EL SECTOR DE LA ATENCION
MEDICA CAUSARIA EL 8%
DE LA EMISION DE GASES DE
EFECTO INVERNADERO
Como
una persona que dedica su vida a ayudar a otros a recuperar la salud, la
doctora Jacklyn Ma, anestesista de Cedars-Sinai, se sintió afligida al saber
que los gases que utilizaba para que las intervenciones quirúrgicas fueran
indoloras para los pacientes estaban perjudicando al medio ambiente.
«Me
resultaba inquietante y difícil de conciliar que, como profesional de la salud,
preservara la salud humana y, sin embargo, contaminara tanto», señala Ma.
El
cambio climático y la contaminación atmosférica son las mayores amenazas para
la salud humana, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, y causan
-o empeoran- diversas amenazas para la salud, como enfermedades infecciosas
transmitidas por mosquitos, garrapatas o pulgas; enfermedades respiratorias; y
agotamiento por calor.
De
acuerdo con un estudio publicado en Health Affairs, el sector de la atención
médica puede ser responsable de hasta el 8% de las emisiones de gases de efecto
invernadero, y los gases anestésicos representan más de la mitad de las
emisiones generadas durante una intervención quirúrgica.
Estos
gases son especialmente nocivos porque se liberan directamente a la atmósfera.
Utilizar el gas anestésico desflurano durante una hora, por ejemplo, produce
las mismas emisiones de carbono que conducir un coche de gasolina durante 190
millas.
Ma
puso en marcha una iniciativa del Centro Médico Cedars-Sinai en 2021 para
abordar el papel de la anestesiología en el problema. Después de cuatro años,
ella y sus colegas han reducido significativamente la producción de desflurano
y el gas óxido nitroso, sin descuidar la más alta calidad de atención y
seguridad para los pacientes.
CUIDANDO A LOS PACIENTES,
LIMPIANDO EL AIRE
En
2021, Ma y el anestesista el Dr. Michael Kissen empezaron a difundir entre sus
colegas el papel de la anestesiología en el cambio climático y las ventajas
medioambientales de cambiar a gases alternativos.
«A
veces, la anestesia es más un arte que una ciencia», afirma Kissen. «Cada
anestesista tiene su rutina y sus medicamentos en los que se apoya, pero
queríamos concientizar a nuestros colegas acerca de todos los riesgos de estos
gases más allá de lo que aprendimos en un libro de texto de anestesia».
Los
anestesiólogos solían recurrir al desflurano para administrar anestesia general
a los pacientes antes de una intervención quirúrgica, pero su impacto en las
emisiones de carbono es 20 veces superior al de su alternativa, el sevoflurano.
Bajo
la dirección de Ma, el Centro Médico Cedars-Sinai y otros centros de atención
al paciente de Cedars-Sinai se alejaron del desflurano, y en 2023, el hospital
eliminó oficialmente el gas de su lista aprobada de medicamentos.
Con
estos cambios, Cedars-Sinai pasó de utilizar mil 200 botellas de desflurano en
2021 a menos de 12 en 2024, lo que supone una reducción del 99%. Ma dijo que el
cambio equivale a retirar 250 coches de la circulación.
La
iniciativa también se centró en el óxido nitroso -conocido comúnmente como gas
de la risa-, utilizado con frecuencia por anestesiólogos pediátricos y
obstétricos y en intervenciones dentales. Los expertos han descubierto que gran
parte del gas se pierde antes de llegar al paciente, lo que supone un peligro
para el personal sanitario presente durante la intervención quirúrgica y para
el medio ambiente. Además, el óxido nitroso permanece en la atmósfera por 100
años.
Al
eliminar gradualmente el óxido nitroso, Cedars-Sinai redujo las emisiones de
1.111 toneladas métricas de dióxido de carbono en 2021 a 234 en 2024.
La
eliminación colectiva de ambos gases ha eliminado unas 2 mil 200 toneladas
métricas de emisiones de dióxido de carbono en los últimos cuatro años, lo que
equivale aproximadamente a las emisiones anuales de 400 hogares. Michael Nurok,
MBChB, PhD, copresidente del Departamento de Anestesiología, ha sido uno de los
promotores del proyecto.
«Esta
iniciativa es emblemática del compromiso del Cedar Sinai de estar a la
vanguardia de la atención médica y la ciencia», señaló Nurok. «Más allá de
ofrecer una excelente atención y resultados a los pacientes, nuestro equipo
está pensando en el impacto de estos gases en el medio ambiente, los empleados
y las generaciones futuras.»
AMPLIANDO LA VISION ECOLOGICA
Nurok
se ha sumado a la causa, buscando otras formas de minimizar la contaminación y
reducir costos. Trabaja con Robert Kaplan, catedrático emérito del programa
Marvin Bower de Desarrollo del Liderazgo en la Escuela de Negocios de Harvard,
en la creación de un marco para medir el impacto de las compras en el sector de
la atención de la salud sobre el medio ambiente -como implantes, dispositivos y
equipos médicos- a medida que se procesan y transportan a través de las cadenas
de suministro.
Con
una mejor comprensión de los costos ambientales y financieros de los distintos
enfoques de un procedimiento, los médicos podrán tomar decisiones informadas
sobre los materiales y procesos que eligen. Al igual que una etiqueta
nutricional permite a los consumidores tomar decisiones acertadas sobre lo que
comen.
Para
el próximo proyecto de Anestesiología, Nurok y Kissen están colaborando con
Ortopedia y otros departamentos para medir y reducir el impacto de carbono de
las intervenciones de prótesis de cadera.
Bryan
Croft, vicepresidente ejecutivo y director de operaciones del centro médico,
dijo que este trabajo estimula a los miembros del personal de Cedars-Sinai a
ser buenos administradores de sus recursos y del medio ambiente.
«Estamos
encantados de poder apoyar la misión de los anestesiólogos de reducir los gases
de efecto invernadero, mejorando el mundo en que vivimos, y esperamos seguir
apoyando proyectos ecológicos», afirmó Croft.

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