Día Mundial de las Personas de Talla Baja
VISIBILIZAR LA DIFERENCIA
PARA RECONOCER LA IGUALDAD
*Más allá de la estatura, las personas de
talla baja representan historias de resiliencia y lucha cotidiana
“Las
condiciones genéticas que provocan talla baja no deben percibirse como una
limitación, sino como parte de la diversidad humana. El acompañamiento médico
debe centrarse en la salud integral, no sólo en la talla”, explicó el doctor
David Eduardo Cervantes Barragán, médico adscrito del Servicio de Genética del
Hospital Central Sur de Alta Especialidad de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Cada
25 de octubre se conmemora el Día Mundial
de las Personas de Talla Baja, una fecha dedicada a visibilizar a quienes
viven con condiciones genéticas que afectan el crecimiento óseo y que, con
frecuencia, enfrentan barreras físicas, sociales y emocionales que van más allá
de su estatura.
En
México, se estima que una de cada 25 mil personas nace con acondroplasia, una
enfermedad rara que constituye la forma más común de talla baja
desproporcionada y que es causada por una alteración en el crecimiento óseo.
Suele requerir acompañamiento médico, psicológico y social. No obstante, la
falta de accesibilidad, la discriminación y los estigmas culturales continúan
limitando el pleno ejercicio de sus derechos.
La
acondroplasia es causada por una mutación en el receptor 3 del factor de
crecimiento de fibroblastos (FGFR3) que limita la conversión de cartílago en
hueso en las epífisis óseas (placas de crecimiento), afectando el crecimiento y
desarrollo en casi todos los huesos del cuerpo.
Además
de los desafíos físicos derivados de su estructura ósea, las personas de talla
baja enfrentan barreras sociales que impactan su bienestar emocional. Desde la
arquitectura no adaptada hasta los estereotipos en medios y redes sociales, la
vida cotidiana puede convertirse en un recorrido lleno de obstáculos.
El
doctor Cervantes destaca que el diagnóstico temprano y la orientación familiar
son fundamentales para promover la autonomía y la autoestima de las personas
con acondroplasia u otras displasias óseas.
LECCION DE FORTALEZA
Para
Mariana Ramírez, joven de 20 años originaria de Michoacán, vivir con
acondroplasia ha sido una lección de fortaleza. “Durante años enfrenté burlas y
miradas incómodas que me generaron ansiedad y baja autoestima. Hoy, gracias al
arte y al activismo, encontré estabilidad emocional: el canto me permite
expresarme y aceptar mi cuerpo, y el activismo me impulsa a buscar cambios
sociales, de salud y de infraestructura para mejorar la vida de las personas de
talla baja”.
Según
asociaciones civiles como la Fundación De
la Cabeza al Cielo, los niños y jóvenes de talla baja pueden experimentar
depresión o ansiedad si no cuentan con un entorno familiar y educativo
inclusivo. “La inclusión empieza con el respeto y se consolida con acciones
concretas. No se trata de compasión, sino de justicia”, enfatiza Marisela
Herrera, madre de un pequeño con acondroplasia, activista y presidenta de dicha
fundación.
“Invitamos
a la sociedad a conocer más acerca de la realidad de las personas de talla baja
y a comprender los desafíos que enfrentan día a día, a través de iniciativas en
redes sociales como #PequeñosPasosGrandesHistorias, buscamos visibilizar sus
experiencias y promover una mayor conciencia sobre su realidad”, señaló
Herrera.
Los
desafíos no se limitan al plano individual. La mayoría de los espacios públicos
y privados en México no están diseñados para la diversidad corporal, lo que
restringe el acceso a la educación, el trabajo y la movilidad. La adecuación de
infraestructura, mobiliario y políticas laborales inclusivas es clave para
garantizar igualdad de oportunidades.
Este
año 2025 la conmemoración del Día Mundial
de las Personas de Talla Baja invita a reconocer que la diversidad física
no es un obstáculo, sino una expresión más de la humanidad. Promover el
respeto, la accesibilidad y la empatía son pasos indispensables hacia una
sociedad donde nadie quede fuera por su apariencia.
Acerca
del Día Mundial de la Talla Baja: Esta fecha se conmemora cada 25 de
octubre, busca visibilizar los retos que enfrentan quienes viven con
condiciones genéticas como la acondroplasia, promover la inclusión y erradicar
la discriminación.
La
fecha, instaurada en honor al activista Billy Barty, fundador de Little People
of America, nos recuerda que la baja estatura no define las capacidades ni el
valor de una persona, y que la verdadera igualdad comienza con el respeto, la
accesibilidad y la empatía hacia la diversidad humana.

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