RESULTADOS A UN AÑO DE LA
PANDEMIA: AMIFF
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 11 de marzo de 2020 al
COVID-19 como una pandemia.
“Estamos
profundamente preocupados tanto por los niveles alarmantes de propagación y
gravedad, como por los niveles alarmantes de inacción. Por lo tanto, hemos
evaluado que la COVID-19 puede caracterizarse como una pandemia”, declaró
entonces el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Hace
un año había al menos 118 mil casos en el mundo y 4 mil 291 fallecidos.
Desde
muy temprano nuestra industria, la industria biofarmacéutica de innovación supo
que estábamos frente a una amenaza nunca antes vista y se movilizaron recursos
humanos, materiales y económicos para encontrar una solución a la COVID-19.
Nos
comprometimos a:
• Compartir experiencia, conocimientos y
herramientas para probar potenciales terapias.
• Compartir esfuerzos para acelerar el
desarrollo de vacunas seguras y eficaces.
• Trabajar para asegurar la continuidad del
suministro de medicamentos esenciales, vacunas y diagnósticos para personas con
otras enfermedades potencialmente mortales.
• Aumentar las capacidades de fabricación de
la industria, incluida la ampliación de las pruebas de diagnóstico y compartir
la capacidad disponible para aumentar la producción una vez que se haya
desarrollado una vacuna o un tratamiento exitosos.
• Compartir experiencia médica para apoyar a
los sistemas de salud en el manejo de las presiones sin precedentes que ha
traído el SARS-CoV-2.
Hoy
365 días después podemos hablar de:
263
vacunas en desarrollo para COVID-19, de las cuales 81 están en desarrollo
clínico y 15 de éstas en fase III.
12
vacunas aprobadas por al menos un país y 3 mil 922 estudios clínicos
relacionados con COVID-19, de los cuales 89 estaban en México.
La
OMS ha autorizado para uso de emergencia las vacunas desarrolladas por
Pfizer/BioNTech y AstraZeneca/Universidad de Oxford.
En
México hay cinco vacunas aprobadas por Cofepris, el regulador sanitario local:
las desarrolladas por Pfizer/BioNTech, AstraZeneca/Universidad de Oxford,
CanSino, SinoVac y el Fondo Ruso de Inversión Directa (Sputnik V).
SOLIDO ECOSISTEMA DE INNOVACION
Nada
de esto hubiera sido posible si no existiera un sólido ecosistema de innovación
que permitió no comenzar desde cero la investigación y el desarrollo clínico de
vacunas, tratamientos y pruebas diagnósticas. Tampoco lo hubiéramos logrado de
no ser por las múltiples alianzas que se construyeron entre gobiernos,
academia, sector privado y sociedad civil.
Nuestras
empresas han trabajado todos los días para ajustar sus capacidades de
producción, a fin de responder a una demanda global sin precedentes de vacunas
ya aprobadas.
Y
siguen monitoreando la efectividad de las vacunas ya autorizadas frente a la
aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2. Esta labor se ha dado en
colaboración con académicos y especialistas de los sistemas de salud.
Uno
de los aprendizajes del sector frente a esta pandemia es que la suma de
talentos y la colaboración son imprescindibles.
El
esfuerzo coordinado de farmacéuticas, académicos, gobiernos, fundaciones y
organismos multilaterales hizo que en menos de un año, y sin tomar atajos que
pusieran en duda la calidad, seguridad y eficacia, se consiguieran varias
candidatas a vacunas. Esto, en un contexto normal hubiera llevado hasta 15
años.
Otro
aprendizaje, valioso para todos los actores, es la importancia de seguir
invirtiendo en investigación y desarrollo. Esta no será la última pandemia,
pero si puede ser que sea la última que nos tome por sorpresa.
La
carrera contra la COVID-19 aún será larga, y los meses que tenemos por delante,
como los que hemos dejado atrás, serán desafiantes.
No
es momento de bajar la guardia. Pero vale la pena detenerse a contemplar lo que
esta gran alianza de actores hemos conseguido. En sus peores horas, la humanidad
ha alumbrado el camino con la fuerza de la innovación.
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