RIESGOS DEL EMBARAZO
ADOLESCENTE EN MEXICO, PROBLEMA
MULTIFACTORIAL QUE URGE
ATENCION INTEGRAL Y EDUCACION
México
enfrenta uno de los índices más altos de embarazo adolescente en América
Latina, lo que representa un desafío multisectorial que impacta a la salud
pública y al desarrollo social del país.
“A
pesar de que México cuenta con la Estrategia Nacional para la Prevención del
Embarazo Adolescente, que plantea reducir estos índices de embarazo en menores
de 19 años de edad en un 30% para 2030, se deben redoblar esfuerzos para
cumplir la meta ante los obstáculos que persisten en la implementación de
políticas públicas que reafirmen la educación integral de la sexualidad y el
acceso a métodos anticonceptivos”, advirtió Paula Rivera Núñez, gerente de
operaciones de Telefem.
Añadió
que se requieren más recursos, ejecución, coordinación comunitaria y la
necesidad de incorporar la educación sexual en las escuelas sin prejuicios o
miedo a que los jóvenes se corrompan.
Anualmente
en el país se reportan 77 nacimientos por cada mil adolescentes de entre 15 y
19 años, lo que representa que México ocupe el primer lugar en embarazos
adolescentes entre todos los países de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), mientras que otros países latinoamericanos como
Chile, Colombia, Costa Rica, el promedio es de 60 nacimientos por cada mil
adolescentes de ese rango de edad.
Rivera
Núñez dijo que los riesgos del embarazo adolescente son multifactoriales y
afectan distintas esferas de la vida de las jóvenes madres y sus bebés.
“Podemos
dividir los riesgos como socioeconómicos, de salud mental, biológicos y
relacionados con el feto o recién nacido. El embarazo en adolescentes no es sólo
un problema de salud, sino también una consecuencia de condiciones sociales,
psicológicas y culturales complejas que debemos atender integralmente”, explica
Rivera.
Principales
riesgos del embarazo adolescente: De acuerdo con la Federación Mexicana de
Colegios de Obstetricia y Ginecología (FEMECOG), en más del 70% de los casos de
embarazos adolescentes, puede haber complicaciones como hemorragias,
infecciones, preeclampsia y eclampsia que, en algunos casos, requieren
procedimientos como cesáreas de emergencia, así como atención al bebé.
PRINCIPAES RIESGOS
Uno
de los principales riesgos es que muchas adolescentes embarazadas viven en
contextos de vulnerabilidad con niveles bajos de escolaridad, violencia
familiar, abandono o abuso. Estas condiciones limitan sus oportunidades y
perpetúan el ciclo de pobreza.
Además,
el cuerpo de una adolescente resulta inmaduro para sostener un embarazo lo que
conlleva complicaciones como parto prematuro, abortos espontáneos,
hipertensión, diabetes gestacional, restricción del crecimiento fetal y mayor
índice de cesáreas.
“Evidentemente
no hay una preparación para la maternidad, no hay una madurez en los sistemas
neurofisiológicos, entonces tenemos cuerpos que desde el punto de vista mental
y emocional tampoco están preparados ni maduros”, advirtió.
Es
así que, según Rivera Núñez, esto puede implicar además una mayor probabilidad
de aborto o embarazos con patologías, accidentes obstétricos, traumas del canal
de parto vaginal, desgarres y complejidad de la parte urogenital.
Avances
y retos en políticas públicas: Paula Rita Rivera enfatiza que la prevención
es fundamental. “Es indispensable promover una educación integral de la
sexualidad, la disponibilidad de métodos anticonceptivos, y acceso a
información confiable”.
La
falta de educación y acceso a servicios lleva a que muchas jóvenes busquen
información en redes sociales, donde no siempre reciben un apoyo adecuado.
También
hace un llamado a romper tabúes y aprovechar las plataformas digitales para
informar de forma abierta, sin morbo ni pudor, para que la prevención llegue a
donde más se necesita, especialmente en comunidades indígenas y grupos
vulnerables.
“Somos
el país líder en embarazos adolescentes que no abortan, y tristemente también
hay muchos casos de bebés abandonados en la calle. Esto refleja fallas graves
en el sistema de salud y en la oferta de servicios de apoyo, como aborto
seguro, adopción o anticoncepción postevento”, lamentó.
Es
por ello que exhortó a las autoridades a incrementar la inversión en educación
integral en sexualidad y salud reproductiva, misma que no es sólo una
responsabilidad pública, sino “una inversión directa en el bienestar de la
sociedad en general”, concluyó la especialista de Telefem, organización sin
fines de lucro que da asesoría y acompañamiento a mujeres y personas gestantes
sobre la interrupción legal del embarazo y las conecta con orientación médica
para que puedan realizar un proceso de ILE seguro, confiable, empático, libre
de prejuicios y estigmas. Para mayor información https://telefem.org/.

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