FUTURO
COVID 19
ANULARIA EL COVID-19 EL
PONER FIN A LAS MUERTES INFANTILES
Pese
a que el número de muertes de menores de cinco años disminuyó hasta los 5.2
millones en 2019, la cifra más baja registrada, las interrupciones en los
servicios de salud infantil y materna, ocasionadas por la pandemia de COVID-19
están poniendo en juego la vida de más millones de niños.
El
número mundial de muertes de menores de cinco años alcanzó el nivel más bajo
registrado al disminuir de los 12.5 millones de 1990 a 5.2 millones en 2019,
según las nuevas estimaciones de mortalidad publicadas por UNICEF, la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la División de Población del
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas y el Grupo
Banco Mundial.
Sin
embargo, los estudios de UNICEF y la OMS revelan que, desde entonces, la
pandemia de COVID-19 ha ocasionado importantes interrupciones en los servicios
de salud que podrían echar por tierra décadas de avances conseguidos con mucho
esfuerzo.
“La
comunidad mundial ha avanzado tanto hacia la eliminación de las muertes
infantiles prevenibles que no podemos permitir que la pandemia de COVID-19 nos frene”,
afirmó Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF.
“Los
niños que no pueden acceder a los servicios de salud debido a la sobrecarga del
sistema, o las mujeres que temen dar a luz en el hospital por miedo a
infectarse, se convierten también en víctimas de la COVID-19. Si no se invierte
cuanto antes en reanudar los sistemas y los servicios de salud que se han interrumpido,
millones de niños menores de cinco años, y sobre todo los recién nacidos,
podrían morir”, añadió.
A
lo largo de los últimos 30 años, los servicios de salud destinados a prevenir o
tratar las causas de las muertes infantiles (como los partos prematuros, la
insuficiencia ponderal al nacer, las complicaciones durante el parto, la sepsis
neonatal, la neumonía, la diarrea y la malaria), así como las vacunas, han sido
decisivos para salvar la vida de millones de niños.
Sin
embargo, muchos servicios de salud infantil y materna, como los reconocimientos
médicos, las vacunas y la atención prenatal y posnatal, han sido interrumpidos
en todo el mundo debido a la limitación de los recursos y a la aprensión
general a la hora de hacer uso de los servicios de salud por miedo a
contagiarse con la COVID-19.
ESTUDIO
DE LA UNICEF
Un
estudio llevado a cabo por UNICEF en 77 países a lo largo del verano reveló que
en casi un 68% de los países se notificó al menos alguna interrupción en los
reconocimientos médicos de los niños y en los servicios de inmunización.
Además, en un 63% de los países se registraron interrupciones en los exámenes
prenatales, un porcentaje que se situó en el 59% en el caso de la atención
posnatal.
Por
otra parte, un estudio reciente de la OMS basado en las respuestas de 105
países reveló que en un 52% de los países se notificaron alteraciones en los
servicios de la salud para los niños que padecían una enfermedad y un 51% en
los servicios de tratamiento de la malnutrición.
Este
tipo de intervenciones en materia de salud son esenciales para poner fin a las
muertes evitables de niños y recién nacidos.
Por
ejemplo, las mujeres que reciben los cuidados de matronas profesionales
formadas según las normativas internacionales tienen un 16% menos de probabilidades
de perder a su bebé y un 24% menos de probabilidades de dar a luz
prematuramente, según la OMS.
“El
hecho de que en la actualidad haya más niños que sobreviven a su quinto año de
vida que nunca antes en la historia es una verdadera demostración de lo que se
puede conseguir cuando priorizamos la salud y el bienestar en nuestros planes
de respuesta”, aseguró el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general
de la OMS.
“Ahora
no podemos permitir que la pandemia de COVID-19 eche por tierra los importantes
avances logrados en favor de nuestros niños y las generaciones futuras. De
hecho, es el momento de poner en práctica lo que sabemos que funciona para
salvar vidas y seguir invirtiendo en unos sistemas de salud más fuertes y
resilientes”, precisó.
Sobre
la base de las respuestas de los países que participaron en los estudios de
UNICEF y la OMS, algunas de las razones más citadas para explicar las
interrupciones en los servicios de salud fueron la reticencia de los
progenitores a la hora de visitar los centros de salud por el miedo a
contagiarse; las restricciones a los transportes; la suspensión o el cierre de
servicios y establecimientos; la reducción de las plantillas de trabajadores de
la salud por haber sido reubicados o por el temor a contagiarse ante la falta
de equipos de protección personal como mascarillas y guantes; así como el
aumento de las dificultades financieras. Afganistán, Bolivia, Camerún, Libia,
Madagascar, Pakistán, la República Centroafricana, Sudán y Yemen son algunos de
los países más afectados.
En
siete de esos nueve países se registraron índices de mortalidad infantil de más
de 50 muertes por cada mil nacidos vivos menores de cinco años en 2019. En el
Afganistán, donde uno de cada 17 niños murió antes de cumplir cinco años en
2019, el Ministerio de Salud informó de una importante reducción en las visitas
a los centros de salud.
Debido
al miedo a contagiarse con el virus de la COVID-19, las familias están
restándole prioridad a la atención prenatal y posnatal, lo cual aumenta el
riesgo al que se enfrentan las mujeres embarazadas y los bebés recién nacidos.
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