EL AUMENTO DEL IMPUESTO A BEBIDAS AZUCARADAS BAJO SU VENTA
*Según la INSP este año se registró una reducción del 11% en el primer
semestre
Ante la creciente epidemia de obesidad y diabetes, que es uno de
los principales problemas de salud pública en México, el Impuesto Especial
sobre Producción y Servicios a bebidas azucaradas ha demostrado su efectividad.
Esto quiere decir que en los más de 2 años de su aplicación la
disminución en el consumo, principalmente en hogares de bajos recursos, ha sido
sensible, tal y como se demuestra en datos recientes del Instituto Nacional de
Salud Pública (INSP).
De acuerdo a información del INSP, antes de la aplicación del
gravamen, de 2010 a 2013, se observa un incremento en las ventas de bebidas azucaradas
por persona, pero a partir del 2014, cuando entró en vigor el IEPS, comenzó una
reducción en el consumo de refrescos.
De esta forma durante 2014 bajaron las ventas en 6%, en 2015 la
disminución fue de 8% y hasta junio del año en curso de 11.1%, comparando con
el periodo anterior al impuesto (2007-2013) y las tendencias de consumo.
Con estos dados, el Instituto Nacional de Salud Pública concluye
que la implementación de este gravamen se asocia a una reducción en las ventas
de bebidas saborizadas por persona en México.
El estudio del INSP compara las ventas mensuales hasta junio de
2016, mostrando que si el impuesto no se hubiera establecido el consumo por
persona habría seguido creciendo.
Con estos escenarios el INSP confirma una reducción en consumo de
6% en 2014, de 8% en 2015 y en el primer semestre de 2016 de 11.1% en relación
a las tendencias.
Sin embargo, es claro que este impuesto es bajo y, por lo tanto,
su impacto no es suficiente. Un impuesto de al menos 20% como recomienda la OMS
tendría un mucho mayor beneficio en salud.
Un impuesto fortalecido significaría un ahorro en la atención a
pacientes diabéticos ya que las complicaciones de esta enfermedad, pueden
llevar a una familia a la bancarrota, el mayor gasto en salud por el consumo de
bebidas azucaradas se da en las familias más pobres convirtiéndose en una causa
de pauperización.
De acuerdo a cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad
(IMCO), una persona que vive con diabetes complicada gasta un promedio de 65
mil 896 pesos al año en el tratamiento médico mientras que percibe un salario
promedio anual de 61 mil 896 pesos, lo que es completamente insostenible.
Se espera que en las próximas horas los legisladores definan su
postura en relación a si están del lado de la salud de millones de familias o
del interés de la industria refresquera.
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