Día Mundial de la Salud
Mental (10 de Octubre)
CÓMO SACARLE EL MÁXIMO
PROVECHO
A TU YERAPIA PSICOLÓGICA
La
demanda por servicios de salud mental como la terapia, la psicología y la
psiquiatría van en aumento en el mundo entero según datos recientes de la
Administración de Recursos y Servicios de Salud de los Estados Unidos.
Sin
embargo, el camino hacia un mayor bienestar emocional no suele ser tan simple
como “tómate esta pastilla”, lo cual puede ser difícil y desalentador para quienes
buscan tratamiento por primera vez o para quienes han probado la terapia antes
sin éxito.
Entonces,
¿cuál es la “fórmula secreta” para que la terapia funcione? Las investigaciones
sugieren que el éxito (o fracaso) de la terapia depende en gran medida de una
sola cosa: la alianza terapéutica —es decir, la fortaleza de la relación entre
tú y tu terapeuta.
“Hay
una línea de investigación en terapia llamada ‘factores comunes’, y está muy
claro que la calidad de la alianza terapéutica probablemente sea el factor más
importante para que una terapia funcione o no”, explica el Dr. William Orme,
psicólogo del Hospital Houston Methodist. “Lo que hace fuerte a la alianza
terapéutica se compone de varios factores, y uno de ellos es en sí, el
terapeuta y el paciente, quienes pueden llegar a metas acordadas en común”.
El
Dr. Orme añade: “¿Están en la misma sintonía? ¿Puede el terapeuta ayudarte a
entender cómo el tipo de terapia y las técnicas que se usan se relacionan con
la meta que comparten? Si el terapeuta puede ayudarte a ver ese alineamiento,
entonces ya empezaste bien”.
La
terapia es una experiencia muy individual, y no hay dos tratamientos que se
vean iguales. Ya sea que seas nuevo en la terapia o que ya hayas pasado por
varias sesiones (hayan sido útiles o no), el Dr. Orme comparte algunos consejos
para que te acerques a la terapia con una nueva perspectiva y le saques el
mayor provecho posible.
Piensa
en lo que quieres conseguir con la terapia: “Si alguien es nuevo en la
terapia, es buena idea pensar en qué quiere sacar de la experiencia”, dice el
Dr. Orme. “Y por eso colaborar con el terapeuta es lo más importante”.
Por
ejemplo, si un paciente llega a terapia queriendo eliminar la ansiedad social,
el Dr. Orme apunta que la mayoría de los terapeutas no van a enfocarse en
eliminar la ansiedad.
La
mayoría de los terapeutas ven la ansiedad como una parte normal de la vida,
dice. Pero lo que sí pueden ofrecer son formas de cambiar la relación con esa
ansiedad para que no te impida participar en cosas importantes de la vida, como
socializar. El paciente, sin embargo, puede que no entienda eso.
“El
paciente puede insistir en que el terapeuta le quite la ansiedad, y en ese caso
no van a estar en la misma sintonía, así que la terapia no va a avanzar
realmente”, enfatiza el Dr. Orme. “Pero si el terapeuta y el paciente pueden
colaborar en definir qué esperan de la terapia y qué puede ofrecer el terapeuta
que podría ayudar, entonces esa es una meta muy buena”.
“También
está bien no saber exactamente qué quieres lograr con la terapia, pero tener
esa sensación vaga de que algo no anda bien en tu vida”, expresa el Dr. Orme.
“Mucha
gente llega a terapia sin entender bien qué está pasando en su vida o por qué,
pero tener esa claridad no es un requisito para empezar la terapia ya que
muchas veces, esa es justamente la meta de la terapia: cuando las personas
empiezan a sentirse menos atrapadas, a ver nuevas posibilidades en su vida y a
tomar acción”.
Al
final, el especialista del Hospital Houston Methodist anima a los pacientes a
decir en voz alta qué esperan de la experiencia y a escuchar lo que el
terapeuta tiene para decir.
Encuentra
un terapeuta con quien hagas ‘clic’: Como en una amistad, es importante que
hagas clic con tu terapeuta. Pero, a diferencia de lo que pasa con los amigos,
hacer clic con un terapeuta puede tener menos que ver con su personalidad o
historial y más con su capacidad de empatía y autenticidad, según el Dr. Orme.
“La
mayoría de las personas sienten que conectan con su terapeuta cuando este puede
verlas tal como son y entender el mundo desde su punto de vista”, dice.
“Incluso si el terapeuta ve las cosas de forma distinta, si puede ponerse
efectivamente en los zapatos del paciente, entonces ese paciente va a sentir
que el terapeuta realmente tiene algo que ofrecer”.
Cuando
cultivas esa relación profesional basada en la confianza, el Dr. Orme
expresa que es ahí donde comienzan a
surgir posibilidades reales de avanzar.
No
tengas miedo de decir lo que piensas: “Uno de los objetivos de la terapia
es crear un espacio en el que las personas no tengan miedo de abrirse y
compartir libremente lo que llevan dentro, sin juicios”, comenta el Dr. Orme.
“Eso es algo bastante raro en el mundo real, y por eso mismo, es que uno
empieza a entender qué está pasando realmente por dentro y por qué”.
Incluso
comentarios como “no veo avances” o “no creo que esto esté funcionando” pueden
ser información muy útil. Esas confesiones pueden llevar a explorar por qué se
percibe que no estás avanzando y ayudarte a empezar a enfrentar esos
obstáculos.
Ten
paciencia con las metas más profundas y amplias: Todo lo bueno tiene su
final — incluso la terapia. Pero, ¿cómo saber cuáles temas se pueden trabajar
en pocas sesiones y cuáles pueden tomar semanas, meses o incluso años? Eso va a
depender de tus metas y de lo que estás buscando lograr con la terapia, explica
el Dr. Orme.
“Si
tienes un problema muy concreto como cómo manejar una situación con un familiar
político, tal vez con unas pocas sesiones baste, mientras que problemas
persistentes como ansiedad o depresión pueden necesitar diez o más sesiones”,
dice. “Pero si tus metas son más amplias y tienen que ver con paradigmas más
profundos, como la forma en que te relacionas contigo mismo o con otros, o con
el sentido de plenitud y vitalidad en tu vida, entonces esos procesos tienden a
durar más, porque están ligados a patrones que se han formado a lo largo de
toda una vida”.
“Va
a tomar tiempo entender cómo se formaron esos patrones, darte cuenta de cómo
están afectando tu vida, pensar en nuevas formas de cambiar esos
comportamientos y luego tomar acción”, añade el especialista en psicología del
Hospital Houston Methodist.
No descartes la idea de usar medicación si
la necesitas: “Cuando alguien empieza terapia, el terapeuta hace una
evaluación inicial, y muchas veces eso incluye una derivación al psiquiatra
para considerar si los medicamentos podrían ayudar”, comenta el Dr. Orme. “Hay
pacientes que no quieren ver a un psiquiatra, y el terapeuta no va a
obligarlos, pero muchas veces hablarán del tema e incluso consultarán con un
psiquiatra solo para ver si la medicación puede ser útil”.
Elegir
el tratamiento adecuado puede ser complicado, ya que cada persona responde de
forma diferente. Pero la investigación ha demostrado que para muchas
condiciones de salud mental, la medicación puede ayudar, y la terapia también,
pero la combinación de ambas es lo más efectivo.
“Los
medicamentos pueden darle a algunos pacientes más capacidad emocional para
poder trabajar en la terapia, creando un círculo virtuoso en el que una cosa
buena lleva a otra y otra más”, concluye el Dr. Orme.

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