MOVERSE MÁS Y PASAR MENOS TIEMPO SENTADO, SECRETO DE SALUD
Pasar demasiado tiempo
sentado, sobre todo viendo la tele, plantea un riesgo significativo para la
salud de los adultos mayores, advierten los expertos.
"Ver televisión tiene
algún componente particularmente nocivo", afirmó Loretta DiPietro, autora
líder del estudio.
"Quizá porque la gente
por lo general se sienta toda la noche en un sillón reclinable y no se mueve, y
comienza un maratón de televisión, sin interrupciones", añadió.
DiPietro es catedrática de
ciencias del ejercicio y la nutrición en la Facultad de Salud Pública de la
Universidad George Washington en Washington, D.C..
Su equipo estudió los
patrones de actividad de 134 mil adultos de 50 a 71 años de edad.
Ver más de cinco horas de
televisión al día y hacer tres o menos horas de actividad física a la semana
multiplicó por más de tres el riesgo de discapacidad de los participantes del
estudio a lo largo de más de ocho años de acuerdo a los investigadores.
"El mensaje es: muévase
más, pase menos tiempo sentado. No significa hacer ejercicio. Significa no
estar sentado tanto tiempo de forma continua. Haga una caminata breve. Suba
unas escaleras. Camine por la casa. Camine por la oficina. Si está viendo la
tele, póngase de pie y camine un poco durante los anuncios", enfatizó
DiPietro.
La investigadora indicó que
la mayoría de las personas, no sólo las personas mayores, están sentadas unas
14 horas al día. Y los adultos mayores pasan del 60% al 70% de las 10 a 11
horas al día en que no están durmiendo sentados o reclinados.
"Lo que hicimos fue
considerar el papel de estar sentado dentro del contexto de la actividad
física", explicó.
Dijo que la pregunta es
cuánta actividad física se necesita para compensar el daño de los periodos
largos que uno pasa sentado a diario.
"Por actividad no
queremos decir ir al gimnasio. Hablamos sobre todo de actividad moderada
ligera, quizá con un poco de actividad vigorosa", comentó DiPietro.
Precisó que el grupo más activo,
las personas que reportaron más de siete horas de actividad física a la semana,
podían estar sentadas hasta seis horas al día sin tener un exceso de riesgo de
perder la movilidad.
Para explorar de qué formas
pasar un exceso de tiempo sentado podría afectar el riesgo de discapacidad a
largo plazo, los investigadores analizaron datos de 1995-2005 del Estudio sobre
la salud y la dieta de la AARP, de los Institutos Nacionales de la Salud de EU.
Al inicio del estudio, se
consideró que los participantes estaban sanos. Tenían una edad promedio de 61
años. Más de 9 de cada 10 eran blancos.
El tiempo sedentario diario
se reportó en términos de estar sentado, ver televisión, el tiempo frente a la
computadora, y las siestas. También se registraron las actividades de
intensidad baja (como las labores del hogar, caminar o ir de compras) y las
actividades de moderadas a vigorosas (como trotar o trabajar en el jardín).
Al final del estudio, el 29%
de los participantes no podían caminar o tenían dificultades para hacerlo. Las
mujeres, los fumadores y los que tenían un nivel educativo más bajo y/o una
salud relativamente peor al inicio del estudio fueron más propensos a estar
discapacitados al final.
El estudio no demuestra que
haya una relación causal directa. Pero los más activos y los menos sedentarios
tuvieron los mejores resultados en términos del riesgo de discapacidad,
reportaron los investigadores.
Determinaron que la
televisión era el mayor culpable respecto a la movilidad.
Independientemente de los
niveles de actividad, el riesgo de discapacidad aumentó en un 25% y en un 65%,
respectivamente, entre los que veían de tres a cuatro horas de televisión al
día, o los que veían cinco o más horas al día, en comparación con los que veían
menos de dos horas al día. La raza, el historial educativo, el tabaquismo y/o
los cambios en el peso no afectaron al riesgo planteado por la televisión.
"Lo sorprendente de
estos hallazgos fue que ver televisión resultara más dañino que la conducta
sedentaria en general", comentó Jennifer Temple, profesora asociada en la
Facultad de Salud Pública y Profesiones de la Salud de la Universidad de
Buffalo, en Nueva York.
"Los autores especulan
que esto se debe a que quizá la gente pueda reportar de forma más precisa la
cantidad de tiempo que pasa viendo televisión, o que otros tipos de actividades
sedentarias podrían estar intercalados con momentos de actividad", anotó
Temple.
"Se debe realizar más
investigación para determinar el mecanismo mediante el cual ver televisión tiene
este efecto", añadió.
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