viernes, 24 de octubre de 2025

 

EL ESTIGMA QUE RETRASA HASTA POR DOS

AÑOS EL DIAGNOSTICO DE LA PSORIASIS

 

*El desconocimiento y los prejuicios en torno a la enfermedad afectan la vida social, laboral y emocional de los pacientes

 

 

Aunque la psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a millones de personas en el mundo, en México los pacientes tardan en promedio dos años en recibir un diagnóstico confirmado. Este retraso no sólo incrementa el dolor físico, sino que también limita la vida social, laboral y emocional de quienes la padecen.

Más allá de las lesiones visibles –manchas rojas, descamación, picor o, en ocasiones, dolor y sangrado– la psoriasis suele estar acompañada de incomodidad física, aislamiento social y, muchas veces, sentimientos de ansiedad o depresión.

Se estima que más del 70 % de los pacientes con formas moderadas o graves reporta alteraciones en su estado de ánimo, mientras que más de la mitad deja de realizar actividades cotidianas como practicar deporte o salir a espacios públicos, por miedo al estigma que generan las lesiones visibles.

“La psoriasis no es sólo un problema de piel. Es una enfermedad crónica e inflamatoria que requiere un abordaje integral. Reconocerla a tiempo y tratarla de forma adecuada puede marcar la diferencia entre una vida limitada y una vida plena”, señaló la Dra. Elisa Fortuño Juárez, Líder de Estrategia Médica y de Campo de Inmunología en UCB México.

Aunque no tiene cura, los avances médicos actuales permiten controlar la enfermedad y, en muchos casos, lograr que la piel luzca casi libre de lesiones. Este nivel de control temprano mejora el bienestar de los pacientes y puede reducir en casi un 80% el impacto social y económico, al recuperar productividad y la disminución de hospitalizaciones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamado a los países para garantizar el acceso equitativo a tratamientos, acortar tiempos de espera para la atención especializada y promover campañas de concientización que rompan con el estigma.

En este contexto, la Dra. Fortuño añadió: “En UCB trabajamos con innovación científica y un compromiso profundo hacia los pacientes, para ofrecerles opciones que no solo controlen los síntomas, sino que también les devuelvan calidad de vida y bienestar a largo plazo”.

 

 

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