¿PUEDE EL EJERCICIO REDUCIR
EL
RIESGO DE CANCER DE MAMA?
*La respuesta corta de un
oncólogo
P:
Para reducir mi riesgo de cáncer de mama, ¿debo agregar ejercicio a mi rutina?
R:
¡La respuesta corta es sí! Múltiples estudios han demostrado asociaciones entre
la actividad física y una reducción tanto de la mortalidad cardiovascular como
de la mortalidad por cáncer.
Según
un estudio, aumentar el ejercicio y disminuir la grasa corporal puede reducir
el riesgo de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas.
Los
investigadores encontraron que las mujeres posmenopáusicas que hacían ejercicio
al menos 300 minutos por semana tenían más éxito en reducir su grasa corporal
total en comparación con las que hacían ejercicio durante la mitad del tiempo.
Esa
reducción de la grasa corporal puede desempeñar un papel en la reducción del
riesgo de cáncer de mama.
Para
la salud en general, la recomendación general es que hagamos actividad física
durante al menos 150 minutos a la semana a una intensidad moderada, o de 60 a
75 minutos a la semana a una intensidad vigorosa. Esto equivale a unos 30
minutos al día, cinco días a la semana.
Pero,
según algunos estudios, una mayor duración del ejercicio puede estar asociada
con un menor riesgo de cáncer de mama.
Si
bien 30 minutos la mayoría de los días es bueno, 60 minutos de ejercicio la
mayoría de los días pueden ser incluso mejores cuando se trata de reducir el
riesgo de cáncer de mama.
Más
de 100 estudios también apoyan la idea de que la pérdida de grasa es un factor
importante para reducir el riesgo de cáncer de mama posmenopáusico. Una alta
proporción de la circunferencia de la cintura a la cadera también se ha
relacionado con una variedad de otras afecciones médicas.
Si
te sientes abrumada por comenzar a hacer ejercicio, no estás sola. Crear una
rutina requiere tiempo. Incorpora lentamente el ejercicio a tu rutina semanal,
comenzando con una cantidad razonable que puedas desarrollar. Con el tiempo,
deberías poder incorporar algún tipo de actividad física todos los días.
El
ejercicio aeróbico ayuda a mejorar la función cardíaca y pulmonar. Caminar,
nadar, correr, andar en bicicleta, bailar y hacer senderismo son solo algunos
ejemplos de ejercicio aeróbico.
Los beneficios del ejercicio
aeróbico incluyen:
Reducir el colesterol y la presión
arterial.
Mayor resistencia.
Frecuencia cardíaca en reposo más baja.
Pérdida o mantenimiento de peso.
El alivio del estrés.
Sueño mejorado.
Antes
de comenzar cualquier programa de ejercicios, es importante hablar primero con
tu médico.
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