SENADORES Y ORGANIZACIONES PROPONEN IMPUESTO
A BEBIDAS AZUCARADAS DE DOS PESOS POR LITRO
*México es ejemplo internacional por
impuesto a las bebidas azucaradas
*Aumentar el impuesto generaría un
ahorro de entre 6.4 y 50 mil 900 millones de pesos por casos prevenidos de
diabetes
*El impuesto beneficia a los más pobres,
quienes han reducido el consumo y gastan más por los daños a la salud que les
causa
Diversas organizaciones de la sociedad civil representadas por la Alianza
por la Salud Alimentaria y la Coalición ContraPESO, de la mano de los Senadores
Martha Tagle Martínez, Armando Ríos Piter, Mario Delgado Carrillo y Zoé Robledo
Aburto, presentaron una iniciativa para modificar la Ley del Impuesto Especial
sobre Producción y Servicios (IEPS) aumentando el gravamen a estas bebidas de
$1 a $2 pesos por litro.
El objetivo principal es mejorar la salud de las niñas, los niños y la
población de menores recursos en México, además de buscar fortalecer una de las
políticas públicas más efectivas para desincentivar este consumo.
La iniciativa presentada, recoge en su exposición de motivos las más
recientes recomendaciones internacionales, como aquella de la Comisión para
Terminar con la Obesidad Infantil de la Organización Mundial de la Salud, las
cuales promueven la implementación y el fortalecimiento de las medidas
fiscales.
En cuanto a la tasa del gravamen, académicos y organizaciones
internacionales promueven que sean de por lo menos 20%; en el caso de México,
mínimo $2 pesos por litro.
El impuesto a las bebidas azucaradas ha generado diversos beneficios en
salud y en consumo, demostrado por un estudio realizado por el Instituto
Nacional de Salud Pública (INSP), sin conflicto de interés y siendo el único
publicado en una revista académica (British Medical Journal), el cual señala
que durante 2014, hubo una disminución en 6% en las compras de bebidas con
impuesto, así como un aumento de 4% en el agua potable.
REACCION DE LAS REFRESQUERAS
Como se menciona en la iniciativa presentada, uno de los principales
argumentos del sector refresquero, opositores a este impuesto, es su supuesto
impacto regresivo en la población más pobre.
No obstante, el estudio del INSP señala que el tercil de ingresos más bajos
fue el más beneficiado por el impuesto, al ser el que más redujo sus compras en
9% en promedio durante 2014, alcanzando una reducción máxima de 17% en
diciembre de ese año.
Estos resultados son sumamente importantes debido a que la obesidad y sus
daños en la salud afectan indiscriminadamente a toda la población,
especialmente a los más pobres, al ser éstos quiénes pagan una alta cantidad de
sus ingresos para cubrir los costos del tratamiento relacionado con estas enfermedades
y por la pérdida de productividad.
Una mayor disminución en el consumo de bebidas azucaradas en este sector
poblacional, infiere beneficios en sus hábitos y salud.
La industria de bebidas ha buscado minimizar el impacto observado del
gravamen, a través de evidencia pagada y a modo, tratando de modificar la
opinión pública. Sin embargo, analizando los estudios con financiamiento del
sector privado, como el realizado por el ITAM y de la Universidad Autónoma de
Nuevo León, y actualizando sus resultados a factores macroeconómicos
(crecimiento poblacional y otros), se observa una disminución en el consumo del
8% durante 2015.
Esto quiere decir que durante 2014 y 2015 el impuesto continuó su efecto
positivo.
Dado el impacto positivo de las políticas fiscales, diversos países y
ciudades en el mundo han seguido el ejemplo de México al proponer e implementar
medidas similares.
Tal es el caso de Chile, Reino Unido, Colombia, Sudáfrica, India, algunas
islas del Caribe, así como ciudades en Estados Unidos como Filadelfia,
Berkeley, entre otras.
Cabe recordar que las bebidas azucaradas generan un impacto negativo en la
salud, aumento de peso y diversas enfermedades crónicas, como diabetes y
enfermedades cardiovasculares.
Tomar una sola bebidas al día aumenta en 27% la probabilidad de obesidad en
los adultos, y en 55% en niños.
Se estima que el consumo de estos productos ocasiona 12 mil 100 muertes
prematuras cada año en México y un total de 184 mil a nivel mundial.
PROTECCION A LA SALUD
La propuesta del aumento del impuesto de $1 a $2 pesos por litro responden
a la necesidad de disminuir en mayor manera el consumo de productos que no son
saludables, así como al principio de progresividad aplicable al Derecho Humano
de Protección a la Salud, establecido en el Art. 4º constitucional, buscando
ampliar los beneficios en la salud de una política que ha resultado altamente
efectiva.
De acuerdo con estimaciones del INSP, incrementar el impuesto ayudaría a
disminuir aún más el consumo de estas bebidas en aproximadamente 12% a 18%, y
por lo tanto potenciaría el impacto positivo en salud y en materia preventiva.
En términos de salud, esta disminución ayudaría a prevenir entre 800 mil y mil
275 millones de casos de diabetes para 2030, lo que significaría un ahorro de
entre $6.4 mil millones de pesos y $50.9 mil millones de pesos.
Los Senadores promotores del aumento del impuesto, han sido muy enfáticos
en el hecho de que para obtener mayores beneficios del mismo es necesario
garantizar el destino social de los recursos recaudados hacia programas de
prevención de la obesidad y diabetes, incluyendo el acceso al agua potable en
escuelas, espacios públicos y zonas rurales. Esto podría lograrse con la
aprobación de un Fondo o fideicomiso para este fin, propuesta que se encuentra
en discusión en la Comisión de Salud del Senado de la República.
Las organizaciones sociales insistieron en la creación de este fondo para
la prevención y atención de las enfermedades crónicas no transmisibles
provocadas principalmente por el alto consumo de estas bebidas que aportan el
70% de los azúcares añadidos consumidos por los mexicanos.
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