TRES
MEDIDAS SENCILLAS PODRIAN REDUCIR
LA
MUERTE POR SOBREDOSIS DE OPIACEOS
*De
acuerdo con un estudio reciente se recomienda no dar a los adictos recetas de
opiáceos o de ansiolíticos
En 2015, la epidemia del consumo de
opiáceos de Estados Unidos acabó con la vida de más de 33 mil personas, pero
tres medidas sencillas podrían reducir esa cifra en aproximadamente un tercio,
sugiere un estudio reciente.
Se pueden tomar medidas como éstas: no
recetar analgésicos narcóticos ni ansiolíticos a personas que sean adictas a
los opiáceos; consejería: ir al médico cada 3 meses.
"Las personas con trastornos por
el uso de opiáceos tienen unas tasas de mortalidad más altas que las personas
de la población general, hasta 20 veces más altas, así que encontrar modos de
reducir el riesgo de mortalidad es muy importante", indicó la doctora
Katherine Watkins, investigadora principal de las políticas de los médicos en
Rand Corporation, una organización estadounidense sin fines de lucro que se
dedica a la investigación.
Los médicos pueden ayudar a reducir el
riesgo de fallecer independientemente de si esos pacientes reciben tratamiento
por su adicción o no, comentó.
Sin embaro, Watkins no sabía con qué
frecuencia se realizan estas tres intervenciones en la práctica médica general.
"Lo que es importante es que se podrían hacer, no tanto si se han
hecho", dijo.
"Los sistemas de atención
sanitaria necesitan invertir en la administración de una atención de calidad, y
se trata de cosas sencillas que los médicos y los sistemas de atención
sanitaria pueden hacer", explicó la especialista.
Los investigadores estudiaron los
expedientes médicos de más de 32 mil personas adictas a los narcóticos que recibieron
tratamiento en el Sistema de Salud de Asuntos de los Veteranos de Estados
Unidos durante 2006 y 2007.
Los investigadores encontraron que las
tres intervenciones redujeron la cantidad de muertes en un año.
Una clave para reducir la mortalidad
entre estos pacientes adictos fue minimizar las recetas de analgésicos
narcóticos como la oxicodona (OxyContin, Percocet) y la hidrocodona
(Vicoprofen) y las benzodiacepinas, como el alprazolam (Xanax), el clonazepam
(Klonopin) y el diazepam (Valium).
Evitar las benzodiacepinas, que se usan
para tratar la ansiedad, es relativamente fácil, porque hay alternativas
disponibles.
Evitar los opiáceos, que normalmente se
recetan después de una cirugía o de sufrir una lesión, podría ser más difícil
porque con frecuencia son el mejor modo de aliviar el dolor agudo.
Watkins afirmó que los médicos deberían
recetar menos pastillas en dosis más bajas a estos pacientes y la consejería
podría ayudar a reducir las muertes por sobredosis porque los pacientes adictos
parecen beneficiarse de tener una conexión con un consejero.
Ver a un médico de forma regular podría
ser un modo de identificar rápidamente cambios en el bienestar de un paciente,
como una recaída o nuevos problemas médicos, indicó.
Los investigadores también observaron
si hacer pruebas a los pacientes de hepatitis y del VIH ayudaría a reducir la
cantidad de muertes. “Evaluar la presencia de estas afecciones no tuvo ningún
efecto en la mortalidad. Dado que este estudio fue realizado con veteranos que
tienden a tener una mayor edad y a ser más pobres, se debe replicar en otros
grupos de personas”, afirmó Watkins.
Por su parte, el doctor Scott Krakower,
jefe asistente de la unidad de psiquiatría del Hospital Zucker Hillside en Glen
Oaks, Nueva York, anotó que "existe una preocupación por el aumento de las
tasas de mortalidad con las benzodiacepinas y los opiáceos".
Ya se han adoptado iniciativas para
reducir estas tasas, como la mejora de la educación de los proveedores y el
desarrollo de programas de monitorización de las recetas, comentó.
Krakower, que no participó en esta
nueva investigación, dijo que dado que se trata de un estudio observacional en
una población específica, podría tener unos resultados inesperados. "En un
país que ha tenido problemas con el modo en que maneja la atención sanitaria,
deberíamos tener como prioridad el asegurarnos de que las personas con
trastornos de consumo de sustancias reciban la atención médica apropiada e
intervenciones psicosociales", comentó.
Este reporte apareció en la edición del
27 de junio de la revista Drug and Alcohol Dependence.
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