lunes, 15 de mayo de 2017


UVEITIS, MAL INFLAMATORIO OCULAR POCO CONOCIDO Y TRATADO


*La esperanza para el paciente es el tratamiento con los nuevos fármacos biológicos


La uveítis es un término general para varias enfermedades inflamatorias que afectan la uvea de los ojos, que es la capa intermedia del ojo, situada entre la retina y la esclerótica que es la parte blanca del ojo. Por su complejidad se le conoce como enfermedad rara.
Cabe destacar que la Uvea consta de tres estructuras: el iris, el cuerpo ciliar y la coroides.
Cuando la Uvea se inflama y no es atendida a tiempo puede sufrir otras complicaciones, dando lugar a dos tipos de uveítis, o sea daño de la Uvea: infecciosa o no infecciosa.
En onferencia de prensa, el doctor José Luis Cañadas, director médico de Abbvie Nñexuci, hizo la introducción de este importante tema con la presentación de la doctora Stephanie Voorduin Ramos, especialista oftalmóloga y jefa del Departamento de Enfermedades Inflamatorias Oculares.
La también presidenta de la Sociedad Médica de la Fundación Nuestra Señora de la Luz, explicó que la inflamación de la Uvea y sus complicaciones pueden dañar seriamente el tejido ocular, lo que puede llevar a la reducción de la visión y en algunos casos a la ceguera.
Destacó que la uveitis no infecciosa es cuando la fuente de la inflamación no es causada por una infección y tiene cuatro clasificaciones, con base en la parte de la anatomía del ojo afectada: anteriorm intermedia, posterior o pan-uveítis.
Este daño puede ocurrir a cualquier edad, pero es más probable que afecte a las mersonas mayores de edad y aquellas en edad productiva; es decir, entre los 20 y 50 años de edad.
Entre los principales factores de riesgo está la predisposición genética, infecciones, enfermedades sistémicas inflamatorias inmuno-mediadas, medicamentos, historia de cirugía o traumatismo en el ojo y tabaquismo.
Entre otras, y hasta un 50% de pacientes con uveítis no infecciosa también fueron diagnosticados con una enfermedad autoinmune, como el lupus eritematoso sistémico, enfermedad de Bencet y espondilitis anquilosante.
Es importante destacar que cerca de un tercio de los pacientes con uveítis no infecciosa también tienen un diagnóstico de enfermedad reumática subyacente, por lo que oftalmólogos y reumatólogos tratan a veces la mismo paciente. El camino del paciente hasta el diagnóstico puede ser complejo e involucra a varios especialistas.
El paciente puede experimentar disminución de la visión, enrojecimiento de ojos, dolor de ojos, sensibilidad a la luz y a la oscuridad, puede llegar a presenar manchas flotantes en el campo visual. Otros síntomas puede atribuirse a complicaciones de la propia enfermedad, como el glaucoma o desprendimiento de retina.
La ceguera es la consecuencia más perjudicial de la uveítis en cuanto a la carga de la enfermedad, porque tiene mayor costo de salud.
Actualmente existe la necesidad de mejorar los tratamiento y a pesar de los efectos adversos y las complicaciones asociadas, el uso de los corticoesteroides son el principal tratamiento. El uso crónico de esteroides puede estar relacionado con un gran número de efectos secundarios.
Sin embaro, recién se aprobó una nueva opción de tratamiento, en el ámbito de fármacos biológicos, que ofrece una opción alternativa para tratar esta enfermedad.





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