BAJAR DE PESO A CUALQUIER
PRECIO: LOS
RIESGOS DE LAS SOLUCIONES
“FACILES”
●El uso indiscriminado de productos no
regulados puede desencadenar problemas graves de salud, incluyendo daños a
órganos vitales
En
un mundo donde la estética y la salud son el centro de atención, los productos
"milagro" para bajar de peso han inundado el mercado prometiendo
soluciones rápidas y fáciles para perder kilos sin esfuerzo; sin embargo,
detrás de estas promesas llamativas se esconden serios riesgos para la salud de
los consumidores.
De
acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2022), en
México viven con obesidad o sobrepeso, el 75% de los adultos, el 41% de los
adolescentes y el 35% de los niños; ante esto, muchas personas buscan remedios
“milagro” para bajar de peso, que los llevan a tener consecuencias en su salud.
Desde efectos secundarios peligrosos hasta el uso de medicamentos sin
supervisión médica, es crucial que la población esté informada sobre las
consecuencias de recurrir a estos métodos y cómo identificar si un producto o
medicamento está debidamente regulado.
Los
llamados productos "milagro" prometen aliviar padecimientos, quitar
dolores o curar enfermedades sin presentar ninguna evidencia
técnico-científica, aprovechándose de la urgencia de personas y causando graves
riesgos a la salud.
Entre
las consecuencias más comunes del uso de estos productos se incluyen
dependencia, desórdenes metabólicos, daño a órganos vitales, entre otros. De
acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, estos productos provocan la
muerte de 700 mil personas en todo el mundo.
Algunos
de estos productos, que se comercializan como suplementos naturales o
quemadores de grasa, contienen ingredientes no seguros o dosis inadecuadas de
sustancias que pueden ser riesgosas.
Uno
de los ingredientes más peligrosos encontrados en algunos productos para bajar
de peso es la sibutramina, una sustancia que fue prohibida en muchos países,
incluido México, debido a sus graves efectos secundarios.
Este
compuesto actúa como un supresor del apetito, pero su uso se asocia con un
aumento del riesgo de problemas cardiovasculares, como ataques cardíacos y
derrames cerebrales. A pesar de estar prohibida, aún es posible encontrar
productos no regulados que la contengan, lo que representa un problema de salud
pública.
“Uno
de los principales riesgos para los consumidores es el uso de productos no
aprobados que pueden tener ingredientes no declarados, lo que es un grave
riesgo para la salud. Es fundamental que los usuarios no se dejen llevar por
promesas engañosas o productos milagro. La salud es un tema serio y cualquier
intervención en el cuerpo debe hacerse con responsabilidad y bajo la asesoría
de un profesional de la salud”, puntualizó Mirna Hernández, abogada especialista
en regulación sanitaria y CEO de Depsa Legal.
¿Cómo saber si un producto está
regulado?
Es
fundamental que los consumidores sepan cómo identificar productos y
medicamentos aprobados. En México, todos los medicamentos y productos de uso
médico deben contar con un registro sanitario emitido por las autoridades
correspondientes. Del mismo modo, estos productos suelen estar acompañados de
publicidad engañosa, ya que prometen resultados inmediatos y sin esfuerzo, o
que se venden únicamente en línea o en redes sociales sin referencias de
autoridades de salud.
El
caso de Ozempic: su uso y advertencias.- Recientemente, un medicamento
originalmente desarrollado para tratar la diabetes tipo 2, Ozempic, ha ganado
popularidad por sus efectos secundarios de pérdida de peso. Sin embargo, su uso
indiscriminado y sin supervisión médica puede traer complicaciones graves.
Ozempic
contiene semaglutida, que ayuda a controlar el nivel de azúcar en la sangre,
pero su capacidad para suprimir el apetito ha hecho que muchas personas sin
diabetes lo utilicen con fines estéticos. Esto ha desatado preocupaciones, ya
que no está diseñado para la pérdida de peso en personas sin diabetes y su uso
fuera de indicación médica puede tener efectos adversos no controlados debido a
que debe ser recetado y monitoreado por un profesional de la salud.
“La
salud pública está en juego cuando estos productos no cumplen con las
normativas sanitarias. Los consumidores confían en que lo que adquieren está
respaldado por una supervisión regulatoria que garantice su seguridad y
eficacia. Es vital que las empresas que los comercializan se aseguren de estar
en línea con las regulaciones, no solo para evitar sanciones, sino para
proteger a los consumidores de riesgos innecesarios”, finalizó Mirna Hernández.
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