viernes, 8 de julio de 2016


LA CEBADA, UN CEREAL PODEROSO Y NUTRITIVO


*Tiene muchas cualidades, es ampliamente combinable con otros granos y alimentos, da energía y es baja en grasa


La cebada ha sido un cereal importante desde las antiguas civilizaciones, de hecho fue el alimento de los gladiadores romanos, a quienes se les llamó hordearii u “hombres de la cebada”.
Se creía que el pan hecho con este grano les daba mayor fortaleza y resistencia en comparación con otros tipos de comida. ¡Y vaya que la necesitaban!
Fue un grano alimenticio importante entre europeos de clase trabajadora hasta finales del siglo XIX, cuando el trigo, el centeno y la avena se volvieron más abundantes, reemplazándola en la dieta habitual.
Sobre el tema habló la doctora Linda Malcolmson, especialista en Alimentación y Ciencias Nutricionales, en su artículo Cebada para una alimentación saludable, que fue difundido por los especialistas de GoBarley.
En su trabajo, la investigadora explica que la cebada continúa siendo un alimento importante en lugares como el Tíbet, Corea, Mongolia y países de África y Asia.
Por ejemplo, Marruecos tiene el consumo per cápita más alto de alimentos con este grano, al cual utilizan como ingrediente para sopas, pan y papilla.
En Japón se emplea para producir miso y té, en Bekoji, Etiopia es consumida por los medallistas olímpicos.
Y es que constituye una gran opción para incluirla en la alimentación diaria.
La cebada tiene muchas cualidades, es ampliamente combinable con otros granos y alimentos, da energía y es baja en grasa.
En 100 gramos de granos de cebada hay 73 gramos de carbohidratos, 12 de proteína y 130 miligramos de magnesio. Sus componentes resultan básicos para la vida.
Fibra.- Ayuda a controlar el colesterol y los niveles de azúcar en la sangre.
Magnesio.- Tiene un papel importante en las reacciones del metabolismo energético, es elemento fundamental de la constitución de los huesos y dientes, además de influir en funciones neuromusculares.
Vitaminas del complejo B.- Relacionadas con el metabolismo celular, metabolismo energético y el sistema neurológico.
Hierro.- Mineral fundamental en el mantenimiento del correcto funcionamiento de las células. Es esencial para el transporte de oxígeno, síntesis del ADN y metabolismo energético.
Fósforo.- Funciona en conjunto con el calcio para la formación de huesos y dientes, además de ser esencial para todas las células ya que las protege al fortalecer sus membranas.
La cebada provee casi la misma energía que los granos que se consumen a diario —como arroz, trigo y maíz— y que los llamados “súper alimentos” como la quinoa y el amaranto.
Por ejemplo, 100 gramos de cebada aportan 354 kilocalorías, mientras que la misma cantidad de trigo aporta 342 kilocalorías, la quinoa 368, el amaranto 371 y la avena 389.
La cebada tiene además la misma cantidad de carbohidratos que el trigo y el maíz y alrededor de un 15% más en comparación con la quinoa y el amaranto.
En una porción de 100 gramos de cebada encontrará 73 gramos de carbohidratos, en 100 gramos de trigo hallará 76 gramos de carbohidratos, en igual porción de quinoa tendrás 64 gramos y en avena 66 gramos.
Otra de sus virtudes: es baja en grasa y su aporte en este sentido es mucho menor en comparación con la quinoa, el amaranto y la avena.
Su uso es muy versátil e ideal para diferentes momentos del día, siempre con un consumo equilibrado.
Puede ser empleada como masa para pan, pasteles, pies y pasta, mezclada con otros granos, y también ser la base para preparar un risotto.
Destaca por ser un excelente sustituto del arroz y se le puede añadir además a las ensaladas, salsas, smoothies y jugos.
En su versión más dulce es ideal para preparar postres como muffins, brownies e incluso flan.
También se emplea en la elaboración de alimentos industrializados como muesli, barras de cereales, galletas y chocolate en polvo con malta y, es el ingrediente natural y primordial para la elaboración de la cerveza.
Además, como recuerda la investigadora Malcolmson, la cebada contiene mayores niveles de fibra soluble beta-glucano que otros granos cereales (trigo y centeno), a excepción de la avena.
Estos beta-glucanos pueden reducir los niveles de colesterol en la sangre y por lo tanto disminuir el riesgo de enfermedades del corazón.



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