UVEITIS,
MAL INFLAMATORIO OCULAR POCO CONOCIDO Y TRATADO
*La esperanza para
el paciente es el tratamiento con los nuevos fármacos biológicos
La uveítis es un término general para varias enfermedades
inflamatorias que afectan la uvea de los ojos, que es la capa intermedia del
ojo, situada entre la retina y la esclerótica que es la parte blanca del ojo.
Por su complejidad se le conoce como enfermedad rara.
Cabe destacar que la Uvea consta de tres estructuras: el
iris, el cuerpo ciliar y la coroides.
Cuando la Uvea se inflama y no es atendida a tiempo puede
sufrir otras complicaciones, dando lugar a dos tipos de uveítis, o sea daño de
la Uvea: infecciosa o no infecciosa.
En onferencia de prensa, el doctor José Luis Cañadas,
director médico de Abbvie Nñexuci, hizo la introducción de este importante tema
con la presentación de la doctora Stephanie Voorduin Ramos, especialista
oftalmóloga y jefa del Departamento de Enfermedades Inflamatorias Oculares.
La también presidenta de la Sociedad Médica de la
Fundación Nuestra Señora de la Luz, explicó que la inflamación de la Uvea y sus
complicaciones pueden dañar seriamente el tejido ocular, lo que puede llevar a
la reducción de la visión y en algunos casos a la ceguera.
Destacó que la uveitis no infecciosa es cuando la fuente
de la inflamación no es causada por una infección y tiene cuatro
clasificaciones, con base en la parte de la anatomía del ojo afectada:
anteriorm intermedia, posterior o pan-uveítis.
Este daño puede ocurrir a cualquier edad, pero es más
probable que afecte a las mersonas mayores de edad y aquellas en edad
productiva; es decir, entre los 20 y 50 años de edad.
Entre los principales factores de riesgo está la
predisposición genética, infecciones, enfermedades sistémicas inflamatorias
inmuno-mediadas, medicamentos, historia de cirugía o traumatismo en el ojo y
tabaquismo.
Entre otras, y hasta un 50% de pacientes con uveítis no
infecciosa también fueron diagnosticados con una enfermedad autoinmune, como el
lupus eritematoso sistémico, enfermedad de Bencet y espondilitis anquilosante.
Es importante destacar que cerca de un tercio de los
pacientes con uveítis no infecciosa también tienen un diagnóstico de enfermedad
reumática subyacente, por lo que oftalmólogos y reumatólogos tratan a veces la
mismo paciente. El camino del paciente hasta el diagnóstico puede ser complejo
e involucra a varios especialistas.
El paciente puede experimentar disminución de la visión,
enrojecimiento de ojos, dolor de ojos, sensibilidad a la luz y a la oscuridad,
puede llegar a presenar manchas flotantes en el campo visual. Otros síntomas
puede atribuirse a complicaciones de la propia enfermedad, como el glaucoma o
desprendimiento de retina.
La ceguera es la consecuencia más perjudicial de la
uveítis en cuanto a la carga de la enfermedad, porque tiene mayor costo de
salud.
Actualmente existe la necesidad de mejorar los
tratamiento y a pesar de los efectos adversos y las complicaciones asociadas,
el uso de los corticoesteroides son el principal tratamiento. El uso crónico de
esteroides puede estar relacionado con un gran número de efectos secundarios.
Sin embaro, recién se aprobó una nueva opción de
tratamiento, en el ámbito de fármacos biológicos, que ofrece una opción
alternativa para tratar esta enfermedad.
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