PRESERVAR
LA FERTILIDAD ENTRE LOS 25 Y 35 AÑOS DE
EDAD
AUMENTA LAS TASAS DE ÉXITO DE CADA INDIVIDUO
*La preservación de la
fertilidad en enfermos de cáncer que aún no están en edad fértil es el
siguiente reto de la Medicina Reproductiva
Existe actualmente
una tendencia creciente a retrasar la maternidad que exige a los profesionales
de la Reproducción Asistida adaptarse a esta realidad.
En estos casos, la
vitrificación de ovocitos se confirma como la técnica más habitual cuando se
pospone el embarazo, bien sea por una decisión social o por un problema
oncológico. Pero la edad a la que se decide vitrificar también influye.
La mujer nace con
cerca de un millón de ovocitos, que se van reduciendo antes de la pubertad,
para quedar en 400 mil aproximadamente. De los cuales va gastando casi mil en
cada ciclo menstrual.
Por tanto, a
partir de los 35 años, esta reserva ovárica ya está en casi el 10 % del total y
la calidad de los óvulos es peor. Nos encontramos con que una mujer de 40 años
apenas tiene óvulos buenos para gestar un niño sin fallos reproductivos y/o
cromosómicos.
“Los
investigadores de la Universidad de St. Andrews concretan en un 3% la reserva
ovárica de estas mujeres”, aseguró el profesor José Remohí, copresidente y
fundador de IVI, durante las sesiones del 7th International IVI Congress.
“Las cuentas no
fallan, nosotros los ginecólogos lo sabemos, la fertilidad de la mujer no es
infinita. Son las mujeres las que deben tomar conciencia. Pueden existir
embarazos espontáneos, sí, pero son muy poco probables y además con muchos
riesgos”, matizó el especialista.
La vitrificación
nació como una esperanza para las mujeres que iban a someterse a tratamientos
oncológicos o a una cirugía de ovarios, y hoy recurre a ella un mayor
porcentaje de mujeres por motivos sociales.
El método consiste
en una “congelación” ultrarrápida que permite preservar el óvulo en óptimas
condiciones para ser usado cuando la mujer quiera. Gracias a los nuevos avances
aplicados por los especialistas de IVI e Ivinsemer, se consiguen tasas de
supervivencia de estos ovocitos del 90 %.
“La vitrificación
es un método simple que ha revolucionado la criobiología y se ha convertido en
la llave de otras muchas técnicas en nuestras clínicas. Ofrece una tasa de
éxito elevada y un coste accesible. Es una decisión con muchas más ventajas que
inconvenientes. Si se analiza el objetivo final (mantener casi intactas la
posibilidad de ser madre) es altamente recomendable. Es una esperanza y una
puerta abierta al control de la mujer sobre su tiempo, su cuerpo y su deseo, o
no, de ser madre. Es el primer paso para la autonomía reproductiva femenina”, indicó
el doctor Juan Antonio García-Velasco, director de IVI Madrid y ponente en el
7th International IVI Congress.
EDAD CLAVE PARA EL TRATAMIENTO
La edad es clave
para los tratamientos de Reproducción Asistida. Se ha convertido en el factor
principal de todos los problemas que presentan las mujeres y/o parejas que no
consiguen un embarazo natural.
“El retraso de la
maternidad es una realidad. Que las mujeres se encuentran en su mejor momento
social, emocional, psicológico y económico a finales de los 30 años es otra.
Pero la Biología no lo sabe. Ella sigue haciendo las cosas como siempre y no
para de decirnos que la edad óptima para ser madre es otra. Por eso, preservar
la fertilidad vitrificando ovocitos cuando se encuentran en ese momento óptimo
es un seguro de tranquilidad para todas ellas”, precisó el profesor José
Remohí.
Si bien es cierto
que la vitrificación de ovocitos en pacientes mayores de 35 es posible, las
mujeres deben ser conscientes de que cuanto antes consideren la opción de
vitrificar sus óvulos, más posibilidades tendrán de cumplir su deseo
reproductivo en un futuro.
“Hoy en día, en
IVI disponemos de programas de criopreservación muy eficaces y seguros, podemos
confiar en que producirán el resultado esperado. Pero la edad es clave.
Preservar entre los 25 y los 35 años es lo óptimo. Mientras que la
supervivencia de los ovocitos es similar, las tasas de éxito de embarazo
disminuyen cuando se ha vitrificado a una edad mayor, de igual modo que ocurre
con ovocitos frescos”, explicó la doctora Ana Cobo, directora de la Unidad de
Criopreservación de IVI Valencia, y autora de la ponencia titulada “Factors
impacting the success of elective fertility preservation” durante el congreso.
Aunque el uso
social es el mayoritario actualmente, no hay que olvidar que la vitrificación
para preservar la fertilidad tiene su origen en ayudar a los pacientes a
mantener las posibilidades de ser madre/padre tras superar los procesos
oncológicos.
En este sentido,
el 7th International IVI Congress ha servido para presentar los últimos avances
en pacientes oncológicos infantiles, cuando todavía no han llegado a la edad
fértil.
Vinculado a la
tasa de supervivencia, la comunidad científica trabaja en evitar o disminuir
los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos en el futuro de estos
pacientes.
Los casos
estudiados hasta el momento presentan mayor tasa de éxito en niñas que en
niños. “En estos perfiles, la técnica más usada es la congelación de tejido
ovárico. Ya se han conseguido nacimientos en madres que tuvieron cáncer en su
etapa infantil y preservaron la fertilidad. No son en España, pero es una esperanza
para otros casos similares”, concluyó el doctor Juan Antonio García Velasco.
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