martes, 8 de octubre de 2024

 

SALUD MENTAL: DESAFIO SILENCIOSO

 DE LA ACONDROPLASIA

 


*La discriminación y el estigma social pueden derivar en trastornos de ansiedad, depresión, e incluso, problemas de autoestima

 

 

“Muchas personas con acondroplasia enfrentamos trastornos como ansiedad, depresión y baja autoestima, esto por la presión social que experimentamos, por lo cual requerimos apoyo psicológico. En mi caso, además he encontrado en el arte, específicamente en un grupo de ópera, una vía alterna para lidiar con estos desafíos emocionales. Por fortuna, ahora mi autoestima es muy buena”, comenta Mariana, joven michoacana, de 19 años, con acondroplasia, en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, que se da cada 10 de octubre.

La acondroplasia es una enfermedad huérfana, y también, es la forma más común de baja estatura desproporcionada; debido a la alteración del crecimiento óseo, es una condición genética que conlleva no solo dificultades físicas, sino también una carga emocional que muchas veces pasa inadvertida.

Es importante detenerse a reflexionar sobre las personas que viven con condiciones físicas visibles y cómo éstas impactan su salud mental. Entre los principales factores que afectan la salud mental de las personas con acondroplasia existen la discriminación y el estigma social. Desde comentarios insensibles hasta el rechazo, la burla, o bien, miradas malintencionadas.

Además, la falta de accesibilidad en espacios públicos y la necesidad de adaptaciones específicas en su entorno diario generan un estrés constante. La necesidad de depender de otros o de soluciones que no siempre están disponibles, puede hacer que las personas con acondroplasia experimenten sentimientos de frustración y desamparo, lo cual afecta enormemente su bienestar emocional.

En este contexto, Marisela Herrera, presidenta de la Fundación De la Cabeza al Cielo, destacó que “desde una edad temprana, los niños con esta condición suelen notar diferencias físicas con sus compañeros, lo que puede generar frustración y depresión, sobre todo si no se cuenta con un entorno de apoyo familiar y psicológico adecuado”.

De ahí la importancia del acompañamiento emocional, tanto por parte de la familia como de profesionales, para enfrentar los desafíos sociales. Además, Herrera subrayó que, aunque no todos los pacientes con acondroplasia desarrollan depresión, el apoyo psicológico y la promoción de la autoestima son claves para su bienestar.

Los servicios de salud mental deben de ofrecer un enfoque especializado y sensible para quienes viven con condiciones como la acondroplasia. Los terapeutas y profesionales de la salud deben estar capacitados no solo para abordar los aspectos emocionales generales, sino también para comprender los desafíos específicos de estas personas. Esto implica trabajar en la construcción de una autoestima sólida, en el manejo del estrés derivado de la discriminación y en la resiliencia para enfrentar un entorno que, muchas veces, no está diseñado para ellos.

En este día mundial, es importante recordar que la salud mental es un derecho de todos, incluidas las personas con discapacidades físicas visibles, como la acondroplasia. La empatía, la inclusión y el acceso a servicios de salud mental adaptados a sus necesidades son esenciales para garantizar un bienestar emocional integral. Solo cuando se reconozca la intersección entre las condiciones físicas y el bienestar mental, se podra avanzar hacia una sociedad más inclusiva y comprensiva.

 

 

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