CINCO INNOVACIONES PARA EL DESARROLLO DE VACUNAS

 

 

Las vacunas son el hito de salud pública más impactante de la historia, ya que ayudan a prevenir la propagación de enfermedades infecciosas y, en muchos lugares, eliminan algunas de las afecciones más devastadoras.

A medida que el mundo continúan lidiando con el impacto de la Covid-19, las vacunas y lo que pueden hacer por la salud humana han vuelto a estar en primer plano como una herramienta vital.

Se ha prestado mucha atención a la velocidad a la que la industria biofarmaceútica está trabajando para identificar y desarrollar vacunas seguras y eficaces contra el coronavirus.

Aquí hay cinco desarrollos recientes que contribuyen a nuestro progreso en investigación y desarrollo de vacunas:

Secuenciación más rápida: Cuando hay evidencia de un nuevo virus, las científicas trabajan para aislar e identificar ese virus en específico.

Una vez aislado, los científicos secuencian el código genético del nuevo virus, esto proporciona la información necesaria para ayudar a diseñar pruebas de diagnóstico y posibles vacunas y tratamientos.

En 2003, utilizando las herramientas disponibles en ese momento, se necesitaron varios meses después del descubrimiento del SARS para secuenciar el código genético completo del SARS-CoV-1.

Desde entonces, la tecnología de secuenciación ha mejorado drásticamente. Las científicas hicieron circular la secuencia genética del nuevo coronavirus detrás de Covid-19 menos de dos semanas después del primer caso informado.

Generación sintética: Para investigar un virus, antes se requerían muestras físicas del patógeno que se extraían de pacientes enfermos. La tecnología moderna permite a los investigadores generar material genético viral sintéticamente en el laboratorio, de modo que puedan comenzar a estudiar las propiedades de un virus antes y más rápido.

Inteligencia artificial (IA): Al desarrollar un nuevo medicamento, las científicas deben clasificar miles de compuestos y tratamientos potenciales para encontrar los pocos que podrían ser viables. El proceso puede resultar increíblemente tedioso.

Los científicos están empezando a utilizar la inteligencia artificial para clasificar y analizar enfoques potenciales para el desarrollo de vacunas mucho más rápido de lo que cualquier equipo humano podría lograr mediante prueba y error. A medida que la tecnología mejora, la IA tiene el potencial de mejorar la velocidad a la que se evalúan los posibles candidatos.

Vacunas de ARNm: Históricamente, las vacunas funcionan introduciendo al cuerpo un patógeno debilitado o inactivo (parte de un patógeno, como un fragmento de código genético), para que nuestro cuerpo pueda aprender a reconocerlo y desarrollar inmunidad.

El sistema inmunológico hace esto aprendiendo a identificar los antígenos, que son partes del patógeno, a menudo proteínas en la superficie de una bacteria o virus, que indican que el organismo es extraño.

En lugar de introducir material viral, las vacunas de ARN mensajero (ARNm) funcionan proporcionando las instrucciones genéticas para producir un antígeno. Una vez que el cuerpo comienza a producir estos antígenos, el sistema inmunológico puede aprender a reconocerlos y desarrollar inmunidad.

Las vacunas de ARNm tienen el potencial de ayudar a combatir enfermedades que antes eran difíciles “de vacunar” y se pueden fabricar más fácilmente que las vacunas tradicionales.

Vacunas de ADN: Las vacunas de ADN funcionan de manera similar a las vacunas de ARNm porque contienen la información genética necesaria para producir un antígeno específico. Además, estas vacunas pueden contener otros elementos que ayudan a que el ADN ingrese a las células correctas o estimule la respuesta inmunitaria. Además, al igual que las vacunas de ARNm, se pueden fabricar más fácilmente que las vacunas tradicionales.

Actualmente, no existen vacunas aprobadas para la prevención de la Covid-19, pero múltiples compañías biofarmacéuticas se están moviendo muy rápidamente adoptando diferentes enfoques para desarrollar vacunas seguras y efectivas, basadas en una profunda experiencia científica desarrollada a lo largo de los años.

(Información de AMIFF)