4 de febrero Día Mundial del Cáncer
CUATRO FACTORES DE RIESGO
SORPRENDENTE DEL CANCER DE
MAMA
El
cáncer de mama es una preocupación de salud profundamente personal y desafiante
que afecta a una de cada ocho mujeres. Las conversaciones sobre este tema a
menudo se centran en factores de riesgo conocidos, como la genética y los
antecedentes familiares. Si bien estos son importantes, existen otros riesgos
menos conocidos que también merecen atención.
La
Dra. Michelle O'Shea, cirujana de mama y oncóloga quirúrgica del Hospital
Houston Methodist, comparte su experiencia sobre estos factores de riesgo menos
discutidos y cómo puedes tomar el control de tu salud.
1.-
El peso después de la menopausia: ¿qué papel juega? Uno de los factores de riesgo
más subestimados para el cáncer de mama es el aumento de peso después de la
menopausia, señala la Dra. O'Shea. Tener un índice de masa corporal (IMC)
elevado después de la menopausia puede incrementar significativamente el riesgo
de cáncer de mama, entre un 20 % y un 60 %.
"Las
mujeres pueden aumentar de peso durante la menopausia debido a cambios en el
metabolismo, y ese exceso de peso lleva a niveles más altos de estrógeno",
explica la Dra. O'Shea. "Después de la menopausia, el estrógeno se produce
en las células grasas. Por lo tanto, tener más células grasas significa más
estrógeno, lo que aumenta el riesgo de cáncer de mama".
Este
riesgo no se limita a las mujeres que nunca han tenido cáncer de mama. Las
sobrevivientes de cáncer de mama con sobrepeso también tienen un mayor riesgo
de recurrencia, con un 35 % a 40 % más de probabilidades de que el cáncer
regrese y mayores posibilidades de resultados adversos.
2.-
Un estilo de vida sedentario: ¿cómo te afecta?: El aumento de peso a menudo
está relacionado con la inactividad, y la Dra. O'Shea señala que un estilo de
vida sedentario puede incrementar el riesgo de enfermedades cardíacas y
diversos tipos de cáncer, incluido el de mama. La buena noticia es que este es
un factor de riesgo que puedes controlar.
La
Sociedad Americana del Cáncer recomienda 300 minutos de ejercicio moderado a la
semana para ayudar a reducir el riesgo de cáncer, lo que equivale a unos 42
minutos diarios. Esto incluye actividades de bajo impacto, como caminar a paso
ligero, andar en bicicleta, practicar pilates o nadar.
Si
prefieres actividades más intensas, como trotar, jugar al tenis, saltar la
cuerda, tomar clases de aeróbicos o hacer senderismo, entonces ese total se
reduce a solo 22 minutos diarios.
La
actividad moderada a vigorosa no sólo ayuda a controlar el peso y a reducir el
riesgo de cáncer, sino que también mejora la salud general.
3.- El consumo de alcohol: ¿cuánto es
demasiado?: El consumo de alcohol es otro factor de riesgo para el cáncer
que a menudo se subestima. Muchas personas disfrutan de una copa de vino con la
cena o un trago en eventos sociales, pero la Dra. O'Shea enfatiza que el
consumo regular de alcohol está fuertemente asociado con un mayor riesgo de
desarrollar cáncer de mama.
"Más
de una bebida al día puede aumentar significativamente el riesgo",
advierte la Dra. O'Shea. "Para las mujeres con alto riesgo de cáncer de
mama o para sobrevivientes de cáncer de mama, recomendamos promediar menos de
una bebida al día".
Aunque
esto pueda parecer restrictivo, la Dra. O'Shea sugiere encontrar un equilibrio.
Está bien darse un gusto ocasionalmente con una copa de vino en un evento
especial o en las vacaciones, pero es importante compensarlo con algunos días
sin alcohol y controlar el consumo diario para minimizar el riesgo.
4.-
Terapia de reemplazo hormonal: ¿los beneficios superan los riesgos?: Para
muchas mujeres, la terapia de reemplazo hormonal (TRH) es un tratamiento común
para manejar los síntomas de la menopausia. Sin embargo, existe mucha confusión
y controversia sobre su seguridad y su impacto en el riesgo de cáncer de mama.
La Dra. O'Shea detalla algunos tipos de terapias hormonales y las principales
preocupaciones asociadas:
•Terapia de reemplazo hormonal (TRH):
Incluye cualquier forma de tratamiento que use estrógeno, progesterona o una
combinación de ambos para aliviar los síntomas de la menopausia. No debe
confundirse con las terapias hormonales utilizadas para tratar ciertos tipos de
cáncer de mama.
•Terapia hormonal combinada: Cuando las
mujeres toman tanto estrógeno como progesterona, el riesgo de cáncer de mama
aumenta. Un estudio de la Iniciativa de Salud de las Mujeres encontró que las
mujeres que tomaban TRH combinada de estrógeno y progesterona naturales tenían
un 24 % más de riesgo de desarrollar cáncer de mama.
•Terapia solo con estrógeno: Curiosamente,
el uso de estrógeno solo ha demostrado reducir el riesgo de cáncer de mama,
pero aumenta el riesgo de cáncer de útero. Por lo tanto, este tratamiento suele
ser más adecuado para mujeres que se han sometido a una histerectomía.
