UN ABRAZO EN CADA TAZA,
PROTEINAS,
ENERGIA Y SABOR PARA
DESAFIAR EL FRIO
*Más de 80 años de calidad dan la experiencia
que te acompaña en cada taza
En
Lyncott sabemos que detrás de cada taza de leche caliente hay más que sabor:
hay proteína completa para tus músculos, electrolitos que ayudan a tu
recuperación y 80 años de experiencia cuidando la calidad de cada producto, nos
lo han hecho saber. Porque moverte en otoño-invierno también es nutrirte con
confianza.
Cuando
las temperaturas bajan y los días se acortan, muchos guardan los tenis de
entrenamiento o empacan la bici hasta volver a rodar en la primavera. Pero
quienes amamos movernos al aire libre —ya sea corriendo sobre las hojas secas o
pedaleando con guantes térmicos— sabemos que el frío no es excusa, sino un
nuevo escenario para desafiar al cuerpo… y cuidarlo mejor.
El
cuerpo en clima frío: ¡más que sudar frío!
Durante
cualquier actividad física en ambientes fríos, el cuerpo realiza ajustes
fisiológicos notables:
Vasoconstricción periférica: los vasos
sanguíneos se contraen para conservar el calor en el núcleo corporal, lo que
puede reducir la sensibilidad en extremidades y aumentar el riesgo de lesiones
si no hay un buen calentamiento.
Mayor gasto energético: mantener la
temperatura corporal requiere más calorías, lo que puede favorecer la oxidación
de grasas si se combina con entrenamiento aeróbico.
Menor sensación de sed: el frío engaña al hipotálamo,
reduciendo la percepción de deshidratación, aunque el cuerpo siga perdiendo
líquidos por sudor y respiración.
Hidratación: el gran olvidado del invierno
Aunque
no lo parezca, en invierno también sudamos. Y si además usamos ropa térmica o
impermeable, la transpiración se acumula sin evaporarse, lo que puede llevar a
una deshidratación silenciosa. ¿Qué hacer? Hidratarse antes, durante y después
del ejercicio, incluso si no sentimos sed.
Un
buen truco: alternar agua con infusiones calientes o bebidas funcionales
templadas. El calor reconforta, pero también estimula la circulación y mejora
la absorción de nutrientes post-entreno.
Leche
caliente: el recovery drink más subestimado
Ciclistas
y corredores se unen a las tendencias de consumir desde batidos de proteína
hasta caldos de hueso. Pero cuando el frío cala, nada como una taza de leche
caliente con canela o cúrcuma para recuperar cuerpo y alma. ¿Por qué?
Proteína completa: la leche aporta caseína y
suero, esenciales para la reparación muscular.
Carbohidratos naturales: ideales para reponer
glucógeno tras entrenamientos largos.
Electrolitos clave: como calcio, potasio y
magnesio, que ayudan a la contracción muscular y previenen calambres.
Termogénesis: al ser caliente, favorece la
recuperación térmica y reduce el estrés oxidativo post-ejercicio.
Y
si eres intolerante a la lactosa, hay opciones deslactosadas o bebidas
vegetales fortificadas que también pueden funcionar, aunque con menor densidad
proteica.
Hábitos
de temporada: moverse, respirar, nutrirse
El
otoño-invierno no es una pausa, es una oportunidad para reconectar con el
cuerpo desde otro lugar: más introspectivo, más resiliente. Salir a correr
entre neblina o rodar con buff no sólo fortalece músculos, también templa el
carácter.
Concluir
tus entrenamientos y actividades con una taza humeante entre las manos no es
solo placer: es ciencia, salud y un abrazo interno.

No hay comentarios:
Publicar un comentario