DIA MUNDIAL DEL PREMATURO
2025: RECOMENDACIONES
PARA FAMILIAS CON BEBES
PREMATUROS
Cada
año, más de 13 millones de bebés nacen de forma prematura en el mundo lo que
equivale a más del 10% de todos los nacimientos vivos, de acuerdo con cifras de
la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tener un bebé prematuro no sÓlo es
un reto médico; también es una experiencia emocionalmente intensa. Muchas
madres y padres describen sentimientos de miedo, culpa, frustración, duelo por
el embarazo que se interrumpió y ansiedad ante la incertidumbre.
Se
considera prematuro a todo recién nacido que llega antes de las 37 semanas de
gestación. Según la clasificación de la World Health Organization, los bebés
prematuros se dividen en:
Prematuro extremo: menos de 28 semanas
Muy prematuro: de 28 a menos de 32 semanas
Prematuro moderado o tardío: de 32 a menos
de 37 semanas.
Mientras
más temprano nace un bebé, mayor es el riesgo de complicaciones. Sin embargo,
los avances en la atención perinatal y neonatal han mejorado notablemente la
supervivencia y la calidad de vida de los bebés prematuros, especialmente
cuando se combinan una atención hospitalaria especializada con cuidados básicos
consistentes en casa y un fuerte acompañamiento familiar.
Además,
la atención de calidad para todos los recién nacidos prematuros es un objetivo
clave: decisiones simples pero eficaces —como leche materna, método canguro
(piel con piel) — pueden marcar una gran diferencia incluso en entornos con
recursos limitados.
¿Cuáles
son los cuidados básicos para bebés prematuros en casa?: Una vez que el
bebé es dado de alta de la unidad neonatal, la familia se convierte en el
principal sostén de su salud. Estos son ejes clave de cuidado, siempre como
complemento de las indicaciones específicas del equipo médico:
1.-
Control de temperatura y ambiente: Mantener el ambiente templado y libre de
corrientes de aire.
El
contacto piel con piel (método canguro) regulado y supervisado es una
herramienta valiosa para mantener temperatura, fortalecer el vínculo y
favorecer el desarrollo neurológico.
Evitar abrigarlo en exceso.
2.-
Alimentación y crecimiento: La leche materna es el alimento de elección
para bebés prematuros; aporta protección inmunológica y se asocia con menor
riesgo de infecciones y complicaciones intestinales.
Es
fundamental respetar las indicaciones del pediatra/neonatólogo en cuanto a:
fortificadores de leche o fórmulas especiales para prematuros (si aplica);
suplementos de hierro y vitaminas.
Llevar
un registro de tomas, pañales mojados y ganancia de peso ayuda a detectar a
tiempo cualquier desviación.
3.-
Prevención de infecciones: Las infecciones son una de las principales
causas de complicaciones en bebés prematuros.
Lavado
de manos riguroso con agua y jabón antes de cargar o alimentar al bebé.
Limitar
las visitas, especialmente en temporadas de infecciones respiratorias. Y evitar
exponer al bebé a personas con síntomas de gripe, tos o fiebre.
Asegurar
que el esquema de vacunación esté completo y en tiempo, de acuerdo con el
calendario nacional y las recomendaciones específicas para prematuros.
4.-
Sueño seguro: Acostar siempre al bebé boca arriba, sobre una superficie
firme.
Cuna libre: sin almohadas, peluches,
protectores acolchados ni cobijas sueltas.
No
compartir cama con el bebé; se recomienda dormir en la misma habitación, pero
en superficie separada y segura (colecho).
5.- Controles médicos y seguimiento del
desarrollo
Asistir
puntualmente a las citas de seguimiento, que en prematuros suelen ser más
frecuentes el primer año.
Preguntar
al equipo de salud por:
Tamiz auditivo y visual, especialmente en
prematuros extremos.
Revisión del tono muscular, reflejos y
evolución del desarrollo.
Recordar
que muchos hitos del desarrollo (sonreír, sostener la cabeza, sentarse,
caminar) deben evaluarse considerando la edad corregida (edad que tendría el
bebé si hubiera nacido a término).
Asimismo,
estas son algunas herramientas emocionales que pueden ayudar como mamá o papá
de un prematuro:
Validar la inseguridad que sientes: Es
normal sentirse abrumada(o). Nombrar las emociones y reconocer que ninguna es
“incorrecta” es el primer paso para poder manejarlas.
Buscar información confiable: Acércate a tu
pediatra o neonatólogo para resolver dudas. Evita sobre informarte en redes
sociales o foros sin respaldo científico.
Crear una red de apoyo: Familiares que
puedan ayudar con tareas domésticas o cuidado de hermanos mayores.
Grupos
de apoyo para familias con bebés prematuros (hospitalarios, comunitarios o en
línea avalados por instituciones de salud).
Cuidar la salud mental: Los niveles de estrés,
ansiedad y depresión posparto pueden ser más altos en familias de bebés
prematuros. Si hay insomnio persistente, llanto frecuente, sensación de
desesperanza o dificultad para vincularse con el bebé, es importante buscar
ayuda profesional con un psicólogo o psiquiatra perinatal.
Rutinas predecibles: Aunque la vida con un
prematuro es demandante, pequeñas rutinas (hora aproximada de baño, de sueño,
de paseo) ayudan al bebé a organizar su mundo y dan un poco más de estructura a
la familia.
Desde
su experiencia acompañando a familias en la etapa perinatal, Boppy reconoce que
el camino de la prematuridad: implica reorganizar la vida familiar, el trabajo,
las expectativas y la manera de entender la maternidad y la paternidad.
El
objetivo es poner en el centro las necesidades reales de las familias y sumar
desde la información responsable y el acompañamiento respetuoso a las
recomendaciones del personal de salud. Con un equipo de salud cercano, cuidados
básicos consistentes, redes de apoyo y acceso a buena información, la mayoría
de los bebés prematuros pueden crecer, desarrollarse y construir una vida
plena.

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