•Parches de estrógeno: Algunos estudios
europeos han encontrado que las mujeres que usaron parches de estrógeno (tras
una histerectomía) mostraron un menor riesgo de cáncer de mama.
"La
terapia de reemplazo hormonal es realmente una conversación que cada mujer debe
tener con su médico, generalmente su ginecólogo o médico de atención primaria,
sobre las opciones disponibles", explica la Dra. O'Shea. "Es
importante porque puede ayudar a mantener el peso, mejorar la densidad ósea,
combatir la fatiga, los sofocos y el insomnio, síntomas de la menopausia que
afectan la vida diaria de las mujeres".
Para
las mujeres que enfrentan la menopausia y están considerando la terapia de
reemplazo hormonal, la clave es discutir sus factores de riesgo personales con
el médico para encontrar el equilibrio adecuado entre riesgo y beneficio. Cada
mujer es diferente, y su tratamiento debe adaptarse a sus necesidades
específicas de salud.
Duración
de la terapia de reemplazo hormonal: lo que necesitas saber: La duración de
la terapia de reemplazo hormonal es otro factor crítico al considerar los
riesgos de cáncer de mama. El uso a corto plazo de la TRH —generalmente entre
dos y cinco años— puede ofrecer alivio para los síntomas de la menopausia sin
aumentar significativamente el riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, el uso a
largo plazo puede aumentar el riesgo de manera considerable.
Por
ejemplo, una mujer promedio de 50 años tiene un 1.4% de riesgo de desarrollar
cáncer de mama en los próximos cinco años. Esto equivale a 14 de cada mil
mujeres. Si añade terapia solo con estrógeno, ese riesgo aumenta al 1.7%.
Cuando
se usan estrógeno y progesterona juntos, el riesgo aumenta al 2.2 %. En un
periodo de diez años, esos números se incrementan significativamente, con una
mujer en terapia hormonal combinada teniendo un riesgo del 6.1% en comparación
con el 2.8% de quienes no toman hormonas.
"El
objetivo es encontrar alivio de los síntomas dentro de los dos a cinco años y
luego reevaluar", dice la Dra. O'Shea. "Con el tiempo, es crucial
trabajar con tu proveedor de atención médica para determinar si los beneficios
de continuar la terapia superan los riesgos".
Después
de suspender la terapia hormonal, el riesgo de cáncer de mama de una mujer
disminuye gradualmente y, en cinco años, regresa al nivel de las mujeres que
nunca tomaron hormonas.
Antecedentes
familiares y terapia de reemplazo hormonal: ¿Quién debería evitarla?:Las
mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama o aquellas que son
portadoras del gen BRCA deben abordar la terapia de reemplazo hormonal con
precaución. Aunque algunos estudios muestran que la TRH puede no aumentar
dramáticamente el riesgo en mujeres con solo un familiar afectado por el cáncer
de mama, los riesgos se acumulan cuando hay más familiares afectados.
Para
las portadoras del gen BRCA, la terapia sólo con estrógeno después de una
histerectomía puede ser una opción, incluso para sobrevivientes de cáncer de
mama, pero debe evaluarse cuidadosamente.
"No
hay una situación en la que la terapia de reemplazo hormonal esté absolutamente
prohibida, pero requiere una discusión exhaustiva sobre los riesgos y beneficios
específicos de cada mujer", aconseja la Dra. O'Shea.
Empoderando
a las mujeres para controlar sus factores de riesgo: Aunque hay muchos
factores de riesgo de cáncer fuera del control de una mujer, la Dra. O'Shea
enfatiza que hay muchos aspectos del estilo de vida que sí se pueden influir.
"No
podemos controlar ser mujer o los antecedentes familiares, y no podemos
controlar fácilmente nuestros niveles hormonales", dice. "Pero
podemos controlar nuestro estilo de vida. Si queremos reducir el riesgo de cáncer
de mama, podemos hacer cambios que tengan un impacto significativo".
Estas
son las principales recomendaciones de la Dra. O'Shea, experta del Hospital
Houston Methodist para las mujeres que desean reducir su riesgo de desarrollar
cáncer de mama:
•Mantén un peso saludable: Especialmente
después de la menopausia, controlar el peso es clave para manejar los niveles
de estrógeno.
•Haz ejercicio regularmente: Apunta a 45
minutos de actividad moderada al día.
•Limita el consumo de alcohol: Mantén un
promedio de menos de una bebida al día.
•Infórmate sobre la terapia hormonal: Habla
con tu médico y evalúa los riesgos y beneficios según tu perfil de salud
personal.
•Realiza exámenes regulares: Las mamografías
y otros estudios pueden detectar el cáncer de mama temprano, cuando es más
tratable.
Al
arrojar luz sobre estos factores menos discutidos, esperamos empoderarte para
que tomes medidas significativas hacia la reducción de tu riesgo de cáncer de
mama y protejas tu salud. Cada camino de salud es único, y al mantenerte
informada puedes tomar decisiones que prioricen tu bienestar y te brinden
tranquilidad.
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