LA DISTRIBUCION DE LA VACUNA
CONTRA EL COVID-19
DEBE SER ACORDE CON LOS
DERECHOS HUMANOS: OMS
*No debe ser un negocio, países en vías de
desarrollo deben poder acceder a ella de forma justa y equitativa
Para
controlar la pandemia de COVID-19 que ha resultado en más de 500 mil muertes a
nivel global y más que 100 mil en la región de América Latina y el Caribe, una
vacuna eficaz y distribuida de manera justa y equitativa es imprescindible.
Hasta
el momento se tiene conocimiento de más de cien vacunas en desarrollo y más de
diez en pruebas clínicas; sin embargo, hay varios desafíos que complican el
desarrollo y acceso justo a esta vacuna y que están provocando un fuerte debate
internacional.
A
nivel mundial han sido numerosas las declaraciones de solidaridad entre países
y acuerdos con la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptados en consenso
por todos los Estados Miembros.
No
obstante, hay numerosos desafíos a superar para lograr el desarrollo y acceso
equitativo de la vacuna, ya que, en medio de la discusión, se encuentran tanto
países poderosos como actores privados que pueden poner en riesgo el acceso
universal de una vacuna contra el COVID-19.
De
acuerdo con recientes declaraciones de Soumya Swaminathan, jefa de científicos
de la OMS, la salud no puede ser un negocio: “El modelo de innovación hoy en
día está manejado por el mercado y la OMS ha dicho por mucho tiempo que esto
afecta la salud pública, ya que no se desarrollan vacunas para enfermedades
para las cuales no hay un valor comercial. Entonces tenemos que cambiar este
modelo y encontrar otras formas de hacer investigación y desarrollo más
enfocado en la salud pública. La salud no debería ser algo que está en el
mercado para monetización”.
DISTRIBUCION
EQUITATIVA
Las
consecuencias de una distribución inequitativa de la vacuna son sumamente
graves y podrían agudizar las inequidades entre sectores de la población (y
entre países) que la pandemia ya ha exacerbado. Un ejemplo de esto fue la puja
por respiradores y equipos de protección personal a través de las cuáles,
incluso, se dieron actos que pueden ser clasificados de piratería
internacional: el gobierno francés confiscó equipos de protección sueco al paso
por su territorio con destino a España e Italia; por otro lado, Trump acaparó
suministros de proveedores chinos ofreciendo pagar más a cambio de tener la
garantía que toda la producción iría a Estados Unidos y a nadie más.
Durante
el foro, ¿Quién tendrá acceso a la vacuna contra el COVID-19?: Ética,
biopolítica e implicaciones para México y la región, se resaltó la importancia
de que en la investigación llevada a cabo durante situaciones de emergencia,
como la actual pandemia, se siga el rigor científico a la vez que los
lineamientos éticos para el bienestar de la humanidad.
En
el pasado ya se tuvo una situación en donde se demostró lo importante que es
seguir estos lineamientos. En el 2009, con la llegada de la pandemia por
influenza del H1N1, varias naciones desarrolladas se pusieron en primera línea
para la compra de la nueva vacuna, sin considerar a las naciones más pobres y a
las poblaciones más vulnerables que enfrentaban esta pandemia. Por ello, es
importante que esta situación no se vuelva a repetir en el caso de la vacuna
contra el COVID-19.
Por
lo anterior, la transparencia en torno a dónde se están desarrollando y quiénes
están financiando las investigaciones de la vacuna contra el coronavirus, toma
mayor relevancia y se convierte en una condición necesaria para asegurar su
desarrollo de forma ética y que los beneficios de la investigación sean
distribuidos de manera equitativa entre países con altos, medios y bajos
ingresos.
La
doctora Ana Palmero, coordinadora del Área de Ética en Investigación, Dirección
de Investigación en Salud, Ministerio de Salud de Argentina, disertó acerca de
los desafíos que enfrenta la región para garantizar el acceso equitativo a las
vacunas contra el COVID-19.
Destacó
la importancia de que exista una cooperación y comunicación eficiente entre
varios niveles de actores, tanto nacionales y regionales para agilizar el
proceso de investigación y revisión ética, evitar duplicación de esfuerzos y
favorecer que los beneficios de la investigación sean compartidos.
MARCO
DE COLABORACION EN AMERICA LATINA
Asimismo,
remarcó la importancia de informar e involucrar a las comunidades y que será
necesario generar un marco de colaboración entre los países de la región para
poder aunar esfuerzos que redunden en beneficios para nuestras poblaciones.
Al
respecto, la maestra Silvia Serrano del Instituto O'Neill para el Derecho y la
Salud Nacional y Global de la Universidad de Georgetown destacó el rol crítico
de los Estados en la definición de criterios de priorización de distribución de
las vacunas.
Declaró:
“Dadas las desigualdades de desarrollo y capacidad de investigación entre
Estados, la cooperación internacional debe jugar un papel fundamental para
asegurar que una futura vacuna contra la COVID-19 constituya un bien público
global y sea accesible en todos los países. Corresponde a los Estados adoptar
las medidas necesarias para garantizar el acceso igualitario y no
discriminatorio a una futura vacuna. Entre estas se incluye el uso de su
capacidad regulatoria para evitar que los intereses comerciales subordinen el
acceso a la vacuna a la capacidad de pago, y la vacunación prioritaria de
aquellos grupos sociales más susceptibles de contraer y ser afectados
negativamente por el COVID-19”.
Por ejemplo, las personas en situación de
pobreza, las personas adultas mayores, las personas con discapacidad y las
personas que sufren de otras enfermedades y los trabajadores de la salud.
Por
su parte, la doctora María de Jesús Medina Arellano del Instituto de
Investigaciones Jurídicas, UNAM explica los desafíos del acceso equitativo a la
vacuna y cómo superarlos. Indicó que: “Bioeticistas afirman que los
nacionalismos de líderes en el mundo nos colocan en situaciones de poca
probabilidad de solidaridad, por tanto, deberíamos abogar por un organismo
internacional, y en el último de los casos implementar el esquema de lotería,
dado que el principio de justicia social no parece ser favorecido por actuales
líderes. Existen”.
También
propuestas para el desarrollo de leyes internacionales para evitar el
acaparamiento de vacuna por algunos países. Se necesitará una fuerte
coordinación y cooperación internacional entre los desarrolladores de vacunas,
los reguladores, los encargados de la formulación de políticas, los
financiadores, los organismos de salud pública y los gobiernos para garantizar
que los candidatos prometedores de vacunas en etapa tardía puedan fabricarse en
cantidades suficientes y suministrarse de manera equitativa a todas las áreas
afectadas, especialmente a niveles bajos de recursos.
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