miércoles, 5 de agosto de 2020

IJNET INFORMA: LA RESPUESTA A LA PANDEMIA,

A SEIS MESES DEL PRIMER CASO DE COVID-19

 

 

 

A seis meses del inicio de la pandemia de COVID-19, muchas de las intervenciones exitosas en salud pública a nivel global han sido el resultado de la cooperación internacional, dijo la doctora Claire Standley, profesora asistente de investigación en el Centro de Ciencias y Seguridad de la Salud Global de la Universidad de Georgetown, en este artículo de Aliza Appelbaum.

"A nivel mundial, una amenaza en cualquier lugar es una amenaza en todas partes. Los trabajadores sanitarios se enfrentan al agotamiento y las cadenas de suministro se han tensado durante esta pandemia. Estamos descubriendo formas nuevas e innovadoras de llevar esos suministros a quienes los necesitan. Pero sin la colaboración internacional, sus sistemas se tensarán continuamente", dijo la investigadora.

Standley se especializa en el análisis de sistemas de salud, con énfasis en la prevención y el control de enfermedades infecciosas, así como en la preparación y respuesta ante emergencias de salud pública. La charla online, organizada por el ICFJ/IJNet, fue moderada por Patrick Butler, vicepresidente de contenido y comunidad de ICFJ.

Standley analizó qué lecciones han aprendido los profesionales de la salud pública y qué países han tenido respuestas más o menos exitosas al COVID-19. También habló sobre las dificultades a las que se han enfrentado diferentes países para tratar de encontrar un equilibrio entre abordar las preocupaciones económicas y las de la salud pública, y se refirió a cuáles son los próximos pasos en términos de prevención y tratamiento del virus.

 

Sobre medidas que están demostrando ser efectivas

 

Standley dijo que gracias a una mayor comprensión de las "zonas de transmisión de alto riesgo", los responsables políticos ahora pueden ser más selectivos con las restricciones que imponen. Los entornos de alto riesgo incluyen, por ejemplo, grandes reuniones de personas, especialmente en interiores.

En cuanto a las máscaras o barbijos, dijo: "Cada vez hay más pruebas de que reducen el riesgo de transmisión, si bien no lo eliminan por completo. Por eso la distancia física sigue siendo importante, incluso con el uso de máscaras y otras medidas similares".

La especialista agregó que estrategias como la detección de temperatura pueden ser menos efectivas de lo que originalmente se pensaba a medida que aprendemos más sobre la transmisión asintomática.

"Desafortunadamente parece que una gran proporción de casos puede transmitirse en lo que llamamos la fase pre-sintomática. Por ello quienes hacen rastreo de contactos deben consultar sobre los contactos que se tuvieron incluso antes de la aparición de los síntomas. Y eso complica las cosas. Es difícil para las personas recordar dónde estaban y qué estaban haciendo días antes de que comenzaran a sentirse enfermas", dijo.

 

Sobre el desarrollo de las vacunas

 

Standley fue cautelosa respecto de la carrera por la producción de vacunas y recomendó que los funcionarios de la salud pública y los ciudadanos continúen practicando medidas que sabemos funcionan.

“Creo que se habla mucho sobre una vacuna y sobre cómo la vida puede volver a la normalidad una vez que tengamos una vacuna. Ese tipo de pensamientos me resultan un poco contrafácticos a veces, porque no sabemos lo que va a pasar”, dijo.

Sin embargo, considera que la evidencia científica que  respalda la posibilidad de una vacuna es bastante fuerte. "Parece probable que podamos llegar a un cierto nivel de eficacia en términos de una vacuna. Es de esperar que sea segura, pero llevará tiempo elaborarla y distribuirla equitativamente en todo el mundo".

 

Sobre la respuesta a la pandemia en el mundo en desarrollo

 

Standley mencionó a Tailandia y Liberia como ejemplos sólidos de una respuesta exitosa a la pandemia en el Sur Global.

El primer caso fuera de China se detectó en Tailandia, por lo que había una preocupación real de que pudiera convertirse en el epicentro de la enfermedad, dijo. "Y eso no ocurrió en gran parte debido a que el primer ministro tomó medidas y declaró un estado de emergencia, colocando a los científicos y profesionales de la salud pública en primer plano".

La especialista comparó la respuesta de Tailandia con la de Corea del Sur, que respondió con pruebas generalizadas como una forma de detener la propagación del virus.

"Tailandia ha manejado la respuesta con pruebas mucho más limitadas, pero una excelente atención médica, universal y asequible, un seguimiento de contactos muy fuerte y también medidas epidemiológicas", explicó.

En Liberia, dijo, la aplicación de un confinamiento anticipado y un liderazgo decisivo marcaron la diferencia. Hubo una fuerte respuesta centralizada que limitó los viajes entre municipios y se cerraron las escuelas y las empresas. “Incluso a pesar de todas estas medidas, hubo un ligero aumento en los casos hacia fines de junio. Pero en lugar de levantar las restricciones, como estaba planeado, el presidente extendió el estado de emergencia en un esfuerzo por controlar la transmisión”, comentó.

 

 


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