ES NECESARIO RECORTAR LA
BRECHA EN ATENCION A LA SALUD MENTAL
*En México, del gasto total en salud, sólo el
2.2% se asignó a salud mental en 2017
La
salud mental es una necesidad básica del ser humano; sin embargo, el estigma
hacia las enfermedades mentales, la falta de recursos, infraestructura
hospitalaria, atención médica especializada en salud mental y la discriminación
que sufren las personas con que viven con esta condición, así como la falta de
acceso a los medicamentos adecuados, son aspectos que hoy en día obstaculizan
la integración a la sociedad de este sector de la población.
En
conferencia de prensa realizada por Lundbeck en el marco de la conmemoración
del Día Mundial de la Salud Mental, la doctora María Elena Medina-Mora, doctora
en psicología social por la UNAM y jefa del Departamento de Psiquiatría y Salud
Mental de la Universidad Nacional Autónoma de México, brindó un amplio panorama
sobre la situación actual de la salud mental en México y planteó soluciones que
inciden directamente en la política pública del país.
La
especialista explicó que la salud mental es un fenómeno complejo determinado
por múltiples factores sociales, ambientales, biológicos y psicológicos, e
incluye padecimientos como la depresión, la ansiedad, la epilepsia, las
demencias, la esquizofrenia, algunos de los cuales se han incrementado en los
últimos tiempos.
“En
este sentido, lograr que la población conserve la salud mental, además de la
salud física, depende, en gran parte, de la realización exitosa de acciones de
salud pública, para prevenir las enfermedades, tratar y lograr que los
pacientes puedan reintegrarse a la sociedad”, explicó la especialista.
La
doctora Medina-Mora también hizo hincapié en la necesidad de contar con
estadísticas actualizadas de salud mental en México, ya que el último estudio
formal con el que se cuenta es la Encuesta Nacional de Salud Mental, realizada
en 2001.
En
México, un 18% de la población urbana en edad productiva (15–64 años) sufre algún
trastorno del estado de ánimo, como depresión, ansiedad, demencia o fobia.
Se
calcula que más de 1 millón de personas viven con esquizofrenia, trece millones
de personas son adictas al alcohol, 13 millones son fumadores y hay más de 400
mil adictos a psicotrópicos.
Con
relación a los impactos sociales, los índices de enfermos de estos trastornos
tienden a aumentar debido a problemas como la pobreza, violencia, aumento de
adicciones y envejecimiento de la población.
Debido
a la alta prevalencia de los trastornos mentales y del abuso de sustancias en
adultos y jóvenes, la carga emocional y financiera para el individuo, su
familia y la sociedad es alta.
El
impacto económico se refleja en el ingreso personal, la capacidad de las
personas o sus familias para trabajar y hacer contribuciones productivas a la
economía nacional. Igualmente se incrementa la demanda de los servicios de
atención y apoyo por parte de la población.
Contrariamente
a estas necesidades, en nuestro país el presupuesto para salud mental en 2017
fue de $2 mil 586 mdp o poco más de un dólar per cápita.
Del
gasto total en salud, sólo el 2.2% se asignó a salud mental en 2017. Ante la
situación de pandemia que estamos enfrentando, es importante reconsiderar la
inversión en salud mental en México.
¿CÓMO
MEJORAR LA ATENCION?
La
doctora Medina Mora informó que, de acuerdo con la OMS, existen cinco acciones
a realizar para mejorar la salud mental en las naciones, como incluir a la
salud mental en los programas de salud pública; mejorar la organización de los
servicios de salud mental; integrar la salud mental a la atención primaria;
aumentar los recursos humanos para la atención de la salud mental, y generar
política pública de largo plazo en salud mental.
En
el Plan de Acción en Salud Mental 2013 – 2020 de la OMS se establecen seis
principios básicos que deben ser cubiertos en la política pública a favor de la
salud mental, tales como cobertura universal, respeto a los derechos humanos,
estrategias de intervención basadas en evidencia científica y las mejores
prácticas, consideración de las necesidades sociales y de salud en todas las
etapas de la vida, trabajo conjunto de diversos sectores, y empoderamiento de
los pacientes.
En
su intervención, Sara Montero, directora general de México, América Central y
Países Andinos de Lundbeck, señaló que “como compañía enfocada en el cuidado y
la preservación de la salud mental en el mundo, nuestros esfuerzos se basan en
los principios internacionales de la Organización de las Naciones Unidas, la
Organización Mundial de la Salud y de cada país en el que operamos. Queremos
colaborar con todos los grupos involucrados, ya sea gobierno, comunidad,
academia y sociedad civil organizada, con el objetivo de definir los mejores
caminos para mejorar la salud mental de todos”.
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