LAS REALIDADES DE LOS MITOS
DEL SUEÑO
*¿Eres de los que piensa que beber café te
quita el sueño? en el Día Mundial de Sueño, te compartimos algunos mitos y
realidades basados en lo que dice la ciencia
El
sueño es una de las partes más importantes de nuestro día a día, ya que es
cuando nuestro cuerpo se repara y regenera en las horas de descanso, incluso
dormimos una tercera parte de nuestra vida.
¿Lo
habías pensado? Durante nuestra vida se nos han inculcado creencias sobre el
sueño que probablemente son incorrectas, existen muchos mitos en torno al tema
del sueño, por ello hoy en el marco el Día Mundial de Sueño, Colchones Emma te
comparte algunos mitos y realidades basados en lo que dice la ciencia al
respecto.
Mito 1.- Entre más profundo duermas
más descansas.
El
sueño profundo –también llamado sueño de onda lenta debido a sus ondas
cerebrales características– es crucial para sentirse renovado a la mañana
siguiente. El sueño profundo es la fase del sueño más restauradora y se asocia
con funciones vitales, como la producción de hormonas de crecimiento y el
fortalecimiento del sistema inmunológico. Sin embargo, la suposición de que
dormir profundamente solo determina cuánto tiempo debemos dormir es incorrecto.
Además
del sueño profundo, las etapas restantes del sueño ligero y el sueño REM
también tienen funciones significativas. Dormir más ligero, la etapa del sueño
N2, por ejemplo, también contribuye al procesamiento y consolidación de la
memoria y desempeña un papel fundamental en el aprendizaje.
Realidad: La etapa del sueño
profundo es fundamental para nuestro descanso, pero si nos levantamos después
de completar varios ciclos de sueño profundo, nos privamos de otras etapas
importantes del sueño. Cada etapa del sueño tiene sus propios beneficios, por
lo que el sueño saludable y beneficioso depende de todas las etapas juntas.
“El
sueño es un determinante importante de nuestra salud y bienestar. Dormir
adecuadamente es vital para el funcionamiento del sistema inmunitario, incluida
la producción de anticuerpos, lo que reduce el riesgo de infecciones virales”,
explica la doctora Verena Senn, neurobióloga y experta en sueño para la firma
colchones Emma.
Mito 2.- Beber café te quita el
sueño.
Durante
el día, el cuerpo consume mucha energía, lo que hace que la adenosina se
produzca y aumente la concentración. Al unirse a ciertos receptores, la
adenosina apaga las áreas que inducen la vigilia del cerebro y simultáneamente
aparece áreas que inducen el sueño. Por esta razón, la cafeína también se le conoce
como la antagonista de la adenosina porque ejerce un efecto energizante.
La
cafeína puede afectar el sueño en varios niveles como la reducción del sueño
profundo o la calidad del sueño subjetivamente más pobre; sin embargo, esto no
se aplica universalmente a todos, el efecto y la duración de la cafeína varía
mucho entre los individuos y depende de una variedad de factores diferentes.
Realidad: La cafeína apoya el estado
de alerta y contrarresta los mecanismos que inducen el sueño. Cuánto dura el
efecto del café, depende de una variedad de factores interindividuales que
deben considerarse. Mientras que, para algunos, la ingesta de cafeína por la
tarde ya puede interferir con el sueño por la noche, otros todavía pueden
consumir cafeína después de la cena sin experimentar ningún problema para
dormir.
Mito 3.- Realizar ejercicio por la
noche inhibe el sueño.
Es
una creencia común que hacer ejercicio por la noche despierta la activación
fisiológica y por lo tanto dificulta el sueño. Vale la pena echar un vistazo
más de cerca a este mito en particular.
El
ejercicio nocturno de alta intensidad se ha demostrado en algunos estudios para
retrasar el inicio del sueño debido a un aumento de la frecuencia cardíaca,
además del incremento de los niveles de endorfina que nos mantienen en estado
de aleta, contribuyendo a las dificultad para conciliar el sueño.
Por
otro lado, también se han demostrado efectos positivos sobre el sueño, como una
latencia de inicio de sueño más corta o una mejor calidad del sueño. Esto puede
explicarse por un efecto termogénico, por ejemplo. Durante el ejercicio, la
temperatura corporal aumenta y luego disminuye de nuevo poco después.
Este
descenso de la temperatura después de completar el entrenamiento imita el
cambio natural de temperatura que se produce antes de quedarse dormido.
Realidad: Es un error afirmar que el
ejercicio cerca de la hora de acostarse tiene un impacto negativo en el sueño.
Hacer ejercicio por la noche puede ayudar a alinear nuestro reloj interno y
facilitar el sueño debido a los cambios en la temperatura corporal central.
Una
vez más, esto no puede generalizarse a todas las personas, por lo que cada uno
debe identificar sus propias preferencias y observar si el ejercicio en la
noche promueve o inhibe su sueño.
Pero
en lugar de satanizarlo en general, vale la pena intentarlo, ya que para muchos
de nosotros este horario del día podría ser óptima para hacer ejercicio.
Ahora
que ya desmentiste estas creencias que nos han acompañado a lo largo de nuestra
vida, es cuestión de poner esta información y ver qué se adapta mejor a ti para
tu descanso.
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