DESARROLLAR VACUNAS EN
TIEMPO RECORD
El
desarrollo de vacunas es un proceso largo y costoso que puede tomar en promedio
de 10 a 15 años para establecer su calidad, seguridad y eficacia.
Pero
emergencias de salud mundial como la que ha planteado el COVID-19 crean la
necesidad de desarrollar vacunas a una velocidad récord, tan ágil como la
expansión de la misma pandemia.
Experiencias
pasadas con la influenza H1N1, el Ébola y el Zika, han puesto a prueba la
capacidad de las industrias de las ciencias de la vida para responder con
urgencia a pesar de todos los retos que esta gran empresa representa.
Esto
ha enfatizado la necesidad de tener nuevas formas de desarrollo y fabricación
que puedan adaptarse fácilmente a los nuevos patógenos y ya se está avanzando
en esa dirección.
La
reciente información de The New England Journal of Medicine destaca esas nuevas
formas de abordar el desarrollo de vacunas en tiempos apremiantes como el
actual, y el trabajo que Coalition for Epidemic Preparedness Innovation (CEPI),
está llevando a cabo en esta materia.
Se
destaca, por ejemplo, el desarrollo de reservas de vacunas en investigación
para cinco patógenos epidémicos que están en la lista de prioridades de la
Organización Mundial de la Salud, para que una vez que dichas vacunas hayan
completado los ensayos en segunda fase, estén listas para someterse a ensayos
clínicos durante futuros brotes.
Por
otro lado, CEPI impulsa el desarrollo de múltiples plataformas para desarrollar
vacunas, siendo las más prometedoras las basadas en ADN y ARN, así como la
secuenciación genética, que se está usando actualmente para vacunas candidatas
contra COVID-19.
Pero
aún con estas novedades, es importante no perder de vista los desafíos: ¿cuál
será el mejor enfoque de la vacuna?, ¿una vacuna de dosis única brindará la
inmunidad necesaria?
Desarrollar
una vacuna en tiempo récord requiere un nuevo paradigma de acción y mecanismos
que permitan que todos puedan tener acceso a ellas.
Incluso
si la pandemia de COVID-19 terminara hoy y aún no existiera una vacuna, lo cual
es poco probable, los trabajos de investigación y desarrollo deben continuar
hasta un punto en el que las dosis más prometedoras se puedan almacenar y estar
listas para su autorización en caso de que se repita un brote.
Es
una tarea de enormes dimensiones en donde la palabra clave es colaboración.
(Información de AMIFF)
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