miércoles, 29 de julio de 2020

¿QUÉ TRATAMIENTOS SON MAS PROMETEDORES PARA TRATAR COVID-19?

 

 

Se están probando muchas terapias experimentales para tratar el COVID-19, que es causado por el SARS-COV-2, a continuación una revisión microscópica al respecto.

Con la comunidad médica aprendiendo acerca de COVID-19 (coronavirus) todos los días, el panorama del tratamiento ha cambiado dramáticamente desde que comenzó el brote.

Cuando surgió la misteriosa enfermedad en China en diciembre pasado, las opciones de tratamiento eran bastante limitadas y no se conocían los efectos de las mismas. Desde entonces, varias terapias experimentales han evolucionado a ensayos clínicos para pacientes con COVID-19, con las revistas médicas que publican nuevos estudios de investigación de COVID-19 a una velocidad vertiginosa, es difícil mantenerse al día con las últimas noticias y pautas.

"Nuestro entendimiento de las opciones de tratamiento está cambiando rápidamente porque la comunidad científica se ha centrado en identificar oportunidades desde una variedad de ángulos", afirmó el doctor Jonathan Grein, director de Epidemiología del Hospital Cedars-Sinai Los Ángeles.

"Ha sido invaluable la cooperación de la comunidad científica enfocada en encontrar opciones terapéuticas. Pero recomiendo al público ser cauteloso al interpretar los titulares sobre los nuevos desarrollos porque necesitamos asegurarnos de que la base científica sea sólida antes de recomendar algo", dijo.

Para obtener una comprensión más clara de qué tratamientos son prometedores, tanto antiguos como nuevos, y cómo se están utilizando, el doctor Grein y el doctor Jeremy Falk, especialista en neumología y medicina de cuidados críticos y director asociado del Programa de trasplante de pulmón del  hospital Cedars-Sinai, quienes atienden pacientes con COVID-19 en el Centro Médico Cedars-Sinai Los Ángeles.

 

¿QUIÉN ESTA SIENDO ATENDIDO?

 

Los pacientes hospitalizados con COVID-19 constituyen la mayoría de las personas que están recibiendo tratamientos experimentales en este momento. Eso es típico cuando se están probando medicamentos para detectar nuevas enfermedades.

"Los pacientes que están más enfermos y en el hospital generalmente tienen una enfermedad más avanzada, y quieres hacer todo lo posible para encontrar algo que los ayude", dijo Grein. "Los pacientes al estar hospitalizados también pueden ser monitoreados a la reacción a un medicamento".

Muchas de las terapias que se están probando para COVID-19 habían sido aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para tratar otras enfermedades, por lo que fueron más fáciles de probar y desplegar rápidamente durante la pandemia que los medicamentos completamente nuevos.

Drogas antivirales: Esta clase de medicamentos reduce la capacidad de un virus para hacer copias de sí mismo. Se usan varios antivirales para tratar la gripe, el VIH y los diferentes tipos de hepatitis. Varios han sido probados contra el SARS-COV-2, el virus que causa COVID-19. Hasta ahora, remdesivir es el único tratamiento antiviral que ha mostrado algún beneficio clínico para los pacientes en un ensayo controlado, un estudio que incluye un grupo de comparación (control) que recibe un placebo, otro tratamiento o ningún tratamiento.

Remdesivir había sido probado previamente para su uso contra otros virus, como el Ébola. El medicamento ha sido evaluado en pacientes con COVID-19 gravemente enfermos que reciben tratamiento en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Los que recibieron el medicamento se recuperaron cuatro días antes en promedio.

Otro medicamento que actúa como un antiviral, la hidroxicloroquina, inicialmente parecía interesante. Este medicamento aprobado por la FDA está ampliamente disponible para tratar la malaria. Sin embargo, los estudios no han identificado ningún beneficio claro al usar hidroxicloroquina para COVID-19, sino que han revelado un daño potencial para los pacientes. Como resultado, la FDA revocó su autorización de uso de emergencia para el tratamiento con COVID-19 el 15 de junio.

Medicamentos antiinflamatorios: Varios tipos de medicamentos que suprimen el sistema inmunitario hiperactivo han demostrado potencial para calmar la "tormenta de citoquinas", una respuesta inflamatoria intensa que COVID-19 parece crear en etapas posteriores de la enfermedad. Estos medicamentos han sido aprobados por la FDA para su uso en pacientes con enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide y muchos tipos de cáncer. El ejemplo más estudiado, tocilizumab, se llama inhibidor de interleucina-6 (IL-6) debido a la citocina específica a la que se dirige.

