores realizadas en el mismo centro, donde el uso
combinado de L-NMMA y taxanos ya había mostrado señales de eficacia clínica en
pacientes con cáncer de mama triple negativo avanzado.
En
un estudio piloto con 15 pacientes con MpBC, esta combinación logró una tasa de
respuesta del 23% y una mediana de supervivencia de cuatro meses, cifras
inéditas hasta ese momento para este subtipo. Sin embargo, el equipo quería ir
más allá.
“La
Dra. Reddy descubrió algo muy importante: casi la mitad de las líneas celulares
de MpBC presentan mutaciones en la vía PI3K, lo cual no sabíamos antes”,
explica el Dr. Puri. “Eso nos llevó a probar la combinación de inhibidores de
NOS y PI3K, y los resultados han sido aún más alentadores”.
Estos
hallazgos dieron forma a un nuevo ensayo clínico de fase II, actualmente en
curso, que ya ha reclutado a 10 pacientes, con la meta de incluir al menos a
20. Los datos preliminares muestran una tasa de beneficio clínico del 70%, con
respuestas duraderas en varios pacientes, incluso más allá de los seis meses.
Avances
que acercan la ciencia al paciente: Este trabajo es un ejemplo claro de
investigación traslacional, es decir, aquella que conecta el laboratorio con el
tratamiento real en la clínica. Durante años, el equipo liderado por la Dra.
Jenny Chang ha explorado los mecanismos que subyacen a la resistencia
terapéutica en cánceres difíciles, y ahora esos descubrimientos se están
traduciendo en opciones reales para los pacientes.
“Ver
que todo ese esfuerzo en investigación básica ahora está ayudando a pacientes
reales es profundamente gratificante”, señala la Dra. Reddy. “El trabajo
conjunto entre laboratorios, oncólogos y ensayos clínicos ha sido esencial para
lograr este avance”.
Entre
los próximos pasos, el equipo planea optimizar la terapia combinada,
especialmente buscando reducir los efectos secundarios como la hiperglucemia
asociada con alpelisib, y evaluar inhibidores de PI3K más tolerables.
Un
futuro con opciones para un cáncer sin salida: El objetivo final es
establecer una nueva línea de tratamiento para el MpBC, un cáncer que hasta
ahora no contaba con una estrategia terapéutica eficaz.
“Queremos
que esto deje de ser una enfermedad sin opciones”, concluye el Dr. Puri.
“Estamos mucho más cerca de ofrecer una terapia que realmente marque la
diferencia para estas pacientes”.
En
este estudio también participaron científicos de instituciones de alto nivel
como el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., la Universidad de Emory, el MD
Anderson Cancer Center y el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de
Texas, lo que refuerza la relevancia de los hallazgos y su potencial impacto
global.

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