ES MUY IMPORTANTE SABER SI
HAY RIESGO DE
INSUFICIENCIA RENAL DEBIDO
AL COVID-19
Se
calcula que 1 de cada 10 personas en el mundo sufre de insuficiencia renal
crónica, pero la mayoría de ellas no lo saben. Ese desconocimiento es particularmente
preocupante porque cuando alguien con insuficiencia renal crónica se infecta
con la COVID-19, tiene mucho más riesgo de enfermar gravemente.
“Es
importante que las personas entiendan el riesgo que tienen de presentar
insuficiencia renal crónica y tomen medidas para evitarla”, afirma el doctor
Andrew Bentall, nefrólogo de Mayo Clinic.
“Controlar
ciertos factores de riesgo, como presión arterial alta, diabetes y obesidad,
reduce la posibilidad de sufrir enfermedades renales. Hasta el momento no hay
manera de curar la insuficiencia renal crónica una vez desarrollada, pero
diagnosticarla pronto y tratarla de inmediato ayuda a evitar el fallo renal y
la necesidad de un trasplante de riñón”, añade el especialista.
Las
personas que presentan insuficiencia renal crónica grave normalmente requieren
tratamiento con diálisis o un trasplante de riñón. El Observatorio Mundial de
Donación y Trasplante indicó que, en el año 2018, se realizaron 95 mil 479
trasplantes de riñón.
Los
riñones desempeñan una función muy importante en el cuerpo porque filtran tanto
los desperdicios como el exceso de líquido y los excretan a través de la orina.
La insuficiencia renal crónica describe la pérdida gradual de la función renal.
A
continuación, se mencionan algunos puntos claves sobre la insuficiencia renal
crónica:
· La diabetes, la presión arterial alta y
la obesidad son factores importantes de riesgo.
Las
personas diabéticas, hipertensas y obesas corren más riesgo de desarrollar
insuficiencia renal crónica. Otros factores de riesgo también son tabaquismo,
enfermedad cardíaca, antecedentes familiares de la enfermedad, más edad y
anatomía anormal de los riñones.
· En las primeras etapas de la
insuficiencia renal crónica, puede haber pocos signos y síntomas.
Los
síntomas incluyen náusea, vómito, pérdida del apetito, cansancio, problemas con
el sueño y cambios en la excreción de orina. A veces, la gente presenta falta
de aire, hinchazón de pies y tobillos, contracciones y calambres musculares,
comezón constante y dolor del pecho.
· Dejar de fumar y perder peso ayudan a
evitar la enfermedad renal.
El
tabaquismo daña los riñones y empeora los daños existentes. Mantener un peso
sano también ayuda a reducir el riesgo de enfermedad renal. Además, es
fundamental que la gente controle otras afecciones crónicas, como presión
arterial alta y diabetes.
Al
respecto, la doctor Sandra Herrmann, nefróloga de Mayo Clinic, ofrece el
siguiente consejo fundamental a las personas que más riesgo corren de
desarrollar insuficiencia renal crónica:
“No
espere para hablar con el médico acerca de la salud de los riñones. Hay
análisis de sangre y de orina que son fáciles de hacer y detectan la
insuficiencia renal crónica. Mientras antes se diagnostica la insuficiencia
renal, más posibilidad hay de evitar el fallo renal y de reducir el riesgo de
otras complicaciones, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares”,
concluye.
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