En ensayos clínicos, tocilizumab se ha asociado con mejores tasas de supervivencia entre pacientes con COVID-19 gravemente enfermos, especialmente aquellos con respiradores. Se necesitan ensayos controlados adicionales para confirmar este beneficio.

Los datos preliminares de un estudio que examina el uso de otro tipo de antiinflamatorio, un esteroide genérico ampliamente disponible llamado dexametasona, sugieren que este medicamento podría mejorar las tasas de supervivencia entre los pacientes con COVID-19 gravemente enfermos. Pero el estudio no está terminado y no está claro si el tratamiento causa efectos secundarios graves. Los intentos anteriores de usar esteroides para tratar pacientes con enfermedades virales como el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) han arrojado resultados mixtos.

Debido a que los esteroides y los inhibidores de IL-6 reducen la respuesta del sistema inmunitario, es probable que solo se usen en las etapas posteriores de una enfermedad COVID-19 cuando la respuesta inflamatoria del cuerpo es más dañina. Un sistema inmunitario debilitado podría potencialmente hacer que el cuerpo sea más vulnerable a COVID-19. "Necesitamos ser cautelosos acerca de cómo y cuándo los usamos", dijo Grein.

 

TERAPIAS EXPERIMENTALEDS

 

Dos tipos de terapias experimentales aprovechan los anticuerpos (proteínas producidas por las células plasmáticas en la sangre) para tratar COVID-19. El sistema inmunitario del cuerpo utiliza anticuerpos para neutralizar patógenos, como virus y bacterias.

Una terapia, el plasma convaleciente, usa anticuerpos de un paciente recuperado de COVID-19 para tratar a alguien actualmente infectado con la enfermedad. El concepto se ha utilizado durante casi un siglo para tratar muchas enfermedades nuevas para las que no existía ningún tratamiento, como el SARS. Muchos hospitales y las compañías de biotecnología están reclutando pacientes con coronavirus recuperados para donar su plasma y generar esta terapia de investigación, examinar su seguridad y efectividad en ensayos clínicos con pacientes gravemente enfermos.

Si bien suena simple, la realidad es más complicada. Algunas personas no muestran respuestas inmunes robustas a COVID-19, y los anticuerpos necesarios no estarán presentes en su sangre. Debido a que la calidad del plasma convaleciente puede variar de persona a persona, no es un producto consistente.

Un ensayo controlado en China demostró que el plasma convaleciente se asoció con una mejoría más frecuente y más rápida en pacientes con COVID-19, pero el estudio se terminó debido a la falta de pacientes elegibles cuando el brote se desaceleró allí.

El segundo tipo de terapia aísla los anticuerpos más potentes de un paciente recuperado y reproduce los anticuerpos en grandes volúmenes para tratar COVID-19, posiblemente evitando que las personas se infecten por completo. Varias compañías de biotecnología e instituciones de investigación académica han desarrollado estas llamadas terapias de anticuerpos monoclonales y las están probando en ensayos clínicos. "Es similar al plasma convaleciente pero potencialmente más poderoso y específico. Se trata esencialmente de proporcionar a los pacientes los anticuerpos que algún día producirá el cuerpo después de recibir una vacuna COVID", precisó Falk.

 

POSICION PRON PARA AUMENTAR EL FLUJO DEL OXIGENO

 

Cuando los pacientes con COVID-19 se enferman gravemente, la enfermedad a menudo ataca sus pulmones. Si no pueden respirar bien, los pacientes son transferidos a la UCI para tratamientos más intensivos. Estas intervenciones pueden incluir un tubo de respiración y un ventilador mecánico que suministran un flujo de aire con siete veces el volumen de oxígeno que obtenemos normalmente al respirar.

Si eso todavía no es suficiente, los médicos pueden optar por dar vuelta a un paciente sobre su estómago, que en realidad es una posición ideal para permitir que los pulmones se expandan por completo. Varias enfermeras y terapeutas respiratorios rotan lenta y metódicamente al paciente para evitar desalojar un tubo de respiración y minimizar cualquier incomodidad para el paciente, que es apoyado por almohadas o almohadones mientras está acostado en esta posición prono durante aproximadamente 18 horas al día.

Falk dijo que no se entiende completamente por qué esto ayuda, pero puede implicar la reducción de la presión que el corazón normalmente aplica a los pulmones. Esta presión comprime una cantidad significativa de tejido pulmonar. Cuando un paciente usa un tubo de respiración, no se beneficia de la mecánica de expansión pulmonar que nuestros cuerpos proporcionan naturalmente. Los hospitales han utilizado la pronación durante años para tratar a pacientes con problemas respiratorios graves.

"Los humanos no están diseñados para estar boca arriba todo el día. La posición pron es una de las cosas más simples que puedes hacer para mejorar la supervivencia", explicó Falk.

 

 


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