viernes, 17 de abril de 2020



ESTRECHA RELACION ENTRE LA SALUD Y LA RELIGION



Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, asegura que las formas religiosas de meditación, y de hecho el rezar es una de ellas, generan relajación, lo que aleja el estrés y aquieta el cuerpo, promoviendo la sanación.
Al respecto, el doctor Mitchell Krucoff, de la Universidad Duke, investiga el poder curativo de los rezos desde 1996. Y cuenta que entidades como los Institutos Nacionales de Salud están avalando estos estudios, que cruzan algo tan intangible como lo espiritual con diagnósticos médicos de alta gravedad.
Un estudio de la Universidad de Pennsylvania analizó los cambios cerebrales en el momento de la oración, y concluyó que a medida que el individuo se adentra más en el mundo espiritual, el cerebro se "aquieta", se relaja, como si las conexiones neuronales se disolvieran.
Pero, ¿cómo puede este cerebro en estado de relajación por el rezo ayudar al enfermo? Y aquí ya debemos creer en la energía colectiva, que genera una actitud positiva que ayuda al paciente a sobrellevar, y, quién sabe, también a superar la enfermedad.
La creencia en las vírgenes sanadoras es popular en la liturgia católica. No sólo a través de rezos, sino de procesiones. Y, al parecer el correlato médico compensa al fervor de la fe: Harold Koening, autor de "Handbook of Religion and Health" explica por qué…
Koening analizó mil 200 estudios sobre fe y sanación, y concluyó que las personas religiosas tienen vidas más sanas.
Asegura que los que no van a la iglesia permanecen más tiempo hospitalizadas, tienen 14 veces más riesgo de morir tras una cirugía y más chance de sufrir accidentes cerebrovasculares.
En Israel, por ejemplo, los judíos ortodoxos tienen un 40% menos de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y cáncer, asegura Koening en su libro sobre salud y religión.
Koening asegura que las personas con una potente fe se deprimen menos, y en el caso de sufrir este trastorno emocional se recuperan más rápido.
"Es la fuerza de la fe", explica el científico, que trabaja en alianza con la Escuela de Medicina de la Johns Hopkins University y los Institutos Nacionales de Salud.
“La religión ayuda a tener una mirada especial sobre el mundo y su manifestación más simple, la oración, a superar la adversidad de, por ejemplo, enfrentar el momento de la muerte de un ser querido”, explica Koening.
Por supuesto que los médicos no pueden recetar una oración como el cura de una congregación puede recomendar tres padres nuestros para limpiar un simple pecado, "no sería ético", dice Koening. Pero el científico sí cree que se debería escuchar más a las necesidades espirituales del paciente.
Para los investigadores que estudian el fenómeno de la oración, no estaría de más añadir plegarias a la alta tecnología médica.
"Si ayuda a sanar, a sufrir menos, a amigarse con la vida o a aceptar que la muerte se acerca... ¿por qué no utilizar los rezos como una terapia complementaria?", reflexiona Krucoff.



No hay comentarios:

Publicar un comentario