LOS MALOS HABITOS DE
ALIMENTACION NOS DEJARON
VULNERABLES ANTE EL COVID
19: MATIAS MARCHETTI
*La
cuarentena exacerbó el consumo de alcohol y alimentos ultra procesados; en
consecuencia, la alimentación con consciencia es una oportunidad de cambiar
viejos paradigmas de nutrición durante la “nueva normalidad”
Hace
décadas que nos hemos olvidado en México de adoptar hábitos saludables y
perdurables que realmente favorezcan a la salud y a nuestro sistema
inmunológico.
El
nutriólogo Matías Marchetti, especialista en cambios conductuales en la familia
y en el deporte nos comenta sobre el contexto actual en que vivimos que,
“durante la cuarentena se incrementó de manera significativa la adopción de
hábitos cada vez más perjudiciales como el sedentarismo, alto consumo de
empanizados y de alimentos ultra procesados que son elevados en azúcares y
grasas. Además, se ha presentado un fuerte abuso de bebidas alcohólicas. Todos
estos malos hábitos de alimentación nos han dejado muy vulnerables metabólicamente
hablando ante el actual embate del virus SARS-COV-2 que ocasiona la enfermedad
por COVID-19”.
Ya
antes de la pandemia los datos oficiales revelaban importantes incrementos en
enfermedades asociadas a malos hábitos de vida.
En
el año 2000, el porcentaje de muertes en México por enfermedades del corazón
fue del 15.6% mientras que en 2018 subió hasta el 20.8%. En 2000 el porcentaje
de fallecimientos por diabetes mellitus fue del 10.6%, e incrementó a 14.2%
para el 2018.
El
diagnóstico de la obesidad también ha crecido, ya que, a nivel nacional en 2018
el porcentaje de adultos de 20 años y más con sobrepeso y obesidad fue del
75.2% (39.1% sobrepeso y 36.1% obesidad), porcentaje que en 2012 fue de 71.3%.
Aunado
a lo anterior, desde que inicio la pandemia la Organización Mundial de la Salud
ha señalado que las personas que padecen enfermedades del corazón,
hipertensión, cáncer, diabetes mellitus y obesidad entre otras, están en mayor
riesgo de enfrentar un cuadro grave de COVID-19 en caso de contagio. Por eso
hoy más que nunca, adoptar buenos hábitos de vida se torna imprescindible.
Durante
la pandemia estemos atentos a no consumir alimentos procesados y a ser
conscientes de los niveles de ansiedad que experimentamos.
ADQUIRIENDO
NUEVOS HABITOS
En
el marco de la pandemia por COVID-19, Matías Marchetti experto egresado del
Instituto Universitario de la Fundación ISALUD de Buenos Aires, indica que el
primer hábito que podemos cambiar es evitar el consumo de alimentos ultra
procesados debido a la inflamación crónica que éstos producen en el organismo.
Al
ser el COVID-19 un virus que tiene como consecuencias graves una tormenta
inflamatoria, resulta entonces sensato evitar consumir alimentos que mantienen
nuestras células inflamadas.
Algunos
ejemplos de alimentos proinflamatorios que hay que evitar son todos los ultras
procesados, altos en harinas, azúcares añadidos, jarabe de alta fructosa,
grasas, sodio, lactosa, conservadores artificiales como el glutamato sódico,
así como el alcohol.
El
otro elemento es la ansiedad ya que controlarla durante tantas horas extras
dentro de casa, es un gran reto. A este respecto el experto en nutrición
comenta que, “la incertidumbre natural de la pandemia ha promovido el cese de
distintos hábitos saludables como el ejercicio, que sirven de soporte para
mitigar la ansiedad. Sin ejercicio, lo más práctico puede ser recurrir a los
alimentos para controlar la ansiedad. Pero es importante configurar nuestra
actitud ante la comida, ya que debemos ser conscientes de cuándo necesitamos comer
y cuándo no”.
De
acuerdo con Marchetti, nutriólogo inventor del método de nutrición y bienestar
MarchettiRules, “para adoptar verdaderos hábitos y estilos de vida saludables y
perdurables, debemos cambiar el viejo paradigma de la nutrición mediante un giro
disruptivo en nuestras actitudes y conductas hacia la comida dentro del núcleo
familiar”.
El
especialista nos brinda varios consejos para hacer mejores elecciones de
alimentos y promover mejores hábitos de vida que empoderen a las personas con
respecto a la alimentación diaria.
Planifica
todas tus comidas. Recuerda que en cada plato necesitas vegetales, acompañados
con la porción justa de proteína, carbohidratos y grasas.
Adapta
tu ingestión de alimentos de acuerdo con tus necesidades personales. Por ejemplo,
puedes llevar una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos o una dieta
alta en grasas y baja en carbohidratos, etc. La distribución de nutrimentos
depende de cada persona y será solo un especialista en nutrición quien pueda
identificar tus necesidades personales, calcular tu régimen correcto y quien te
pueda guiar de forma profesional a lo largo de este proceso.
Tómate
el tiempo de derribar los mitos de las calorías, porque éstas sí importan. Es
decir, estarás más saciado si basas tu alimentación en comida real y no en la
comida ultra procesada, ya que así desplazarás comestibles muy calóricos y poco
saludables.
Conéctate
de manera real con tus emociones y dedica más tiempo a tu familia. Incluso
dedícate un espacio para ti mismo y descansa del estrés que provoca estos
tiempos de cambio.
APROVECHA
ESTA OPORTUNIDAD
Marchetti
afirma que el tiempo en casa durante la pandemia, representa una gran
oportunidad para adoptar hábitos saludables que disminuyan la ansiedad y añade
que, “al verse alterada la normalidad,
tu burbuja de confort desaparece y empiezas a sentir un sin fin de emociones,
bien sea por incertidumbre, aburrimiento o estrés; pero es necesario tomarse el
tiempo de transitarlas para entenderlas, y así comprender que no es necesario recurrir
a los alimentos en esos momentos”.
Todos
tenemos la posibilidad de romper los viejos paradigmas de alimentación y
aspirar a una mejor y más plena vida. Lo primero es reconocer que cada persona
tiene necesidades distintas y solo un especialista puede reconocer dichas
necesidades.
“Es
fundamental acompañar a las personas en el proceso, revisar cómo cocinan y cómo
sirven sus platos de alimentos, conocerlos, escuchar sus objetivos, identificar
gustos y preferencias, evaluar qué alimentos les inflaman, cuáles les sacian,
etc. Solo la nutrición personal y enfocada en cambios de actitudes con respecto
a la comida son exitosos a largo plazo”, concluyÓ Marchetti.
Cambiar
hábitos obsoletos y perjudiciales, se logra a través de comer con consciencia y
no de acuerdo con el -piloto automático- que todos llevamos dentro y que hemos
heredado de la cultura, tradiciones y emociones propias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario