SEÑALES DE BAJA DOPAMINA:
¿QUÉ ES REAL Y QUÉ ES UN
MITO?
¿Alguna
vez te has sentido estancado, desmotivado o como si estuvieras funcionando con
el tanque vacío?
Una
búsqueda rápida en internet podría llevarte a la idea de tener “deficiencia de
dopamina”, una explicación popular para todo, desde la procrastinación hasta el
agotamiento.
Los
influencers del bienestar suelen culpar los bajos niveles de este químico cerebral
de casi todos los males modernos. También prometen soluciones rápidas, como
“desintoxicaciones de dopamina” y suplementos.
Pero,
¿hay alguna base científica detrás de estas afirmaciones?
"Hay
pocas cosas más complicadas que el cerebro", dice el Dr. William Ondo,
neurólogo del Hospital Houston Methodist. "Los neurotransmisores, incluida
la dopamina, están regulados por múltiples mecanismos que aseguran que no se
produzca ni demasiado ni muy poco".
Para
entender si realmente deberías preocuparte por tus niveles de dopamina —y
conocer formas respaldadas por la ciencia para estimular su producción— es
importante ir más allá de la moda y explorar la evidencia.
¿Qué
es la dopamina?
Seguramente
has escuchado que la dopamina es el químico del cerebro asociado con la
recompensa, una idea que ha dado origen a términos como "subidón de
dopamina". Sin embargo, este papel suele ser malinterpretado.
"No
es que te haga sentir bien per-se", explica el Dr. Ondo. "La
liberación de dopamina te proporciona el deseo de sentirte bien".
Esta
diferencia puede parecer sutil, pero resalta el peligro de simplificar el
verdadero efecto de la dopamina en el cerebro y el cuerpo. Además, sus
funciones van mucho más allá de la motivación para el placer.
"La
dopamina tiene muchos roles diferentes", señala el Dr. Ondo. En el ámbito
clínico, es más conocida por facilitar movimientos suaves y coordinados. Pero
muchas otras áreas del cuerpo y del cerebro contienen neuronas dopaminérgicas,
incluidas las responsables de la visión, el olfato, la inmunidad, el sueño, la
percepción del dolor, el estado de ánimo y más.
Con
funciones tan esenciales y diversas, no es sorprendente que algunas personas se
preocupen por las consecuencias de tener niveles bajos de dopamina.
¿Existe
la deficiencia de dopamina?
La
deficiencia de hierro afecta aproximadamente al 20% de las mujeres y puede
provocar anemia. La deficiencia de vitamina B12 es común en veganos y
vegetarianos y causa debilidad muscular y dolores de cabeza. La deficiencia de
vitamina D ha sido denominada una "epidemia silenciosa", con síntomas
que van desde dolor óseo y articular hasta cambios en el estado de ánimo.
A
diferencia de estos ejemplos, la "deficiencia de dopamina" no es un
diagnóstico oficial. "No es un término médico formal", aclara el Dr.
Ondo. Él enfatiza que la producción de dopamina está exquisitamente controlada
por el cuerpo.
Sin
embargo, los niveles de dopamina pueden llegar a ser lo suficientemente bajos
como para causar síntomas notorios. "La enfermedad de Parkinson, donde las
neuronas que producen dopamina mueren prematuramente, es el ejemplo clásico de
esto", explica el Dr. Ondo del Hospital Houston Methodist. Agrega que los
temblores característicos, la rigidez y la lentitud de movimientos son síntomas
de bajos niveles de dopamina.
Curiosamente,
los niveles de dopamina disminuyen de forma natural con la edad. Según el Dr.
Ondo, un adulto promedio produce un 35% menos de dopamina cuando alcanza los 75
años.
¿Las
personas con TDAH tienen menos dopamina?
La
conexión entre la enfermedad de Parkinson y la dopamina es clara, pero no es el
vínculo que los medios suelen destacar cuando advierten sobre los peligros de
la baja dopamina. ¿Realmente tener poca dopamina es la causa de afecciones como
el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el síndrome de
piernas inquietas o la depresión?
"Puedo
entender por qué esto puede sonar intuitivo, dado que los síntomas de estas
condiciones mejoran cuando se tratan con medicamentos basados en
dopamina", explica el Dr. Ondo. "Si estás tratando algo con dopamina
y funciona, podrías pensar que eso significa que no tenías suficiente dopamina
para empezar, ¿cierto? Bueno, no. El cerebro rara vez es tan simple".
Cuando
se realizan escáneres cerebrales en niños con TDAH o en adultos con síndrome de
piernas inquietas, no se observan reducciones significativas en los niveles de
dopamina.
"No
entendemos estos sistemas lo suficientemente bien como para asumir que algo que
parece lógico es realmente cierto", agrega el Dr. Ondo. "Un
medicamento dopaminérgico podría estar haciendo muchas cosas en el cuerpo, como
generar un efecto en otro neurotransmisor, que luego afecta otro sistema y, en
última instancia, mejora los síntomas".
Si
te preocupa el TDAH, la depresión o el síndrome de piernas inquietas, lo mejor
es consultar a tu médico para obtener un diagnóstico adecuado y recomendaciones
sobre el tratamiento más indicado.
Cómo
aumentar los niveles de dopamina
En
general, no hay nada de malo en tomar medidas para apoyar la capacidad natural
del cuerpo de producir químicos importantes, incluida la dopamina. Pero no te
dejes engañar por los trucos de bienestar que circulan en internet, como la
"desintoxicación de dopamina", que consiste en reducir la
sobreestimulación digital para “restablecer” los niveles de dopamina, o los
suplementos que prometen aumentarla.
"La
forma en que se produce la dopamina en el cuerpo está bien comprendida",
explica el especialista.
"Simplemente tomar un suplemento precursor no aumenta la cantidad
real de dopamina en el cerebro".
Tampoco
lo hace la "desintoxicación de dopamina", aunque reducir el tiempo
frente a las pantallas o disminuir las notificaciones constantes del teléfono
sí tiene otros beneficios notables.
Aunque
las tendencias de bienestar pueden simplificar demasiado la dopamina, sí
existen formas comprobadas de estimular su liberación.
El
Dr. Ondo menciona que el ejercicio ha demostrado aumentar los niveles de
dopamina en el cerebro, ya que genera la anticipación de una mejora en el
estado de ánimo y el rendimiento físico. De hecho, cualquier actividad que
genere expectativa de una recompensa puede estimular la liberación de dopamina.
"No
hay evidencia de que algún suplemento o 'desintoxicación' cambie la cantidad de
dopamina en el cerebro", concluye el Dr. Ondo. "Pero la buena noticia
es que sabemos que actividades cotidianas, como hacer ejercicio o planear algo
divertido, sí lo hacen. Es así de simple”.

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