MUY FRECUENTE, LA INMADUREZ EMOCIONAL EN INFANTES
*Se confunde con
TDAH e inmadurez intelectual y presentan problemas de lenguaje y
lecto-escritura, bajo desempeño escolar, y baja autoestima, entre otros
síntomas
*La
solución es el diagnóstico y una terapia de juego. CEEPI da a conocer la
problemática
La inmadurez emocional infantil puede confundir a los padres de familia e
incluso a los maestros porque es similar al Trastorno de Déficit de Atención e
Hiperactividad (TDAH).
Está asociada con un bajo rendimiento escolar y es común que los niños
padezcan problemas de lenguaje y de lecto-escritura.
Contrariamente a lo que se piensa, se trata de pequeños con capacidades
intelectuales normales e incluso sobresalientes.
El problema es que no han desarrollado las habilidades esperadas y acordes
a su edad por motivos estrictamente psicológicos.
Al respecto, la doctora Claudia Sotelo Arias explica que "son niños
muy sobreprotegidos, y con papás sumamente aprensivos y que de forma
inconsciente inhiben su desarrollo. No son estimulados: no se les toca ni con
el pétalo de una rosa y las consecuencias son contraproducentes".
La también directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos
en la Infancia (CEEPI) precisó que los hechos demuestran que existen un repunte
considerable del padecimiento.
Los motivos son diversos: por el clima de inseguridad los niños ya no son
sociables como lo eran antes -ya no juegan en la calle o fuera de sus hogares-;
por sobreprotegerlos los padres no les enseñan a defenderse; son niños producto
de procesos de infertilidad y esto conlleva una fuerte gran carga emocional y
en términos generales sus padres promueven los temores en vez del valor para
resolver los problemas.
"No hay como un diagnóstico basado en pruebas que determinan el nivel
de inmadurez. Y hay buenas noticias, 82% de los casos se trata de niños
normales pero con algún grado de inmadurez psicológica. Sólo el 18% sí presenta
inmadurez intelectual y otro tipo de padecimientos (TDAH, daños neurológicos,
bajo coeficiente intelectual, etcétera)", señaló la especialista.
También explicó que el tratamiento para revertir la inmadurez se basa en
terapias de juego: los niños se divierten al mismo tiempo que refuerzan su
autoestima y logran ganar autonomía. Para sus padres la intervención
psicológica prevé cambios en la dinámica familiar y escolar.
“Por lo tanto, si cuenta con el apoyo familiar y de sus centros de estudio
los niños pueden revertir la inmadurez a mediano plazo", concluyó Sotelo
Arias.
Algunos síntomas de inmadurez psicológica son:
Problemas de lenguaje. Niños que no hablan o hablan con monosílabos a una
edad que se espera que digan palabras.
Problemas de lecto-escritura.
Retraso en la coordinación motriz y en la percepción de objetos: se golpean
en paredes, pasamanos, siempre traen moretones. Puede haber retraso en el
control de esfínteres.
Tiene una baja autoestima. Son inquietos.
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