CONTROL DE INFECCIONES EN LA
SANGRE DESPUES DE UN TRASPLANTE
Los
trasplantes de órganos sólidos (TOS) representan un hito médico que salva miles
de vidas cada año, ofreciendo esperanza a pacientes con insuficiencia de
órganos como hígado, riñón o corazón. Sólo en Estados Unidos, se realizan cerca
de 40 mil trasplantes anuales.
Sin
embargo, el éxito de estos procedimientos puede verse amenazado por
complicaciones graves, como las infecciones del torrente sanguíneo (ITS), que
aumentan significativamente la mortalidad en estos pacientes.
Un
reciente estudio liderado por médicos-investigadores del Hospital Houston
Methodist aporta luz sobre la frecuencia, las causas y el impacto de estas
infecciones en receptores de trasplantes. Este trabajo no sólo identifica los
principales factores de riesgo, sino que también destaca la importancia de
continuar investigando estrategias para prevenir y tratar estas complicaciones.
Infecciones
tras un trasplante: un desafío constante: Los pacientes trasplantados deben
tomar medicamentos inmunosupresores para evitar el rechazo del órgano, lo que
debilita su sistema inmunológico y los hace más vulnerables a infecciones
graves. Además, las características anatómicas y quirúrgicas propias de cada
tipo de trasplante también influyen en el riesgo:
•Trasplante de hígado: Los pacientes
tienen mayor probabilidad de ITS debido a bacterias intestinales y biliares,
como Enterococcus spp.
•Trasplante de riñón: Las infecciones
suelen originarse en el tracto urinario, causadas por bacterias como
Escherichia coli y Klebsiella spp.
•Trasplantes múltiples (como hígado-riñón
o corazón-hígado): Este grupo enfrenta el mayor riesgo debido a la complejidad
de los procedimientos y la gravedad de su condición de base.
Además,
la creciente prevalencia de organismos multirresistentes (OMR) en hospitales
añade una capa de complejidad. Estos microorganismos, resistentes a los
antibióticos convencionales, representan un desafío crítico, especialmente para
los pacientes trasplantados, quienes son particularmente susceptibles a
infecciones graves.
Para
entender mejor el alcance y las implicaciones de estas infecciones, un equipo
del Hospital Houston Methodist realizó un estudio retrospectivo que incluyó a 2
mil 293 pacientes adultos que recibieron trasplantes de riñón, hígado, corazón
o múltiples órganos entre junio de 2016 y septiembre de 2021. Se incluyeron
datos clínicos hasta enero de 2023, permitiendo analizar la incidencia de ITS
en el año posterior al trasplante y evaluar la mortalidad asociada a estas
infecciones.
Hallazgos
clave:
•Frecuencia de ITS: El 8.5% de los pacientes
desarrolló al menos una ITS en el primer año después del trasplante. Los
receptores de trasplantes múltiples y de hígado presentaron el mayor riesgo.
•Organismos responsables: Entre los 323
organismos aislados en los episodios de ITS, los más comunes fueron Klebsiella
spp., E. coli, Enterococcus faecium, Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus
aureus.
•Impacto de los OMR: El 45.5% de los
organismos aislados fueron multirresistentes, siendo los receptores de
trasplantes de hígado los más afectados.
•Mortalidad asociada: La mortalidad a 90
días tras una ITS fue del 9.7%. Se encontró que la infección por Enterococcus
faecium resistente a vancomicina era el único factor asociado de forma
significativa con un aumento en la mortalidad.
El
Dr. Max W. Adelman, profesor asistente de medicina en el Hospital Houston
Methodist y primer autor del estudio, explicó:
"Nuestros
resultados subrayan la necesidad urgente de más estudios prospectivos para
identificar los factores que contribuyen a las ITS recurrentes en pacientes
trasplantados. Queremos determinar si estas infecciones reflejan un control
insuficiente de la fuente, fallos en los tratamientos antibióticos debido a la
resistencia o incluso otras causas no identificadas".
¿Qué
sigue en la lucha contra estas infecciones?: El estudio realizado por el
equipo del Hospital Houston Methodist no solo aporta datos críticos, sino que
también plantea preguntas clave sobre cómo reducir el impacto de las ITS y los
OMR en los pacientes trasplantados. Algunas estrategias a considerar incluyen:
•Prevención activa: Implementar protocolos
hospitalarios más estrictos para prevenir infecciones, desde el manejo del
paciente hasta el control ambiental.
•Optimización del uso de antibióticos:
Evitar el uso excesivo o inapropiado de antibióticos para reducir la aparición
de OMR.
•Monitoreo personalizado: Vigilar de cerca
a los pacientes trasplantados para identificar infecciones tempranas y ajustar
los tratamientos de forma precisa.
El
Dr. Adelman enfatizó: "Nuestros hallazgos pueden guiar investigaciones
futuras sobre estrategias para disminuir la carga y el impacto de los
organismos multirresistentes en los pacientes trasplantados. Necesitamos
enfoques innovadores que permitan mejorar la atención y los resultados en esta
población vulnerable.
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