PROMETEDOR TRATAMIENTO PARA
PREVENIR LA
INSUFICIENCIA CARDIACA
POST-INFARTO
EN RATONES, REVELA UN
ESTUDIO
Un
nuevo estudio de Cedars-Sinai revela que un medicamento especialmente formulado
impidió que ratones de laboratorio desarrollaran insuficiencia cardiaca tras
sufrir un infarto.
Este
descubrimiento podría conducir a nuevos tratamientos para prevenir la
insuficiencia cardiaca, una grave afección cardiaca que se desarrolla en hasta
el 30% de los supervivientes de infarto en el plazo de un año.
La
insuficiencia cardíaca se produce cuando el corazón no puede bombear suficiente
sangre y oxígeno para mantener los demás órganos del cuerpo.
Esta
afección puede causar fatiga, dificultad para respirar, hinchazón y otros
síntomas debilitantes y acortar la vida. Los infartos, que dañan el músculo
cardiaco, son una de las causas más frecuentes.
El
nuevo estudio, publicado en European Heart Journal, analizó el efecto de
administrar una pequeña molécula conocida como PR-364 a ratones machos adultos
de laboratorio que sufrieron un infarto de miocardio.
Los
datos mostraron que este tratamiento preservó la potencia de bombeo del corazón
y mitigó la progresión de la insuficiencia cardiaca en los ratones tratados
frente a los no tratados.
Para
averiguar por qué el PR-364 tuvo un efecto tan profundo, los investigadores
realizaron otros experimentos de laboratorio con tejido y células de ratón
junto con cardiomiocitos humanos, las células que forman el músculo cardiaco.
También analizaron los cambios en las proteínas de los ratones que habían
recibido el fármaco.
Los
datos indicaron que el PR-364 mejoraba el funcionamiento de las mitocondrias,
las pequeñas estructuras de las células que generan energía para alimentar las
reacciones bioquímicas. Las mitocondrias sanas son impulsoras críticas de los
procesos que protegen y reparan el corazón y otros músculos. El PR-364 alteró
las mitocondrias de varias formas que resultaron benéficas:
Aumentando
la mitofagia, el proceso por el que las mitocondrias dañadas por un infarto se
destruyen y se eliminan del organismo, lo que ayuda a reparar el músculo
cardiaco.
Aumentando la producción de nuevas mitocondrias.
Mejorando
el funcionamiento general de las mitocondrias.
«En
conjunto, estos efectos sugieren cómo el PR-364 ayudó a prevenir el desarrollo
de insuficiencia cardiaca tras ataques cardiacos en ratones de laboratorio»,
señaló la doctora Jennifer Van Eyk, profesora de Cardiología del Instituto del
Corazón Smidt de Cedars-Sinai y directora del Instituto de Biosistemas Clínicos
Avanzados de Cedars-Sinai.
«Aunque
nuestros datos no prueban que PR-364 tenga este impacto en los pacientes,
señalan un camino singular y prometedor hacia el desarrollo de estrategias
contra la insuficiencia cardiaca para los supervivientes de infartos». Van Eyk
fue coautora del estudio junto con la doctora Roberta Gottlieb, que también
trabajó en Cedars-Sinai.
Van
Eyk señaló que los próximos pasos de esta investigación son tres: estudiar si
una versión de segunda generación de PR-364 puede ser más eficaz, determinar si
existen diferencias en las respuestas en función del sexo y profundizar en el
funcionamiento de PR-364.
PROMETEDOR FUTURO
El
doctor Eduardo Marbán, director ejecutivo del Instituto del Corazón Smidt de
Cedars-Sinai, afirmó que las conclusiones del nuevo estudio son especialmente
importantes, dado que cada vez hay más personas que sobreviven a un infarto de
miocardio.
«Aunque
varios fármacos han reducido las lesiones en ratones tras un infarto, casi
todos son preventivos: Deben administrarse con antelación. Por desgracia, nadie
tiene una bola de cristal para predecir cuándo se producirá un infarto en la
vida real», afirma Marbán. «Lo que es especialmente destacable aquí es el hecho
de que se observó una mejor recuperación cuando el PR-364 se administró dos
horas completas después del infarto, lo que mejora la probabilidad de
trasladarlo con éxito a los pacientes».
Otros
autores de Cedars-Sinai son las coautoras Lizhuo Ai y Juliana de Freitas
Germano, y Chengqun Huang, Marianne Aniag, Savannah Sawaged, Jon Sin, Reetu
Thakur, Deepika Rai, Yang Song, Honit Piplani, Robert M. Mentzer y Aleksandr
Stotland. Otros autores: Christopher Rainville, David E.
Sterner, Suresh Kumar y Tauseef R. Butt.
Declaración
de intereses: Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. El
compuesto activador de Parkin PR-364 fue proporcionado por Progenra Inc. lo que
no interfirió en los resultados y conclusiones aquí presentados. Progenra Inc.
tiene previsto presentar patentes sobre el PR-364.
Financiación:
Este trabajo ha sido financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH)
con las becas R01-HL144509 (J.E.V.E. y R.A.G.), R01-HL132075-01A (J.E.V.E. y
R.A.G.), 1 R01 HL155346-01 (E.M. y J.E.V.E.), y1R43HL162163-01 (Progenra,
Inc.). L.A. cuenta con el apoyo del Programa de Formación de Becarios del
Instituto de Medicina Regenerativa de California (CIRM) (CIRM EDUC4-12751).
A.S. cuenta con el apoyo del Cedars-Sinai Research Institute Winnick award
AWD00001135-400023. El trabajo de Progenra contó con el apoyo de la Fundación
Michael J Fox, Nueva York, EE.UU.. Asimismo, la cátedra Erika J Glazer Endowed
Chair in Women's Heart Health (J.E.V.E.) y los fondos del Smidt Heart Institute
y el Cedars-Sinai Medical Center a J.E.V.E. para el análisis proteómico.
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