TRES PROCEDIMIENTOS DE ALTA
ESPECIALIDAD EN EL IMSS
A PACIENTE CON UNA RARA
CARDIOPATIA CONGENITA
*Arturo Pineda nació con un soplo en el
corazón; a los 32 años, en el Hospital de Cardiología del CMN Siglo XXI le fue
diagnosticada anomalía de Ebstein, defecto poco común que afecta una de las
cuatro válvulas del corazón
En
menos de 24 horas, especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) realizaron tres procedimientos de alta especialidad, una cirugía, una
terapia innovadora y un tratamiento de hemodiálisis, para salvar la vida de un
paciente de 32 años que sufría una rara cardiopatía congénita conocida como
anomalía de Ebstein.
Arturo
Pineda nació con un soplo en el corazón, durante los primero años de su vida,
los médicos le dijeron a sus padres que el defecto cardiaco se quitaría con la
edad, lo cual no ocurrió; relata que su infancia fue como la de cualquier niño:
jugaba, practicaba deporte y actividad física, pero su vida cambió
drásticamente hace cuatro años.
“Ya
me empezaba a cansar mucho cuando corría o caminaba distancias muy largas,
sentía en mi corazón una palpitación muy rápida, pero hacía como si fuera era
algo normal; pasó un año y empecé a tener mucho dolor de cabeza, tomaba
pastillas y en el médico me decían que era jaqueca, pero no se me quitaba”,
recuerda.
Acudió
a una unidad médica del IMSS donde le tomaron una placa y resultó que su
corazón era más grande de lo normal, por lo cual fue canalizado al Hospital de
Cardiología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI.
Ahí
la jefa del Servicio de Cardiopatías Congénitas, doctora Lucelli Yáñez
Gutiérrez, tras ordenar estudios de ecocardiograma, tomografía y cateterismo
cardiaco, le informó a Arturo que padecía de una anomalía de la válvula
tricúspide en un grado severo, la cual provocaba que su corazón no funcionara
correctamente y se deteriorara con rapidez.
Ante
ello, explicó la especialista del IMSS, el 15 de agosto de 2019 se optó por
realizar una cirugía innovadora y compleja a corazón abierto conocida como “uno
y medio”, que consiste en conectar la vena cava superior a la rama derecha de
la arteria pulmonar para colocar una prótesis mecánica en posición tricuspídea.
La
doctora Yáñez Gutiérrez indicó que la operación fue exitosa para resolver la
anomalía en el corazón de Arturo; sin embargo, en las horas siguientes durante
el periodo de recuperación postquirúrgico, tuvo complicaciones en riñón e
hígado que comprometían la función de estos órganos y la vida, por lo que fue
necesario realizar un segundo procedimiento.
USO
DE TECNOLOGIA NOVEDOSA
“Esta
situación requirió el uso de una tecnología novedosa que es la membrana de circulación
extracorpórea o ECMO, al darle este apoyo al paciente, permitió que saliera de
la terapia y para sustituir la función renal que estaba fallando, se dio un
tercer tratamiento, una hemodiálisis con la máquina Prisma y así se recuperó su
riñón, el corazón, toleró la cirugía y pasó a terapia intensiva”, detalló.
Una
vez recuperado de estas intervenciones, el paciente realizó un programa de
rehabilitación cardiaca y cuando su recuperación fue completa, se le dio de
alta y pudo reincorporarse a sus actividades físicas habituales, regresar con
su familia y llevar una vida prácticamente normal, a pesar del momento crítico
en su salud después de la cirugía. Desde su ingreso hasta su alta,
transcurrieron dos meses.
“En
la atención de Arturo prácticamente se vieron involucrados todos los servicios
del hospital, desde la consulta externa, el área de hospitalización, personal
de enfermería, de rayos X y radiodiagnóstico, de hemodinamia, quirófano, de
terapia postquirúrgica y personal de rehabilitación cardiaca, donde están los
médicos y los rehabilitadores; más de 90 trabajadores del IMSS estuvimos
involucrados en su recuperación”, destacó.
“No
tenía miedo, pero sí estaba consciente de que era una cirugía de corazón, no
tenía idea ni la magnitud de lo que iba a pasar. El día 15 llegó el momento de
mi cirugía, tuve muchísima confianza en los médicos, yo estaba en sus manos,
les dije que confiaba en su trabajo y en lo que iban a hacer, me subí a la
camilla contento para llevarme a quirófano”, recuerda Arturo Pineda.
Despertó
20 días después de entrar a quirófano, su esposa y hermano le contaron todo el
proceso y los esfuerzos de los especialistas del Seguro Social para salvar su
vida.
“Muchos
médicos iban a verme, me preguntaban cómo estaba y cómo me sentía, me sorprendía
la cantidad de doctores y enfermeras que se mantuvieron pendientes, para mí fue
algo padrísimo ver tanto apoyo y que estuvieran conmigo en todo momento”,
expuso.
La
doctora Yáñez Gutiérrez indicó que a nivel mundial se estima que nacen siete
niños con cardiopatía congénita por cada mil recién nacidos; en México, aunque
no se cuenta con la cifra exacta, se estima que pueden ser entre ocho y 10
niños por cada mil recién nacidos vivos.
PRINCIPALES
SINTOMAS
Explicó
que los síntomas más comunes de las cardiopatías congénitas son soplo cardiaco,
que es un ruido que produce la sangre al atravesar estructuras del corazón;
falta de aire, cansancio, palpitaciones o dolor del corazón y en algunos casos
la coloración azul en dedos y boca; la atención oportuna de estos pacientes en
edades tempranas, permite evitar complicaciones al llegar a la vida adulta y
que se reduzcan las alternativas de tratamiento.
El
Seguro Social, dijo, cuenta con diversos estudios para el diagnóstico de las
cardiopatías congénitas: los iniciales son radiografía de tórax,
electrocardiograma y el ecocardiograma, que es un ultrasonido del corazón; y
los más complejos incluyen estudios de imagen con contraste, como son
tomografía, resonancia magnética y cateterismo cardiaco.
Respecto
al tratamiento, señaló que en el IMSS se cuenta con todas la alternativas necesarias, incluidos
fármacos para el control de los síntomas, así como diversas opciones de
cirugías cardiacas, manejo por cateterismo y trasplante de corazón.
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