URGEN TRANSFORMAR EL ACCESO
PARA
LA ATENCION DEL CANCER EN
MEXICO
*La innovación oncológica abre nuevas
posibilidades de detección temprana y terapias avanzadas; el desafío es lograr
un acceso equitativo y sostenible en México
La
oncología vive una revolución científica sin precedentes: inmunoterapia,
terapias de precisión, diagnósticos genómicos y tratamientos celulares están
cambiando la manera en que se enfrenta el cáncer en todo el mundo. Sin embargo,
el verdadero reto es que estas innovaciones lleguen a todos los pacientes, sin
importar su condición social o su capacidad de pago.
Con
esta premisa se desarrolló el panel “Innovación en oncología, nuevas fronteras
para una atención personalizada y accesible”, durante la Semana de la Innovación
de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF),
en el marco de su 75 aniversario.
La
conversación, moderada por la Dra. Judith Méndez, del Centro de Investigación
Económica y Presupuestaria (CIEP), abrió con un dato contundente: el cáncer es
ya la tercera causa de muerte en México y, hacia 2045, se proyecta un aumento
de más de 60% en su incidencia. Para Judith Méndez, hablar de innovación
oncológica implica mucho más que referirse a terapias de vanguardia; significa
también garantizar acceso, continuidad y sostenibilidad en un sistema de salud
que aún enfrenta enormes limitaciones.
Detección
temprana y terapias de precisión: La Dra. Valentina Gallart, directora médica
de AstraZeneca México, explicó que la innovación debe medirse en términos de
valor para el paciente. Hoy, señaló, ya no se trata de aplicar el mismo
tratamiento para todos, sino de personalizar cada terapia con base en
biomarcadores específicos. “Estamos logrando cronificar ciertos tumores, pero
no debemos perder de vista que la calidad de vida es tan importante como la
sobrevida. La detección temprana, apoyada en inteligencia artificial, y la
medicina de precisión son piezas clave para alcanzar este objetivo”, afirmó.
La
Dra. Gallart recordó que existe un programa desarrollado para cáncer de pulmón
con la colaboración de diversas compañías y del INCan, el cual permitió que más
pacientes accedieran a diagnósticos moleculares avanzados y terapias dirigidas.
Sin embargo, enfatizó que el desafío es hacer sostenibles estas iniciativas
mediante la transferencia de tecnología a las instituciones públicas, de modo
que los avances no dependan únicamente de la industria farmacéutica.
Innovación
en el sector público: sostenibilidad y equidad: Por su parte, el Dr. Óscar
Arrieta, director general del Instituto Nacional de Cancerología (INCan),
advirtió que México debe prepararse para una mayor carga de enfermedad y para
el incremento de la mortalidad si no se fortalecen las capacidades tecnológicas
del sistema público. Explicó que la posibilidad de realizar pruebas genéticas
en el País es determinante para seleccionar tratamientos más efectivos y menos
tóxicos, y que la identificación de mutaciones hereditarias permitirá
estrategias de prevención y reducción de riesgos.
“El
problema no es sólo clínico, también es económico. No podemos incluir en los
protocolos todo lo que recomiendan las guías internacionales porque el
presupuesto nacional es limitado. Por eso es indispensable tener criterios
claros de farmacoeconomía que nos permitan elegir los medicamentos con mayor
impacto, evitando inequidades y asegurando que no existan pacientes de primera
y de segunda”, sostuvo.
El
Dr. Arrieta detalló que el INCan avanza en la creación de un laboratorio de
genotipificación que reducirá la dependencia de la industria farmacéutica y
permitirá que más pacientes tengan acceso a pruebas confiables y reproducibles,
respaldadas por la calidad necesaria para que los médicos tomen decisiones con
certeza.
Oncología
pediátrica: la urgencia de innovar: En la voz del Dr. Alberto Olaya Vargas,
del Instituto Nacional de Pediatría y del Centro Médico ABC, quedó clara la
magnitud de la deuda que tiene el sistema de salud con la población infantil.
Recordó que los niños son los más vulnerables y que, para ellos, la innovación
no es un beneficio adicional sino la única posibilidad de acceder a la curación
y a una vida larga y funcional.
Explicó
que, en países como Estados Unidos, las terapias celulares pueden alcanzar los
400 mil dólares por paciente, un costo inaccesible para México. “Nuestro modelo
busca producirlas en el País y reducir su costo hasta en un 70%. De esa forma,
miles de familias tendrían acceso a tratamientos que hoy parecen
inalcanzables”, señaló.
No
obstante, reconoció que la innovación enfrenta un camino cuesta arriba: “En
México todavía hay resistencia y sobrerregulación que frenan los proyectos.
Llevamos más de una década de retraso respecto a otras naciones, y debemos
acelerar el paso porque la necesidad es inminente”.
Investigación
clínica: motor de progreso para México: El Dr. Leandro Aldunate, director
de Asuntos Médicos y Regulatorios de Johnson & Johnson Innovative Medicine
México, destacó que la verdadera innovación es aquella que cambia la
trayectoria de una enfermedad. Ejemplificó cómo el diagnóstico genético, la
inmunoterapia y las terapias combinadas han transformado radicalmente la
calidad y expectativa de vida de los pacientes e, incluso, han permitido hablar
de curas en patologías que hace pocos años eran consideradas incurables.
El
Dr. Aldunate resaltó que la investigación clínica es un motor de progreso no
sólo médico, sino también económico. “Es un círculo virtuoso que genera empleo,
conocimiento y prestigio internacional. Países como España han convertido la
investigación clínica en una de sus principales industrias. México tiene todo
para ser competitivo si logramos agilizar procesos regulatorios y consolidar un
ecosistema de colaboración donde academia, instituciones públicas e industria
trabajen de la mano”, afirmó.
Un
futuro que sólo es posible con cooperación: En la ronda de conclusiones,
los especialistas coincidieron en que ningún sector, por sí solo, podrá
garantizar que la innovación llegue a todos los pacientes.
La
Dra. Judith Méndez cerró el panel subrayando la necesidad de mantener un
diálogo constante, basado en confianza y corresponsabilidad, entre todos los
actores del sistema de salud. “Colocar al paciente en el centro no es una frase
retórica: es el único camino para que la innovación sea un derecho y no un
privilegio”, afirmó.
Con
este llamado concluyó una de las conversaciones más relevantes de la Semana de
la Innovación de la AMIIF, dejando claro que el futuro de la oncología en
México dependerá de la capacidad de todos los sectores para colaborar,
compartir conocimiento y acelerar la llegada de terapias que cambian vidas.

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