VIOLENCIA CONTRA LA MUJER,
RESULTADO DE LA CULTURA MACHISTA Y PATRIARCAL EN MEXICO, AFIRMA LA Dra. DENI
SALAZAR AGUILAR
De acuerdo con la doctora Deni Salazar Aguilar, “la violencia
contra la mujer es estructural, surge de la cultura patriarcal y machista, por
lo tanto, permea en el sistema familiar, laboral, educativo y en la sociedad en
general”.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre), la especialista,
académica de la Licenciatura en Psicología de la Universidad del Valle de
México Campus Coyoacán, hizo un llamado de atención sobre la dimensión de este
problema en México y a nivel global.
“Una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física
y/o sexual a lo largo de su vida y al menos 6 de cada 10 mujeres mexicanas ha
enfrentado un incidente de violencia, alguna vez en su vida, principalmente por
su pareja, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas México (ONU)”,
precisó.
En la encuesta recién realizada por el Centro de Opinión Pública
de UVM sobre esta problemática, 81% de las personas en nuestro país considera
que el agresor de una mujer probablemente es un conocido o un familiar; 42%
estima que es el hogar donde hay más violencia y 74% piensa que las mujeres
aguantan abusos de su pareja si hay hijos de por medio.
Respecto al reconocimiento de la violencia por parte de la
víctima, la percepción es que 74% de quienes la sufren, siente vergüenza de
reconocerlo. 23%, piensa que la principal razón de que las mujeres sean
víctimas de violencia es “porque se dejan”.
Al respecto, la doctora Salazar agregó que las principales
actitudes de quien ejerce violencia son: dar un trato desigual, manipular,
controlar, prohibir, menospreciar y atentar contra los derechos humanos de la
mujer o de cualquier persona.
Indicó que entre las conductas comunes que son señales de
violencia se encuentran los celos y el chantaje, mismas que están normalizadas
por la sociedad y que, además, van en escalada y pueden llegar al homicidio que
es la más grave de las violencias.
La especialista detalló que entre las características socio
psicológicas de una persona violenta están la falta de control de impulsos,
baja tolerancia a la frustración, posiblemente alcoholismo o drogadicción,
haberse desarrollado en ambiente familiar violento u hostil y estar inmersos en
una cultura de violencia que no se cuestiona y solo se asume como única forma
de vida; además no tienen desarrolladas habilidades sociales como la comunicación
asertiva, la negociación o la autorregulación como alternativas de solución a
conflictos ante la violencia.
Advirtió que, para erradicar este grave problema, se requiere la
participación de la sociedad en general. Por lo tanto, es necesario que cada
individuo reconozca sus formas de adaptación o de resolución de problemas; es
decir, si se identifican ambientes de violencia reconocerlos para trabajar en
ellos, en la autorregulación emocional y en ser asertivos, esto significa: “decir
lo que quiero”, pero de una forma respetuosa, clara y precisa; esto último,
ayuda a mejorar el amor propio, fortalece el sentido de dignidad, mejora la
seguridad personal, el autoconocimiento y la comunicación.
“En cuanto a la familia, los padres deben generar un clima de respeto,
confianza y seguridad, a través de estilos de crianza democráticos, no
punitivos (usar el castigo), ni omisos o negligentes (también es violencia
grave), generar un canal de comunicación abierto, de confianza y enseñar con el
ejemplo a resolver los conflictos sin violencia”, indicó la académica de UVM.
Finalmente señaló que las instituciones educativas deben generar
espacios de reflexión como foros y congresos, para analizar estos temas a
profundidad, desde las aulas establecer en las planeaciones temas de
convivencia sin violencia, como una competencia transversal en todas las
materias, y por supuesto, también dar el ejemplo con buenas prácticas y evitar
el acoso en todos los niveles y áreas.
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