TU PIEL REVELA LO QUE LOS
ESTUDIOS
CLINICOS AUN NO MUESTRAN
*Condiciones como resistencia a la insulina,
falta de vitamina D o estrés crónico, se manifiestan en la piel
Lo
que ves en el espejo —acné, cansancio, hinchazón o pérdida de brillo— no es
solo estético: es tu cuerpo hablando lo que los resultados de laboratorio quizá
confirmen. Así lo afirma la Dra. Esmeralda Bastidas, CEO de Neoclinic y
especialista en medicina regenerativa, funcional y biohacking, destacando que
el exterior siempre refleja el interior y que la piel es el primer indicador de
desequilibrios internos.
La
Dra. Bastidas explica que las afecciones cutáneas son señales tempranas de
condiciones subyacentes. El cuerpo avisa mediante la piel sobre posibles
desequilibrios como resistencia a la insulina, carencia de vitamina D, estrés
crónico y cortisol elevado, o incluso, desequilibrio hormonal o tiroideo.
"Tu
cuerpo no se equivoca: te avisa. Insulina alta se manifiesta con piel oleosa y
manchas oscuras; cortisol alto con melasma y acné; y una alteración de la
tiroides con piel seca, pálida y rostro hinchado. Si aprendes a leer esas
señales, puedes transformar tu salud desde la raíz", asegura.
Para
brindar atención a estas señales es necesario aplicar la perspectiva de la
medicina funcional, la cual se centra en la búsqueda de la causa raíz de las
enfermedades, tratando los desequilibrios del organismo en lugar de sólo
suprimir síntomas. Su enfoque en seis pilares,
es personalizado y proactivo, buscando optimizar la salud y la prevención:
Predictivo:
Con estudios para medir el envejecimiento celular, la desintoxicación y la
genética. Esta visión permite actuar con anticipación, entendiendo que la edad
biológica a veces no concuerda con la edad cronológica.
Manejo
del estrés: Se interviene a nivel bioquímico y conductual. El estrés
crónico es la base de la inflamación y el envejecimiento, por lo que se trabaja
para equipar al cerebro con los recursos para gestionarlo efectivamente.
Nutrición
ortomolecular: A través de nutrientes específicos (intravenosos u orales),
se optimizan las funciones bioquímicas de las células, asegurando que la falta
de una simple vitamina no impida la formación de sustancias esenciales como la
serotonina.
Regulación
hormonal: Se restauran los niveles hormonales que impactan la salud, desde
la piel hasta la función cerebral. Suelen ser erróneamente considerados
"normales" con la edad, son un riesgo que se busca prevenir.
Regeneración/reparación
celular: Se emplean herramientas de biología molecular para estimular la
reparación celular y mantener las células vigorosas.
Estética
regenerativa: El pilar más visible, que enfatiza que la belleza y vitalidad
se originan en un cuerpo sano y funcional. La intervención estética es un
complemento.
En
este sentido, “es factible recurrir a tratamientos de vanguardia enfocados en
reconectar con la biología natural de la piel como la bioestimulación, que es
la activación de las propias células de la piel para producir colágeno. También
están las células madre mesenquimales, mismas que despiertan la capacidad
natural de reparación y regeneración; o a la aplicación de exosomas que impulsa
la comunicación celular avanzada para indicar a la piel cómo regenerarse desde
dentro” finaliza la Dra. Esmeralda Bastidas.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS DE
LABORATORIO
Son
necesarios para obtener una visión integral y detallada de la salud, buscando
la causa raíz de las manifestaciones cutáneas y otros síntomas. La biometría
hemática y la química sanguínea 36 elementos, evalúan el estado de la sangre,
electrolitos, función renal y hepática, y el metabolismo de la glucosa,
mientras que el perfil tiroideo completo mide la función de la glándula tiroides,
esencial para el metabolismo y la energía.
Las
pruebas de hormonas (DHEA Sulfato, Prolactina, Testosterona,
FSH/LH/Estradiol/Progesterona y PSA) son cruciales para detectar desequilibrios
que afectan la piel, el ánimo, la energía y la salud reproductiva. Finalmente,
los marcadores de Metabolismo (SHBG, Cortisol Matutino, Insulina Sérica,
Homocisteína y Vitamina D) evalúan el estrés crónico, la resistencia a la
insulina, el riesgo cardiovascular e inflamatorio, y las deficiencias
nutricionales que se reflejan en la apariencia de la piel.

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