martes, 18 de noviembre de 2025

 

DIA MUNDIAL DEL PREMATURO 2025: RECOMENDACIONES

PARA FAMILIAS CON BEBES PREMATUROS

 

 


Cada año, más de 13 millones de bebés nacen de forma prematura en el mundo lo que equivale a más del 10% de todos los nacimientos vivos, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tener un bebé prematuro no sÓlo es un reto médico; también es una experiencia emocionalmente intensa. Muchas madres y padres describen sentimientos de miedo, culpa, frustración, duelo por el embarazo que se interrumpió y ansiedad ante la incertidumbre.

Se considera prematuro a todo recién nacido que llega antes de las 37 semanas de gestación. Según la clasificación de la World Health Organization, los bebés prematuros se dividen en:

    Prematuro extremo: menos de 28 semanas

    Muy prematuro: de 28 a menos de 32 semanas

    Prematuro moderado o tardío: de 32 a menos de 37 semanas.

Mientras más temprano nace un bebé, mayor es el riesgo de complicaciones. Sin embargo, los avances en la atención perinatal y neonatal han mejorado notablemente la supervivencia y la calidad de vida de los bebés prematuros, especialmente cuando se combinan una atención hospitalaria especializada con cuidados básicos consistentes en casa y un fuerte acompañamiento familiar.

Además, la atención de calidad para todos los recién nacidos prematuros es un objetivo clave: decisiones simples pero eficaces —como leche materna, método canguro (piel con piel) — pueden marcar una gran diferencia incluso en entornos con recursos limitados.

    ¿Cuáles son los cuidados básicos para bebés prematuros en casa?: Una vez que el bebé es dado de alta de la unidad neonatal, la familia se convierte en el principal sostén de su salud. Estos son ejes clave de cuidado, siempre como complemento de las indicaciones específicas del equipo médico:

    1.- Control de temperatura y ambiente: Mantener el ambiente templado y libre de corrientes de aire.

El contacto piel con piel (método canguro) regulado y supervisado es una herramienta valiosa para mantener temperatura, fortalecer el vínculo y favorecer el desarrollo neurológico.

    Evitar abrigarlo en exceso.

    2.- Alimentación y crecimiento: La leche materna es el alimento de elección para bebés prematuros; aporta protección inmunológica y se asocia con menor riesgo de infecciones y complicaciones intestinales.

Es fundamental respetar las indicaciones del pediatra/neonatólogo en cuanto a: fortificadores de leche o fórmulas especiales para prematuros (si aplica); suplementos de hierro y vitaminas.

Llevar un registro de tomas, pañales mojados y ganancia de peso ayuda a detectar a tiempo cualquier desviación.

 

    3.- Prevención de infecciones: Las infecciones son una de las principales causas de complicaciones en bebés prematuros.

Lavado de manos riguroso con agua y jabón antes de cargar o alimentar al bebé.

Limitar las visitas, especialmente en temporadas de infecciones respiratorias. Y evitar exponer al bebé a personas con síntomas de gripe, tos o fiebre.

Asegurar que el esquema de vacunación esté completo y en tiempo, de acuerdo con el calendario nacional y las recomendaciones específicas para prematuros.

    4.- Sueño seguro: Acostar siempre al bebé boca arriba, sobre una superficie firme.

    Cuna libre: sin almohadas, peluches, protectores acolchados ni cobijas sueltas.

No compartir cama con el bebé; se recomienda dormir en la misma habitación, pero en superficie separada y segura (colecho).

    5.- Controles médicos y seguimiento del desarrollo

Asistir puntualmente a las citas de seguimiento, que en prematuros suelen ser más frecuentes el primer año.

Preguntar al equipo de salud por:

   Tamiz auditivo y visual, especialmente en prematuros extremos.

   Revisión del tono muscular, reflejos y evolución del desarrollo.

Recordar que muchos hitos del desarrollo (sonreír, sostener la cabeza, sentarse, caminar) deben evaluarse considerando la edad corregida (edad que tendría el bebé si hubiera nacido a término).

Asimismo, estas son algunas herramientas emocionales que pueden ayudar como mamá o papá de un prematuro:

   Validar la inseguridad que sientes: Es normal sentirse abrumada(o). Nombrar las emociones y reconocer que ninguna es “incorrecta” es el primer paso para poder manejarlas.

   Buscar información confiable: Acércate a tu pediatra o neonatólogo para resolver dudas. Evita sobre informarte en redes sociales o foros sin respaldo científico.

   Crear una red de apoyo: Familiares que puedan ayudar con tareas domésticas o cuidado de hermanos mayores.

Grupos de apoyo para familias con bebés prematuros (hospitalarios, comunitarios o en línea avalados por instituciones de salud).

   Cuidar la salud mental: Los niveles de estrés, ansiedad y depresión posparto pueden ser más altos en familias de bebés prematuros. Si hay insomnio persistente, llanto frecuente, sensación de desesperanza o dificultad para vincularse con el bebé, es importante buscar ayuda profesional con un psicólogo o psiquiatra perinatal.

   Rutinas predecibles: Aunque la vida con un prematuro es demandante, pequeñas rutinas (hora aproximada de baño, de sueño, de paseo) ayudan al bebé a organizar su mundo y dan un poco más de estructura a la familia.

Desde su experiencia acompañando a familias en la etapa perinatal, Boppy reconoce que el camino de la prematuridad: implica reorganizar la vida familiar, el trabajo, las expectativas y la manera de entender la maternidad y la paternidad.

El objetivo es poner en el centro las necesidades reales de las familias y sumar desde la información responsable y el acompañamiento respetuoso a las recomendaciones del personal de salud. Con un equipo de salud cercano, cuidados básicos consistentes, redes de apoyo y acceso a buena información, la mayoría de los bebés prematuros pueden crecer, desarrollarse y construir una vida plena.

 

 

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