LISTÓN ROSA, UN MOVIMIENTO
EN
FAVOR DE LA SALUD FEMENINA
*Más de tres décadas han pasado desde que se
inició el primer movimiento, desde la sociedad civil, contra el cáncer de mama
Más
de tres décadas han pasado desde que se inició el primer movimiento, desde la
sociedad civil, contra el cáncer de mama, una enfermedad que se ha convertido
en la principal causa de fallecimientos en mujeres a nivel mundial.
En
1991, la estadunidense Charlotte Haley comezó a hacer lazos de color naranja en
su hogar iniciando la primera campaña de prevención de esa enfermedad a partir
de un cuestionamiento: Del presupuesto anual de mil 800 millones de dólares del
Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos, apenas 5% se dedicaba a
atender el cáncer de mama.
El
mensaje llegó al año siguiente a Alexander Penny, editora de la revista
femenina Self, quien a su vez replicó la campaña en alianza con Evelyn Lauder,
la vicepresidenta general de la firma de belleza Estée Lauder. Fue en la
edición de octubre de 1992 que la revista dedicó su tema central a esta lucha
precursora, distribuyendo además un millón y medio de lazos rosas.
Esa
campaña se ha extendido ya a todos los rincones del planeta, bajo el simbolismo
de un moño rosa que emblemáticamente dedica el mes de octubre a difundir la
prevención de esa enfermedad, y el día 19 fue declarado por la ONU como el Día
Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama.
A
la par de la movilización de la sociedad civil, afortunadamente las
instituciones de salud, los organismos regionales y multilaterales, así como
los gobiernos de prácticamente la totalidad de las naciones, tomaron la
estafeta al dar a este tema la importancia debida.
El
reto, sin embargo, sigue vigente. Y es que, de acuerdo con registros de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año todavía mueren 2.2 millones de
mujeres por cáncer de mama, una enfermedad que es prevenible y tratable si se
detecta de manera oportuna.
La
receta es simple y aparentemente sencilla: tacto periódico de cada mujer en el
contorno de sus senos y la consulta con un médico si se descubre la formación
de un cuerpo extraño en el interior.
Afortunadamente
son cada vez más, millones de mujeres en todo el mundo, que siguen el
procedimiento básico para frenar el crecimiento descontrolado de las células
mamarias. Eso es el cáncer de mama, y también es prevenible, conforme a la
definición de la propia OMS.
Se
ha comprobado que una alimentación sana, rica en alimentos naturales que
contengan vitaminas y minerales, junto con hábitos como el ejercicio y la
supresión de adicciones como el tabaco y el alcohol o los excesos, contribuyen
a reducir las probabilidades de desarrollar cáncer de mama.
Myriam
Cevallos, directora de la Fundación Lyncott, aconseja el consumo de lácteos y
sus derivados, como quesos y yogures, por sus aportes vitamínicos, así como
disminuir el consumo de carnes rojas y procesadas; elevar el consumo de
leguminosas, así como de frutas y verduras ricas en vitamina C, y limitar la
cantidad de sal y grasas en los alimentos.
Con
base en su labor social, también recomienda considerar un par de bocadillos
durante el día, sobre todo en el caso de las personas que están bajo
tratamiento, de manera que les permita mantener sus niveles de energía. Sugiere
en este sentido colaciones con cereales, queso, frutas, gelatinas, semillas y
nueces, entre otros.
Lo
cierto es que la prevención del cáncer más severo para las mujeres –que también
se presenta en hombres, aunque en mucho menor medida-- ha sido un desafío
constante para la salud pública, dada la repercusión de esta enfermedad en la
condición física.
Un
cáncer de mama avanzado puede propiciar la muerte, pero incluso si no se
detiene a tiempo deja en cada mujer que lo posee perjuicios físicos,
emocionales y de autoestima.
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