TERAPIA MONOCLONAL #100,
¿QUÉ
SIGNIFICA PARA CIENCIA Y
SALUD?
El
sistema inmunológico utiliza anticuerpos para detectar y destruir sustancias
nocivas. Al identificar un invasor potencial, como virus, bacterias u hongos,
el cuerpo humano comienza la producción de anticuerpos que se adhieren a una
parte del invasor (generalmente una proteína en su superficie) que se llama
antígeno.
Una
vez que un anticuerpo se une a un antígeno, actúa como una señal para que otras
células del sistema inmunológico lo ataquen y lo destruyan.
En
este proceso, los anticuerpos monoclonales aparecen como versiones, creadas en
laboratorios, de los anticuerpos y están diseñados para restaurar, imitar,
inhibir o mejorar las funciones del sistema inmunológico.
En
1970, el inmunólogo Stuart Schlossman comenzó un camino de desarrollo de
anticuerpos monoclonales como modalidad terapéutica y para 1979, él y sus
colaboradores ya habían identificado tres potenciales desarrollos.
Uno
de ellos, denominado OKT3, se dirigió al antígeno llamado CD3 que resulta clave
en la composición de las células T, las cuales ayudan a proteger el cuerpo de
infecciones y a combatir el cáncer.
Para
1981, los investigadores estaban probando OKT3 como inmunosupresor para
prevenir el rechazo de trasplantes y fue en 1986 que este desarrollo obtuvo una
primera aprobación de anticuerpos monoclonales terapéuticos por parte de la
Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA).
Desde
ese momento, la investigación y desarrollo de anticuerpos monoclonales se ha
consolidado como una opción para el tratamiento de enfermedades como cáncer,
leucemias, psoriasis y diabetes tipo 1, y aunque no fue sino hasta 1994 cuando
la FDA aprobó una segunda terapia de esta clase, hoy se cuenta una media de
diez aprobaciones al año.
De
hecho, en abril de 2021, se alcanzaron 100 terapias aprobadas, la última de
ellas dirigida al tratamiento de cáncer endometrial.
La
constante investigación y desarrollo de terapias nos ha puesto frente a una
primera centena de anticuerpos monoclonales y esto se traduce en más y mejores
oportunidades para los pacientes.
Las
áreas terapéuticas en las que se enfocan son: gastroenterología,
cardiovascular, oftalmología, trasplantes, reumatología, enfermedades
infecciosas, neurología, hematología y cáncer, entre otras.
A
más de 50 años de los primeros desarrollos de Stuart Schlossman, ¿cuál será el
futuro de estos enfoques terapéuticos y qué enfermedades se podrán abordar con
ellos? Este artículo echa un vistazo a lo que nos depara el futuro próximo, mientras
que en este texto se revisan algunos de los enfoques centrados en la lucha
contra covid-19.
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