ESTIMULACION DE LA MEDULA
ESPINAL: ENFOQUE
PROMETEDOR PARA TRATAR EL
DOLOR CRONICO
Probablemente
hayas escuchado sobre la estimulación de la médula espinal para aliviar el
dolor. Aunque el término pueda parecer un tanto extraño, evocando imágenes de
Frankenstein y científicos sacados de la ciencia ficción, la realidad es que
esta tecnología ha estado en uso durante décadas.
En
los últimos años, la estimulación de la médula espinal (EME) ha emergido como
una opción prometedora cuando otros tratamientos para el dolor fracasan. La FDA
ha aprobado varios dispositivos de EME que emiten señales eléctricas de bajo
nivel, las cuales bloquean las señales de dolor antes de que lleguen al
cerebro. Sin embargo, esto es sólo el comienzo…
"A
pesar de que la estimulación de la médula espinal existe desde hace más de 40
años, los avances tecnológicos en la última década están brindando a las
personas mejores opciones y un control del dolor que sigue evolucionando",
afirma el Dr. Sagar Chokshi, especialista en manejo del dolor en el Hospital
Houston Methodist. "La EME también ofrece la ventaja de no requerir
cirugía mayor ni el uso continuo de analgésicos".
La
EME está mostrando ser efectiva para una variedad de afecciones, desde cirugías
de espalda fallidas hasta, más recientemente, el dolor asociado a la diabetes y
la neuropatía.
La
estimulación de la médula espinal no cura ni altera estructuralmente la columna
vertebral; su funcionamiento se basa en el envío de impulsos eléctricos suaves
que interrumpen las señales de dolor antes de que lleguen al cerebro. Un
pequeño dispositivo de baterías se implanta en la parte baja de la espalda y se
conecta a unos cables finos colocados alrededor del saco de líquido que rodea
la médula espinal. Después de la implantación, se programan el tiempo y la
intensidad de los impulsos, y los pacientes pueden ajustar estos impulsos con
un control remoto para gestionar su dolor.
La
necesidad de opciones adicionales para tratar el dolor es urgente. Más del 20
por ciento de la población de Estados Unidos (51.6 millones de adultos) vive
con dolor crónico, según los Institutos Nacionales de Salud. Aproximadamente un
tercio de estos adultos experimenta una restricción sustancial en su capacidad
para trabajar o participar en actividades diarias.
HISTORIA DE UNA PACIENTE
Linda
Trahan, una enfermera jubilada de 77 años de Beaumont, recurrió a la EME como
último recurso después de que el dolor la sumiera en la depresión y la
desesperación. Tras someterse a cuatro cirugías en la parte baja de la espalda,
sufría un dolor constante y había agotado el alivio temporal que le ofrecían
las inyecciones periódicas de esteroides. Además, casi todos los analgésicos
del mercado la enfermaban.
Un
especialista en manejo del dolor la convenció de que valía la pena intentar con
la EME.
Ocho
meses después del implante permanente, Trahan camina 1.6 kilómetros diarios,
busca clases de tai chi para mejorar su equilibrio y considera hacer trabajo
voluntario.
"Esta
tecnología ha mejorado mi vida de manera inmensa", expresa la señora
Trahan.
El
dolor crónico puede dominar y arruinar una vida. El dolor es un compañero
implacable que afecta todos los aspectos de la vida: la salud emocional y
mental, las relaciones sociales y familiares, el estado de ánimo, el apetito,
la movilidad, el sueño, la profesión y las finanzas. En los casos más graves,
el dolor puede llevar a la depresión e incluso al suicidio.
Los
problemas lumbares, como el que afectaba a la señora Trahan, son la principal
causa de dolor y discapacidad en la creciente población de adultos mayores de
los Estados Unidos. La Organización Mundial de la Salud estima que más de 620
millones de personas en todo el mundo sufren de dolor lumbar. Aunque este dolor
puede afectar a personas de todas las edades, es más común en personas de 65
años o más, con afecciones como estenosis espinal y osteoartritis.
