APOSITOS, CLAVES EN LA CICATRIZACION DE LAS HERIDAS
*La atención y cuidado de
las heridas se ha convertido en una asignatura obligatoria para muchos países a
fin de evitar más muertes
De acuerdo con información de la Secretaría de Salud, las lesiones
en las personas representan un problema cada vez más grave dado que constituyen
9% de la mortalidad mundial con más de 5 millones de decesos al año.
Ante esta realidad, la atención y cuidado de las heridas se ha
convertido en una asignatura obligatoria para muchos países.
Concepción García, enfermera clínica y especialista en heridas de
BSN medical, señala que estas lesiones se presentan por lo general en la piel y
tejidos subyacentes, ocasionadas por factores externos que rompen la
continuidad del tejido y provocan sangrado, además de ser una entrada para
microorganismos.
“Por tanto es muy importante conocer su evolución normal no sólo
para cuidarlas sino, además, para detectar a tiempo y controlar una posible
infección”, advierte.
Detalla que la evolución de las heridas consta de las siguientes
cuatro etapas que se desarrollan aproximadamente en tres semanas:
1.- Coagulación: Cuando se produce la lesión, el cuerpo
comienza a emanar sangre y automáticamente lo controla formando un coágulo.
2.- Inflamación: Sucede cuando el organismo limpia la
herida con sus mecanismos de defensa, por consiguiente segrega en la zona un
líquido claro e inoloro llamado exudado.
3.- Proliferación: Durante esta fase las células comienzan
a reproducirse para regenerar el tejido perdido. Como resultado vemos un tejido
color rojo vivo.
4.- Remodelación: Proceso en el que el cuerpo hace que la
nueva piel se asemeje al resto del tejido.
Concepción García explica que el líquido de la herida, conocido como
exudado, brota en la fase inflamatoria, normalmente durante los primeros tres
días, y disminuye su flujo en los días posteriores.
Sin embargo, si éste es abundante, más espeso, con mal olor (pus),
es sinónimo de complicación porque la humedad que permanece en la zona favorece
la proliferación de bacterias, y daña la piel que rodea la herida incrementando
su tamaño.
“El exudado y la coloración de la herida, son un patrón de guía
para que los profesionales de la salud detecten el tipo de herida. Las agudas son
producto de accidentes, cirugías o traumatismos y suelen cerrar en 21 días. Las
crónicas rebasan este periodo, pudiendo prolongarse por años y se deben, entre
otras, a enfermedades como
Diabetes o trastornos venosos y/o arteriales (úlceras en miembros inferiores)”,
comenta la experta.
Asimismo, advierte que el profesional de la salud es el único
indicado para controlar la humedad e infección de una herida.
PAPEL DE LOS APOSITOS
Después de lavar una herida, se colocan apósitos que funcionan
como barreras que impiden el paso de microorganismos a la zona y ayudan al
organismo a regenerarse por sí mismo. Sin embargo, hay que tomar una buena
decisión al elegir el tipo de apósito, pues existen apósitos para cada etapa de
la herida y una equivocación puede entorpecer su evolución natural.
Hoy en día el profesional de la salud cuenta con un amplio
catálogo de apósitos que permiten controlar los exudados y las infecciones.
Un buen ejemplo es Cutimed Sorbact, dispositivo de nueva
generación que funciona como preventivo y para el tratamiento de heridas
crónicas infectadas, como por ejemplo, las ocasionadas por una alteración del
retorno venoso (flujo sanguíneo) en las piernas. Así, este apósito no sólo
disminuye la cantidad de bacterias, sino que además favorece los procesos de
curación del cuerpo.
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