¿NADAR O NO NADAR? QUÉ TAN
SEGURA ES LA ALBERCA EN PANDEMIA
El
verano finalmente está aquí, y probablemente sientas que has estado listo para
la temporada durante meses, pensando en la alberca y en tomar un descanso.
Pero, antes de que tú y tu familia se sumerjan, ¿estás seguro de que la alberca
también está lista?
Los
gérmenes se pueden encontrar en casi cualquier lugar, incluso en piscinas y
jacuzzis. Esto significa que la limpieza y el mantenimiento adecuados de las
albercas y los jacuzzis son esenciales.
¿Cómo
te puede enfermar el agua de la alberca?
Las
enfermedades del agua recreativa son infecciones causadas por gérmenes que
pueden sobrevivir y/o crecer en piscinas, jacuzzis, océanos, lagos y ríos, así
como en el agua de parques acuáticos. Estas enfermedades se transmiten al
tragar o al entrar en contacto con agua que contiene gérmenes.
La
mayoría de las enfermedades del agua de las albercas o jacuzzis son causadas
por la contaminación de ésta, que ocurre cuando alguien que está enfermo
ingresa a una piscina. En otros casos, estas enfermedades son causadas cuando
los gérmenes que viven naturalmente en el agua crecen a niveles que pueden
causar una infección.
Los
tipos comunes de enfermedades en albercas y spas incluyen: Infecciones diarreicas,
infecciones de la piel, oído de nadador (infecciones en oídos), infecciones
respiratorias causadas por la inhalación de gérmenes, generalmente mientras se
está en una bañera de hidromasaje.
La
enfermedad más comúnmente reportada es la diarrea, a menudo causada por
gérmenes como E. coli, norovirus y Cryptosporidium (también conocido como
Crypto). Cuando una persona con una enfermedad diarreica ingresa al agua, toda
la piscina puede contaminarse. A su vez, tragar incluso una pequeña cantidad de
esta agua contaminada es suficiente para provocar una enfermedad.
Si
bien esto puede sonar aterrador, el riesgo de contraer una enfermedad acuática
recreativa se reduce en gran medida si la alberca se mantiene limpia, además de
tener medidas de protección propias.
La
mejor prevención es mantener niveles adecuados de cloro y pH en las albercas.
El
mantenimiento adecuado de la piscina es más que simplemente aspirar las hojas,
se debe controlar regularmente el nivel de cloro y el pH, especialmente si es
pública.
GERMENES
TOLERANTES AL CLORO
Cuando
el cloro se mezcla con agua, crea un ácido “débil” que es ideal para matar
muchos tipos de gérmenes. Es por eso por lo que usamos cloro como desinfectante
en abastecimientos públicos de agua.
Sin
embargo, una cosa para tener en cuenta es que el cloro no mata inmediatamente
los gérmenes. Si bien puede matar a la mayoría de las bacterias en menos de un
minuto, otros gérmenes son más tolerantes al cloro.
No
hay evidencia de que el COVID-19 sobreviva en las albercas, pero donde sí puede
haber contagios masivos es por la convivencia de muchas personas dentro y fuera
de las albercas. Por ello es muy importante continuar con las medidas de sana
distancia dentro de los spas y albercas recreativas.
Aquí
te compartimos algunos tips para prevención de infecciones:
---Asegúrate
de que la piscina se limpie regularmente y se mantenga adecuadamente. Si eres
propietario de una piscina, asegúrate de controlar el nivel de cloro y el pH.
Si estás utilizando un lugar público, solicita los puntajes de inspección.
---No
nades si estás enfermo.
Toma
una ducha rápida antes de nadar. Es tentador pensar en una piscina como un
baño, pero incluso un enjuague rápido antes de meterse a nadar puede reducir la
cantidad de suciedad y sudor que lleva al agua, lo que, a su vez, puede ayudar
a mantener los niveles adecuados de cloro.
---Sécate
las orejas cuando salgas. Para evitar infecciones del oído que se producen como
resultado de dejar agua contaminada en este. Si tiene antecedentes de
infecciones del oído, considere usar un gorro de baño o tapones para los oídos.
---Prepara
a tus hijos. Antes de que sea hora de nadar, recuerda a tus hijos que eviten
orinar en la piscina o tragar agua.
Además
de estos consejos, recuerda siempre mantenerte seguro evitando resbalones,
tropiezos y caídas, supervisando a los niños y haciendo que los más pequeños o
adultos que no saben nadar usen chalecos salvavidas.
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