LA TRADICIONAL MEDICINA PREHISPÁNICA, MEDICINA MUY MODERNA
*La herbolaria, con sus
diferentes formas en cada región del planeta, es la medicina más usada en el
mundo
*Debemos reexaminarla y revalorarla: doctor David Duarte
La medicina prehispánica de nuestro México, es un sistema médico
complejo y muy completo. Sin duda uno de sus pilares es el uso curativo de las
hierbas; es decir, la herbolaria, pero no es el único. Entre otras herramientas
se encuentran los baños curativos, el temazcal y muchos otros.
“Comúnmente pensamos que la gente de la antigüedad aprendió el uso
de las hierbas medicinales de manera meramente empírica sin método alguno, y
que las personas de esa época tenían muy mezclada su visión religiosa del mundo
con sus prácticas médicas y siquiátricas, pero esta percepción no es muy
exacta. Juzgamos a los pueblos de la antigüedad a partir de nuestro propio paradigma”,
manifestó el doctor David Duarte, médico homeópata por el IPN, UNANI por la
Universidad Jamia Hamdard de Nueva Delhi, India, y profundo conocedor de las
medicinas antiguas.
“Desafortunadamente esta actitud mental nos ha llevado a
desestimar el cúmulo tan grande del conocimiento de los pueblos indígenas. En
mi opinión no están peleados el conocimiento de las culturas antiguas y el
método científico moderno; cuando se han podido conjuntar ambas partes, se
tienen resultados fantásticos”, precisó.
“Debemos librarnos del prejuicio de que estos pueblos sabían muy
poco, quitarse la arrogancia moderna, para poder reexaminar el conocimiento que
nos han heredado y reconocer que posiblemente en muchas áreas sabían más que
nosotros porque fueron más observadores”, añadió.
Algunas de las fuentes del conocimiento que hoy tenemos de la
medicina prehispánica son los códices antiguos y los escritos de los misioneros
de Mesoamérica. Uno de los códices más importantes el de la Cruz-Badiano,
otros son el Dresde y el Florentino, que tienen anotaciones de
Fray Bernardino de Sahagún.
CONOCIMIENTOS EN CODICES
El códice Dresde, que data de los siglos XI o XII, es
considerado el libro más antiguo escrito en América. Estos códices tratan de
las distintas propiedades medicinales de la herbolaria así como del uso de
ciertos minerales y de algunos tratamientos de origen animal, lo que supone un
conocimiento de química avanzado. Y no solo tratan de tratamientos para el
cuerpo, sino también para usos mágicos (hoy diríamos psiquiátricos).
En estos códices se detallan las formas en las que se
administraban las hierbas y demás sustancias que podían ser de origen animal
(el almizcle por ejemplo, que es la secreción de las glándulas de algún tipo de
venado) para infusiones, enjuagues, emplastos, ungüentos, baños medicinales,
jugos, polvos, purgantes, cocimientos, cataplasmas.
Los antiguos habitantes de estas tierras también “acomodaban
huesos” y hacían operaciones quirúrgicas para lo cual usaban la fibra de maguey
para los puntos de sutura.
A partir de la conquista se fueron fusionando los conocimientos
traídos por los españoles y otros europeos, que tenían una formación griega,
judío, árabe, del Medio Oriente, cristiana e incluso de la medicina china que
ya había llegado a España, con el conocimiento y las prácticas indígenas.
Es importante señalar que el uso de la medicina prehispánica ha
sobrevivido no como una curiosidad sino como una práctica viable de salud.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud señala que 80% de la
población del planeta, utiliza plantas medicinales para satisfacer o
complementar sus necesidades de salud. Recordemos aquí que el uso medicinal de
las plantas no es exclusivo de México, las han utilizado casi todas las
culturas de la humanidad a lo largo de la historia y son la base de varios
sistemas médicos como el Ayurveda y el UNANI.
Se puede concluir que las plantas o la herbolaría es la más
utilizada en el mundo. En México, de acuerdo con la Comisión Nacional para el
Conocimiento y uso de la Biodiversidad (Conabio), se han registrado más de cuatro
mil especies de plantas con atributos medicinales, que representa 15% del total
de la flora del país.
“El principal mensaje es que la medicina prehispánica es muy
importante, no está muerta, por lo que debe ser revisada en diversos aspectos:
legislativa, médica y hasta socialmente, pues hay un resurgimiento de ella. El
trabajo dentro de las tendencias de la medicina natural, es poder atribuir con
conocimiento verificado y comprobado por métodos científicos, la reevaluación
del acervo del conocimiento que aportan estos pueblos”, destacó el doctor
Duarte.
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