IMPARABLE, EL DETERIORO DE
LA SALUD MENTAL DE
LOS JOVENES MEXICANOS;
CUATRO POSIBLES MOTIVOS
*El impacto de la tecnología, los cambios
culturales y la creciente exposición a sustancias químicas en alimentos y el
medioambiente son algunos factores
La
salud mental de los mexicanos no ha dado signos de mayor recuperación en este
2025. Así lo reveló el más reciente reporte Mental State of the World,
realizado por Sapien Labs y su Global Mind Project.
El
estudio encuestó a personas de todos los continentes, entre ellos 30.736
mexicanos mayores de edad con acceso a internet, para analizar cómo está su
salud mental y el resultado es preocupante: mientras los adultos parecen tener
un poco más de mejoría para enfrentar el mundo actual, las generaciones más
jóvenes siguen teniendo una disminución progresiva.
«Mientras
los adultos mayores mantienen niveles relativamente buenos de bienestar, casi
la mitad de los adultos jóvenes experimenta dificultades debilitantes o un
estado de angustia significativo», explica Tara Thiagarajan, Ph.D., fundadora y
científica en jefe de Sapien Labs.
«Esto
no se trata sólo de una menor felicidad, sino de un deterioro en las funciones
mentales esenciales para enfrentar la vida y ser productivos, especialmente la
capacidad de controlar y regular pensamientos y emociones y mantener relaciones
positivas con los demás», añade.
Los
datos, recopilados mediante el Mind Health Quotient (MHQ), que mide aspectos
emocionales, sociales y cognitivos del funcionamiento mental, revelan un patrón
global que exige un llamado de atención urgente.
Así
está la salud mental en jóvenes y adultos en México. En la escala de MHQ de 200
puntos, en la que 100 es la media esperada para una población con buen
funcionamiento mental, México tiene un promedio de 74,5, que ubica al país
ligeramente más arriba del promedio global de 63 puntos. No obstante, al
analizar las diferentes generaciones, son los más jóvenes quienes están
enfrentando los mayores problemas.
Mientras
que los adultos mayores de 55 años obtuvieron una puntuación media de 115.93,
los jóvenes de entre 18 y 24 años apenas llegan a un promedio de 26.1 puntos,
mientras aquellos entre los 25 y 34 años alcanzan los 53.5 puntos de la escala.
LAS EMOCIONES
Dentro
de todas las emociones que se miden en la escala, las más preocupantes para
este primer grupo de personas son la autoimagen, autoestima y confianza,
calidad del sueño, adicciones, rabia o irritabilidad, comportamientos
evitativos y de retraimiento, confusión y pensamiento lento, miedo y ansiedad,
tristeza y desesperanza, culpa, pensamientos suicidas, recuerdos traumáticos y
pensamientos indeseados u obsesivos.
En
estas categorías, un gran porcentaje de los encuestados las calificaron de
retos importantes para su capacidad de funcionamiento. Conforme la población es
más joven, más impactantes son las cifras obtenidas, y es una constante en la
gran mayoría de países, lo que indica que los factores económicos o de
desarrollo no influyen directamente en el bienestar mental de sus poblaciones.
«El
deterioro de la salud mental en los jóvenes se debe [...] a una combinación de
factores que incluyen cambios en la estructura social, el acceso temprano a los
smartphones en la infancia, el consumo de alimentos ultraprocesados que contienen
muchas toxinas y la exposición a tóxicos ambientales como pesticidas y
plásticos», explican los expertos en el informe. «La interacción de estos
elementos ha creado un entorno que afecta el bienestar mental de las nuevas
generaciones de manera más profunda que a las anteriores».
Posibles
causas del deterioro de la salud mental en jóvenes
A
lo largo de los diferentes informes del Global Mind Project se han podido tejer
hipótesis para explicar este deterioro de la salud mental y la dificultad para
mejorar.
●Baches en la interacción social: La soledad
es un fenómeno que ha crecido a un punto crítico, incentivada en maneras de
pensar excesivamente pragmáticas, enfocadas en el desempeño. Los logros son más
relevantes que las relaciones, generando conductas individualistas que atentan
contra los lazos familiares, las amistades, sin mencionar un factor de abuso y
negligencia parental que suma a este panorama.
●Uso de smartphones a temprana edad: En hallazgos hechos por Sapien Labs, se ha
encontrado un patrón que indica que cuanto más temprana es la exposición a los
teléfonos, mayor es la probabilidad de que en la adultez se padezca de
tristeza, ansiedad, problemas de sueño, poca cognición social para desempeñarse
entre las personas, desconexión de la realidad, pensamientos suicidas y
agresividad. La Generación Z es la que más ha padecido esto.
●Alimentos ultraprocesados: El Global Mind
Project ha encontrado correlación entre el consumo de ultraprocesados y la
depresión. Quienes más consumen este tipo de comida tienen tres veces más
probabilidades de tener una baja salud mental.
●Condiciones medioambientales: Los
pesticidas, metales pesados y microplásticos hacen parte ya de la dieta diaria.
Se ingieren en alimentos, bebidas y agua potable, se acumulan en el cuerpo y el
cerebro y se convierten en causa de problemas neurológicos. Y son los jóvenes
quienes entran en contacto con estos contaminantes desde muy temprana edad, a
diferencia de las generaciones más adultas, haciéndose mucho más vulnerables a
los efectos tóxicos.
«Estos
hallazgos exigen una respuesta colectiva y urgente», declara Tara Thiagarajan.
«A medida que las generaciones mayores se retiran del mercado laboral, el
desafío de sostener el funcionamiento de la sociedad—y aún más, revertir esta
tendencia—podría volverse inalcanzable. A pesar del aumento en la inversión en
salud mental en muchos países occidentales durante la última década, el declive
generacional persiste».
No hay comentarios:
Publicar un comentario