AL SISTEMA DE SALUD LE URGE
UNA TRANSFUSION
*El COVID-19 llegó cuando el sector salud ya
estaba en terapia intensiva. Los servicios de salud para las zonas más pobres
reciben hasta 10 veces menos presupuesto público
En
México el sistema de salud es una “receta explosiva” incompleta. El gasto no
llega ni a la mitad de lo recomendable. Es insuficiente, le hacen falta camas,
médicos, medicinas, enfermeras. Es excluyente, atiende preferentemente a las
personas con trabajo formal y descuida a la mayoría que están en el trabajo
informal. Es discriminador: invierte más de 300 mil pesos per cápita en la CDMX
y menos de 30 mil en otras entidades del país.
La
conclusión a la que llegaron 4 organizaciones de la sociedad civil
especializadas en desarrollo social y gasto público es que “al sistema de salud
le urge una transfusión de recursos”.
La
sociedad civil plantea la necesidad de construir a largo plazo un sistema
universal que garantice el derecho a la salud. En este caso, la demanda de recursos
sería equivalente a 3.5 puntos del producto, aproximadamente 240 mil millones
de pesos, para lo cual se requiere seguramente una reforma fiscal progresiva.
La
reducción en el gasto público en salud ha dejado un sistema debilitado, de 3%
del PIB en 2013 a 2.5% en 2020. Lo más grave: desde 2019 se ha colocado en
situación de subejercicio fiscal, descuidando la atención de enfermedades
prevenibles que se han ubicado entre las cinco primeras causas de muertes en el
país, como es el caso de la diabetes
Más
gasto en salud es indispensable para promover el acceso universal a salud.
Estos recursos deben llegar a aquellas personas que más lo necesitan.
El
acceso universal a salud implica que todas y todos puedan atenderse, sin
importar su afiliación laboral, el lugar donde vivan o su capacidad de pago.
SISTEMA
DE CALIDAD DEFICIENTE
Encontramos
un sistema excluyente, fragmentado, inequitativo y con calidad deficiente que
no previene ni cura las enfermedades.
20
millones de personas son excluidas al no estar afiliadas a un servicio de salud
y más de la mitad de la población, 68 millones de personas carecen de acceso a
la seguridad social.
La
desigualdad en el gasto público entre subsistemas es dramática: los servicios
de salud para las zonas más pobres reciben hasta 10 veces menos presupuesto
público.
Por
cada peso por persona beneficiaria de IMSS-Prospera, que atiende a las personas
que viven en zonas rurales de alta marginación y rezago social, se destinan
aproximadamente 4 pesos por persona afiliada al IMSS; más de 5 pesos, para las
del ISSSTE; y cerca de 10 pesos, para las afiliadas a servicios de salud de
Pemex.
Frente
a la epidemia de COVID-19, los servicios públicos de salud ya estaban en
terapia intensiva:
El
número de camas en hospitales se ha reducido desde hace varias décadas en
relación con la población, de 1.8 camas a 0.9 camas por cada mil habitantes en
2019.
Hay
grandes diferencias entre la densidad de médicos en la Ciudad de México y en
otras localidades, lo que produce desigualdad geográfica en la capacidad de
atención.
A
pesar de estar incluido en el Esquema Básico de vacunación, solo 55% de niños y
niñas han sido vacunados contra Hepatitis B en México, en contraste con 91.2%,
en los países de la OCDE.
Solo
la mitad de quienes acuden a los servicios públicos de salud reciben atención
preventiva.
Para
hacer frente a la emergencia sanitaria, el gobierno federal ha destinado más
recursos para la compra de materiales, equipamiento y medicamentos, intentando
atender la demanda de la crisis sanitaria y contrarrestar el subejercicio en
infraestructura del 65% en 2019; sin embargo, estos esfuerzos no han sido
suficientes, hemos superado las 60 mil muertes.
Es
necesario tener un gasto público en salud que no solo considere el corto plazo,
atender la crisis del COVID-19, pero también el mediano y largo plazo, hasta
alcanzar un 6% del PIB en gasto público en salud.
MAYOR
GASTO EN SALUD
Las
organizaciones plantearon que un primer paso es aumentar el gasto en salud del
Presupuesto 2021, un punto del PIB para garantizar la igualdad en los servicios
que proporciona el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI) con
los servicios del IMSS.
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