Para
la enfermera retirada Trahan, 46 años de trabajo en enfermería, con sus
estiramientos, levantamientos y otras duras tareas físicas, pasaron factura en
su espalda, resultando en una "espalda levantada" tras varias
cirugías.
¿Eres
candidato para la estimulación de la médula espinal?
Aunque
la señora Trahan es un caso clásico de un paciente idóneo para la EME, no todos
son candidatos, explica el Dr. Chokshi, experto del Hospital Houston Methodist.
Alguien como Linda, que se ha sometido a cirugía de espalda y no quiere
enfrentarse a otra, es un buen candidato.
"No
tenía muchas opciones hasta que le hablé sobre la EME. Físicamente, no podía
tolerar ningún analgésico opioide, que además pueden ser peligrosos y
adictivos. Las inyecciones espinales que recibió duraban solo unos meses y no
le brindaban suficiente alivio. En general, gozaba de buena salud y podía
soportar la cirugía mínimamente invasiva para implantar el dispositivo si el
ensayo tenía éxito", narra el especialista.
SELECCIÓN DE PACIENTES
La
selección de pacientes es crucial para determinar quién es adecuado para este
tratamiento. Por ejemplo, los pacientes con infecciones sistémicas crónicas no
son buenos candidatos.
Los
médicos esperan una reducción del dolor del 50-60% con la EME, aunque algunos
pacientes experimentan incluso mayores beneficios.
Actualmente,
la EME está aprobada por la FDA para tratar:
•Cirugía de espalda fallida
•Dolor neuropático (causado por
neuropatía)
•Síndrome de dolor regional complejo
•Neuralgia postherpética
•Neuropatía diabética/diabetes
•Dolor de espalda no quirúrgico
Un
gran beneficio de la EME es que los pacientes pueden probar el tratamiento
antes de decidirse. El Dr. Chokshi realiza el procedimiento en su consultorio,
insertando los cables con una aguja en un proceso que toma poco más de una
hora. Los impulsos eléctricos se controlan con un transmisor externo, y el
implante temporal se mantiene aproximadamente una semana para que los pacientes
decidan si quieren continuar con esta opción.
La
colaboración es clave: Neurocirugía y manejo del dolor. Debido al crecimiento
de la población geriátrica en muchos lugares del mundo, las personas mayores
buscan con mucha frecuencia alivio del dolor y una mejor calidad de vida. La
colaboración con el neurocirujano del Hospital Houston Methodist Dr. Amir
Faraji, quien implanta el estimulador de la médula espinal en un procedimiento
ambulatorio sencillo que involucra una pequeña abertura ósea del tamaño de una
uña, ha sido clave y la cirugía toma aproximadamente una hora.
"Los
especialistas en manejo del dolor, como el Dr. Chokshi, evalúan a los pacientes
que más se beneficiarán de la EME", señala el Dr. Faraji.
"Las
indicaciones para la estimulación espinal están expandiéndose rápidamente, y
hay muchos ensayos clínicos en curso, incluida la expansión del uso de la
estimulación espinal para la neuropatía diabética", explica. "La
diabetes es una carga considerable para los pacientes, y ayudar a modular sus
síntomas de dolor puede ser extremadamente beneficioso".
El
Dr. Faraji menciona que también hay ensayos clínicos adicionales sobre la EME
para la restauración motora en pacientes con lesiones de la médula espinal y
daños por accidentes cerebrovasculares.
Comparada
con su vida antes de la EME, la señora Trahan afirma que el dolor se ha
reducido drásticamente; de hecho, casi ha desaparecido. Sin embargo, hay
algunas cosas que aún no puede hacer. Tuvo que decirle a su pequeño bisnieto
que no puede usar su control remoto para hacer una voltereta hacia atrás.