FRACTURAS CAUSADAS POR
ESTRES
A
diferencia de una fractura grave que aparece como resultado de una caída o
resbalón, las fracturas por estrés se producen por una tensión acumulada en el
hueso. Son diminutas rupturas de hueso.
Producto
de la aplicación repetitiva de fuerza, a menudo por sobrecarga, como saltar
repetidamente o correr distancias largas. También pueden ser provocadas por el
uso normal de un hueso que está debilitado por una afección como la
osteoporosis.
Las
fracturas por estrés son más frecuentes en los huesos de la parte superior de
la pierna y del pie que soportan peso. Los atletas y los reclutas de las
fuerzas armadas que soportan cargas pesadas por distancias largas son
particularmente susceptibles, pero cualquiera puede sufrir una fractura por
estrés.
Por
ejemplo, si comienzas un nuevo programa de ejercicios, puedes sufrir una
fractura por estrés si te esfuerzas demasiado sin tomar precauciones.
Síntomas:
Dolor leve y/o debilidad en la zona donde se localiza la rotura.
Dolor
profundo dentro del pie, tobillo, o dedo del pie:
“Dolor
localizado” (sensibilidad en el lugar de la fractura al tocarlo).
Hinchazón
en la parte superior del pie o en el tobillo: Dolor que ocurre durante o
después las actividades normales.
Dolor
que viene con la actividad y se va con el descanso: Si la fractura por estrés
no se trata, el dolor puede volverse severo. La fractura también se puede
desplazar (los huesos fracturados se mueven fuera de la alineación normal).
Causas:
Las fracturas por sobrecarga suelen ser consecuencia del aumento de la cantidad
o la intensidad de una actividad demasiado rápido.
Los
huesos que se someten a fuerzas a las que no están acostumbrados sin el
suficiente tiempo para la recuperación reabsorben células más rápido de lo que
el cuerpo puede reemplazarlas, lo que te hace más propenso a fracturas por
sobrecarga.
FACTORES DE RIESGO
Los
músculos se cansan debido al impacto repetitivo y el impacto llega a los
huesos.
Cambio
de actividades; por ejemplo, un aumento en la cantidad de ejercicio y
atletismo, o diferentes trabajos sin periodo de ajuste normal.
Errores
de entrenamiento o técnica: Cambios en la superficie; por ejemplo, ir de una
superficie blanda (una pista de atletismo interior) a una superficie más dura
(la acera o calle).
Actividades
repetitivas en ciertos deportes de alto impacto, como corre largas distancias,
baloncesto, tenis, atletismo, gimnasia, y baile.
Calzado
inadecuado (zapatos que están demasiado usados, que son demasiado endebles, o
demasiado rígidos).
Problemas
en los pies, como juanetes, ampollas, o tendinitis, que pueden afectar la
manera que el pie toca el suelo.
Osteoporosis
u otras enfermedades que debilitan la fuerza y la densidad (grosor) de los
huesos. Los huesos débiles o blandos pueden no ser capaces de soportar los
cambios en la actividad. Las mujeres atletas que tienen menstruaciones
irregulares o no tienen menstruaciones también pueden tener menor densidad de
los huesos.
NIVELES BAJOS DE VITAMINA D
Complicaciones:
Algunas fracturas por fatiga no sanan correctamente, lo que puede provocar
dolor crónico. Si las causas ocultas no se tratan, es posible que tengas un
mayor riesgo de sufrir otras fracturas por fatiga.
¿Cómo
se trata una fractura por estrés? Si piensas que puedes tener una fractura por
estrés, ve a ver al médico y sigue las pautas del tratamiento que te dé. No
ignores el dolor porque puede causar problemas serios.
Para
de hacer la actividad que te está causando dolor. Las fracturas por estrés
ocurren por estrés repetitivo, así que es importante evitar las actividades que
causaron las fracturas.
Ponte
una bolsa de hielo en la zona lesionada: Descansa durante una a seis semanas.
Una vez que puedas volver a hacer actividades de bajo impacto durante largos
periodos de tiempo sin dolor, puedes comenzar a hacer ejercicios de alto
impacto.
Cuando
estés tumbado, levanta el pie por encima del nivel de tu corazón: Toma
medicamentos antiinflamatorios no esteroides para ayudar a aliviar el dolor y la
inflamación.
Usa
calzado protector para reducir el estrés en tu pie o pierna. Puede que sea un
zapato con la suela dura, una sandalia con la suela de madera, o un zapato
ortopédico para fracturas.
Tu
médico puede ponerte una escayola o una bota para fracturas en el pie para
mantener los huesos en una posición fija y para quitar el estrés en la pierna.
El
uso de muletas puede ser necesario para no poner peso en el pie o la pierna
hasta que el hueso se cure.
A
veces hace falta hacer una operación quirúrgica para que algunas fracturas por
estrés se curen adecuadamente. Esto se llama corrección interna. Se pueden usar
clavijas, tornillos, y/o placas para sujetar el hueso del pie y del tobillo
juntos durante el proceso de curación.
Si
tienes diabetes, ve a ver a tu médico en seguida si tienes dolor u otros
problemas con tus piernas, tobillos o dedos de los pies.
RITMO LENTO
Durante
la fase temprana de curación, el médico puede recomendar que cambies tu
programa para que descanses un día, hagas una actividad al día siguiente, y
entonces descanses el siguiente día. Debes de aumentar la frecuencia y la
vigorosidad del ejercicio que haces. Si vuelves a hacer la actividad que te
causó la fractura de estrés demasiado pronto, puede que te hagas una fractura
de estrés más grande que será más difícil de curar. Si te vuelves a lesionar el
hueso, puede llevar a problemas a largo plazo, y puede que la fractura por
estrés nunca se cure adecuadamente.
Entrenamiento
mezclado: Cambia los tipos de ejercicios aeróbicos que hagas para ayudarte a
evitar estrés continuo en el pie o en el tobillo. Cambia a actividades
aeróbicas que pongan menos estrés en tu pie y pierna para que la fractura por
estrés se pueda curar adecuadamente. Nadar y andar en bicicleta son buenas
actividades alternativas.
¿Cuánto
se tarda en recuperarse de una fractura por estrés?: Mientras que sigas
sintiendo el dolor, el hueso sigue estando frágil en esa zona y se puede romper
otra vez en el mismo lugar. Una fractura por estrés toma de 6-8 semanas para
curarse, así que es importante parar de hacer las actividades que causaron la
fractura. Siempre pregunta a tu médico antes de hacer cualquier actividad
física con el pie o tobillo lesionado.
PREVENCION
Algunas
medidas simples pueden ayudarte a evitar las fracturas por sobrecarga. Realiza
cambios lentamente. Comienza cualquier programa de ejercicios nuevo lentamente
y avanza de manera gradual.
Usa
calzado adecuado. Asegúrate de que tu calzado te quede bien y sea adecuado para
la actividad que realizas. Si tienes pie plano, consulta con el médico sobre
soportes para el arco de tu calzado.
Ejercicios
con máquinas: Agrega ejercicios de bajo impacto a tu régimen de ejercicios para
evitar sobrecargar de manera repetitiva una determinada zona de tu cuerpo.
Mantén
una nutrición adecuada. Para que tus huesos se mantengan fuertes, asegúrate de
que tu dieta incluya cantidades suficientes de calcio, vitamina D y otros
nutrientes.
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