ENZIMA CLAVE PARA EVITAR EL ALCOHOLISMO EN LAS
PERSONAS
*Un estudio
con ratas sugiere que la PRDM2 ayuda al cerebro a controlar el impulso a beber
De acuerdo con un reciente estudio los
investigadores descubrieron que puede ser que los alcohólicos carezcan de una
enzima que les ayudaría a controlar su impulso a beber.
Los investigadores trabajaron con ratas para
establecer esta teoría y hallaron que desactivar la producción de la enzima
PRDM2 en los lóbulos frontales de los roedores llevó a que los animales
bebieran alcohol, incluso cuando era desagradable hacerlo.
La PRDM2 controla la expresión de varios genes
que son necesarios para la señalización efectiva entre las células nerviosas.
“Cuando se produce una cantidad demasiado baja de
enzimas, no se envían señales efectivas desde las células que se supone que
detienen el impulso", indicó Markus Heilig, jefe del Centro de
Neurociencia Social y Afectiva en la Universidad de Linkoping, en Suecia y
líder del estudio.
“Ahora vemos cómo una simple manipulación
molecular da lugar a características importantes de una enfermedad
adictiva", dijo Heilig en un comunicado de prensa de la universidad.
"Ahora que hemos empezado a comprender lo
que está ocurriendo, tenemos la esperanza de que seamos capaces de intervenir.
A largo plazo, queremos contribuir a desarrollar medicamentos efectivos, pero a
corto plazo lo importante es, quizá, acabar con la estigmatización del
alcoholismo", añadió.
Este hallazgo podría llevar a nuevos métodos de
tratar el alcoholismo en seres humanos, aunque la investigación con animales
con frecuencia no da resultado en las personas.
"La enzima PRDM2 se había estudiado
anteriormente en la investigación sobre el cáncer, pero no sabíamos que tiene
una función en el cerebro", comentó Heilig.
Siempre se pensó que los alcohólicos tienen
alterada la función de los lóbulos frontales del cerebro, pero se desconocían
las causas biológicas subyacentes.
Los investigadores que realizaron el nuevo
estudio lo explicaron de este modo: "Si la función frontal está alterada,
nos resulta difícil controlar nuestros impulsos. Una persona con el control de
impulsos intacto puede pasar por delante de un bar en un día caluroso y pensar:
Estaría bien tomar una cerveza, pero
ahora no puedo porque tengo que volver al trabajo.
Un alcohólico no tiene el suficiente control de
impulsos para refrenarse y piensa: Hace
calor y tengo sed.
Los hallazgos del estudio aparecen recientemente
en línea en la revista Molecular Psychiatry.
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